Brasil no se queda atrás y se mete en el conflicto entre Rusia y Ucrania

Brasil pidió este martes una "solución negociable" a la crisis en torno a Rusia y Ucrania. El Gobierno del país busca evitar una "escalada de violencia" que desencadene en una guerra. 

En un comunicado oficial, el Ministerio de Relaciones Exteriores afirmó que es necesario "buscar una solución negociada con base en los Acuerdos de Minsk, que lleve en consideración los legítimos intereses de seguridad de Rusia y Ucrania", con un pleno respeto a "los principios de la Carta de las Naciones Unidas".

Frente "a la situación creada en torno al estatus de las autoproclamadas entidades estatales de Donetsk y Lugansk", cuya independencia fue reconocida ayer por la noche por Rusia, Brasil pide que ambas partes "eviten una escalada de violencia". 

El documento aboga por establecer "en el más breve plazo, unos canales de diálogo capaces de conducir de forma pacífica la situación en el terreno".

La semana pasada, el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, hizo una visita oficial a Moscú y fue recibido por su homólogo ruso, Vladimir Putin, con quien aseguró que trató de asuntos puramente comerciales y que no profundizó en el conflicto con Ucrania.

Bolsonaro dijo que apenas manifestó su convicción de que "a nadie le conviene la guerra" y que también expresó su solidaridad con los países que "están empeñados por la paz".

El silencio de Argentina

Por el momento, el Gobierno se ha mantenido en silencio, así como la gran mayoría de los países de América Latina.

La administración de Alberto Fernández no se encuentra en una posición de elegir bandos. Si bien el kirchnerismo posee cierta afinidad con el Gobierno ruso, el oficialismo se encuentra en medio de una reunión clave con Estados Unidos por el acuerdo con el FMI, el cual casi se vio afectado por el reciente viaje presidencial a Moscú, donde se habló con Vladimir Putin sobre mejorar las estrategias entre ambos países. 

Por el momento, el país se ha beneficiado por la inminente invasión rusa en Ucrania, que ha llevado el precio de la tonelada de soja a 594 dólares y cada vez se acerca más a los 600 dólares. Además, lo mismo ocurre con el precio del maíz y el trigo.