A pesar de las críticas

Por qué muchos países recurren a las vacunas de Rusia y China

Los países ricos se abalanzaron para obtener la mayor cantidad posible de dosis de las vacunas de los laboratorios estadounidenses Moderna y Pfizer dejando sin posibilidades a muchos países. Las razones por las cuales no hay que menospreciar a la vacuna china y a la rusa.

BBC News Mundo domingo, 20 de diciembre de 2020 · 12:21 hs
Por qué muchos países recurren a las vacunas de Rusia y China

A pesar de las críticas recibidas, China y Rusia se han convertido en jugadores internacionales de peso a la hora de vacunar a gran parte de la población mundial contra el coronavirus. De esta manera, la lista de países dispuestos a trabajar con Pekín y Moscú para frenar la propagación letal del virus no para de crecer.

Esto se debe a la escasez de vacunas que reina en el mundo. Los países ricos se abalanzaron para obtener la mayor cantidad posible de dosis de las prometedoras vacunas de los laboratorios estadounidenses Moderna y Pfizer, que trabajan con la alemana BioNTech, y dejaron sin posibilidades a muchos países sin tantos recursos, que deben recurrir obligatoriamente a China y Rusia.

A pesar de los cuestionamientos que aún persisten en torno a su seguridad y a la transparencia de los datos, las vacunas de China y Rusia lucen prometedoras. "La idea de que los rusos y los chinos no son tan buenos como nosotros en este aspecto es lisa y llanamente nacionalismo vacunal", explicó Naor Bar-Zeev, epidemiólogo y profesor en la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins. "No hay razones para pensar que esas vacunas no van a funcionar, pero todavía no vimos la Fase 3", indicó el especialista.

Sin embargo, hay opiniones encontradas sobre las vacunas de China y Rusia. Hun Sen, primer ministro de Camboya, dijo que su país no encargará la vacuna desarrollada por la empresa china Sinovac porque no ha sido certificada por un órgano de alcance global. "Camboya no es un tacho de basura y tampoco un lugar para probar una vacuna", aseguró.

Otros países avanzaron con acuerdos a pesar de los cuestionamientos. Los Emiratos Árabes Unidos aprobaron la vacuna de la empresa china Sinopharm y afirmaron que es 86% efectiva, sin ofrecer demasiados detalles al respecto. Baréin siguió rápidamente los mismos pasos.

Según consigna The Washington Post, San Pablo, el estado más poblado de Brasil, planea utilizar la vacuna de la china Sinovac como parte de una campaña de vacunación que el gobernador espera que sea obligatoria.

Los desarrolladores de la vacuna rusa Sputnik V compartirán información científica con el gigante farmacéutico anglo-sueco AstraZeneca para explorar posibles avances contra el coronavirus.

Inicialmente, Turquía manifestó dudas sobre la vacuna de Rusia, pero se desdijo rápidamente de sus objeciones. Y la Argentina anunció que empezará a administrar la Sputnik V a fin de año. Todas estas decisiones de último momento se toman sin datos completos de los ensayos clínicos, que tampoco fueron revisados por otros científicos.

Menospreciar a China y Rusia "es un error"

"Parte del escepticismo por las vacunas de Rusia y China puede ser justificado, pero menospreciar automáticamente esas vacunas y calificarlas de ineficaces o poco seguras es un error", dice Stephen Evans, profesor de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres. "Son países que tienen muchos y muy buenos científicos, y cuentan con experiencia en vacunas e inmunología."

Evans dice que al publicar "la secuencia genética" a comienzos de la pandemia, China también contribuyó a impulsar el inédito esfuerzo global en busca de la vacuna, y señala que la gran incógnita es saber cómo son los ensayos. "No tenemos constancia de que los ensayos sean flojos, pero el escepticismo responde al desconocimiento de los procesos de monitoreo".

Los envíos de la vacuna de Sinovac ya llegaron a Brasil e Indonesia, aumentando la presión sobre los reguladores de esos países que deben aprobar su uso.

El 11 de diciembre, en lo que resultó ser un respaldo para Rusia, AstraZeneca dijo que pronto empezaría a trabajar con el Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya, desarrollador de la vacuna Sputnik V, para intentar combinar componentes de ambas vacunas, basadas en el virus del resfrío común.

Los desarrolladores de la Sputnik V también ofrecieron compartir la vacuna con la francesa Sanofi y la británica GSK. La propuesta ocurrió luego de que Sanofi y GSK anunciaran que su vacuna se demoraría hasta fines del año próximo porque los resultados de los ensayos en las fases 1 y 2 dieron una baja respuesta inmune en adultos mayores.

Según las últimas informaciones emitidas por el Fondo de Inversiones Directas de Rusia, la eficacia de la Sputnik V para prevenir el contagio es del 91,4%, y quienes contraen el virus luego de ser vacunados no padecerían un "caso severo". Hasta ahora, unas 20.000 personas han recibido ambas dosis de la vacuna en Fase 3 de los ensayos.

Denis Logunov, subdirector del centro Gamaleya, que desarrolló la vacuna Sputnik V, dijo que existen cuestionamientos éticos respecto de seguir aceptando voluntarios en los ensayos en curso, ya que el 25% de los participantes recibiría el placebo en un momento en que ya existe una vacuna eficaz disponible. En cuanto al futuro de los ensayos, se están llevando a cabo reuniones con el Ministerio de Salud y otros organismos.

Mikhail Mishustin, primer ministro ruso, dijo que esperaban una "demanda explosiva" desde el exterior. Para el profesor Bar-Zeevm, los países que quieran exportar masivamente sus vacunas tal vez deban "precalificarlas" a través de la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que podría disipar algunas dudas en relación a su seguridad y eficacia.

"De esa forma, la vacuna será revisada como se revisan todos los productos", dice Bar-Zeev, "y tendrá que aprobar esa revisión para que la OMS avale su uso generalizado".

Archivado en