Adiós a Six Flags America: por qué cierra el parque después de 50 años
Six Flags America cerró de forma definitiva tras cinco décadas y la empresa reordena su negocio luego de la fusión con Cedar Fair, mientras define su futuro.
Six Flags se despide después de 50 años.
El cartel de “cerrado” en Bowie, Maryland, no es uno más. Se trata del adiós a Six Flags America, un parque que durante medio siglo puso a prueba gargantas y corazones con montañas rusas, juegos de agua y jornadas que terminaban con olor a algodón de azúcar.
El 2 de noviembre de 2025 se bajó la barrera por última vez. La empresa explicó que el cierre forma parte del reordenamiento que siguió a su fusión con Cedar Fair en 2024, un movimiento que busca concentrar inversión donde haya más crecimiento.
Te Podría Interesar
Six Flags: un parque con muchas vidas
El predio abrió en 1974 con otro nombre y otra idea: The Wildlife Preserve. Con el correr de los años se transformó en parque de diversiones y, en 1999, pasó a manos de Six Flags. Desde entonces sumó clásicos como Superman: Ride of Steel y Joker’s Jinx, además del vecino Hurricane Harbor Maryland. Para miles de familias de la costa este, fue una salida infalible: cumpleaños, viajes escolares, primeras citas y ese ritual de medir altura en la entrada para ver si ya “daba” para la montaña grande.
La compañía fue directa: el parque “dejó de ser estratégico” dentro del nuevo mapa de negocios. El terreno —unas 500 hectáreas— tiene potencial para otros proyectos y la empresa arrastra años de números flojos, con menos visitantes y márgenes más ajustados. En ese contexto, revisó su portafolio y decidió apostar por complejos con mayor posibilidad de expansión y modernización. El cierre de Six Flags America, entonces, funciona como una señal de esa nueva etapa que busca eficiencia y foco.
El adiós en Maryland no implica un apagón general. Siguen operativos parques emblema como Six Flags Magic Mountain (California), Six Flags Over Texas y Six Flags México. La empresa anticipó que evaluará cada propiedad con lupa para asegurar su viabilidad. Un caso a mirar es California’s Great America, cuyo contrato vence en 2027 si no se renueva. La consigna oficial es clara: no habrá cierres masivos, sino un ajuste fino para competir en un mercado más exigente y diversificado.
Un nuevo jugador en la mesa: Travis Kelce
En medio del vaivén, apareció un nombre inesperado. Travis Kelce, figura de la NFL, se sumó como inversor junto a un grupo que adquirió alrededor del 9% de la compañía por una cifra cercana a los 200 millones de dólares. El jugador contó que su vínculo es afectivo: creció yendo a los parques con su familia. Su llegada apunta a refrescar la marca y mejorar la experiencia del visitante. La coincidencia temporal entre su inversión y el cierre de Maryland abrió debate: para algunos, una señal de incertidumbre; para otros, la oportunidad de relanzar la propuesta con sangre nueva.
El telón cae en Bowie, pero el show continúa en otras plazas. Queda la nostalgia —las fotos pegadas en la heladera, el primer “loop”— y también una industria que se reacomoda. Six Flags entra en una fase donde cada parque deberá justificar su lugar en el mapa. El recuerdo viaja en la memoria; el futuro, en cómo la empresa logre enamorar otra vez a una generación que pide adrenalina, pero también experiencias más integrales.


