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¡Toda una experta! La Sole dio una clase magistral de cómo se revolea el poncho en La Voz Argentina

Los años de carrera de Soledad Pastorutti no son solo por su voz, la técnica para revolear el poncho también la define y lo mostró en La Voz Argentina.

La Sole es toda una experta en el poncho. / @telefe

La Sole es toda una experta en el poncho. / @telefe

La adrenalina se palpa cada dia en el set de La Voz Argentina. A pocos programas de la gran final, la presión sobre los participantes era máxima, pero en medio de la tensión de las Superbatallas, el equipo de Soledad Pastorutti vivió un momento de gran distensión antes de que la coach debiera tomar una difícil decisión.

Poncho, risas y tensión: el momento de distensión de Soledad Pastorutti

Soledad Le Enseñó A Nico Occhiato A Revolear El Poncho.

El insólito instante se produjo cuando el conductor del ciclo, Nicolás Occhiato, vio a los competidores junto a la figura del folklore. El conductor expresó un deseo personal que sorprendió a todos: aprender a revolear el poncho. Inmediatamente, la reconocida cantante le dio el visto bueno, y el estudio se transformó en un improvisado campo de demostración folklórica.

La artista, conocida por su técnica inigualable para revolear su icónico poncho, no dudó en prestarle el suyo a Occhiato para que la tarea se hiciera "más difícil". Pastorutti asumió el rol de asesora técnica, dándole indicaciones precisas al conductor, mientras el resto del equipo observaba con entusiasmo. La cantante le indicó que lo agarrara de un extremo y que lo moviera "como si estuvieses arriba de un caballo".

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Nicolás Occhiato se sumó al ritual antes de la eliminación.

Nicolás Occhiato se sumó al ritual antes de la eliminación.

El conductor, que se mostró feliz de cumplir su "gusto", siguió las instrucciones al pie de la letra, logrando revolear el poncho con éxito. "Es espectacular. Qué lindo", comentó Occhiato al finalizar la breve lección de folklore. El momento de alegría y gritos de aliento se cerró con todos los participantes del equipo sumándose al ritual del poncho, un hecho que alivió la presión del ambiente por unos minutos.