Entrevista

Jorgelina Aruzzi: "Es importante que haya ficción para empatizar con el otro"

Muchos la reconocen en la calle por su participación en las tiras televisivas Chiquititas y Educando a Nina. Hoy, en teatro, protagoniza Animal humano, su primer unipersonal que escribió hace 20 años.

Pablo Gordon
Pablo Gordon viernes, 29 de marzo de 2024 · 08:32 hs
Jorgelina Aruzzi: "Es importante que haya ficción para empatizar con el otro"
Jorgelina Aruzzi La premiada actriz se presenta en el Teatro Astros con Animal humano Foto: Fuentes2Fernandez

Cada cambio de década invita a reflexionar y Jorgelina Aruzzi está próxima a cumplir 50 años. ¿En qué momento de su vida está? Piensa y admite: “Estoy trabajando mucho conmigo, con mis frustraciones. La otra vez escuché una frase que me encantó que era ‘yo no quiero cambiar el mundo, si no me quiero cambiar a mí misma’.  Estoy como en la época de querer soltar un poco el trabajo, de querer disfrutar de los logros y los amigos…”.

Es en el escenario, cuenta, donde se reúne con gente que quiere y por eso también le apasiona tanto lo que hace. Dejar el trabajo al 100% le resultaría imposible. “No podría. Soy actriz y me identifico con eso. No trabajo en algo que no me gusta, para nada. Me encanta”, asegura en diálogo con MDZ.

Hoy, nuevamente, está protagonizando Animal humano, un espectáculo muy especial para ella. Es que, dos décadas atrás, fue el primer unipersonal que escribió. Lo hizo en conjunto con Guillermo Cacace y habla sobre una mujer atormentada que está en el blanco de los prejuicios del barrio. A la par, está ensayando Felicidades, una obra que estrena en mayo junto a Peto Menahem, Griselda Siciliani, Adrián Suar y Benjamin Vicuña. Entre proyecto y proyecto no tiene descanso. ¿Adicta al trabajo? “No (se ríe), en este momento se me juntó todo. La paso muy bien en el escenario, eso sí. Y después, hay que trabajar. Soy una madre trabajadora y es muy caro vivir en Argentina”, señala.

Jorgelina Aruzzi y Guillermo Cacace reestrenaron Animal humano a fines del año pasado / Foto: Fuentes2Fernandez

- ¿Por qué volver con Animal humano después de tantos años?
- Con Guillermo Cacace nos llevamos muy bien e hicimos esta obra hace 20 años. Duraba 20 minutos y era como una especie de ejercicio que hicimos en el (Centro Cultural) Rojas, basado en una historia real de una mujer en Lanús. El año pasado nos invitaron al teatro Astros y teníamos ganas de volver a trabajar juntos. Entonces, modificamos… porque en 20 años sucedieron muchas cosas. 

- ¿Qué pasó en ese tiempo?
- La aparición de las redes sociales, que la obra habla mucho de eso; yo me hice vegetariana, mi relación con cómo ver la comida… ¿Por qué hay animales que son comida y otros son casi hijos? Y la verdad, queríamos volver a trabajar juntos. Este fue mi primer unipersonal. Después seguí escribiendo otros. Pero este a mí me hace como un cierre de lo que empecé hasta hoy, el contacto con el público…. hay un cierre que me encanta. Me encuentro con una actriz más madura. Lo mismo que con Guille. Siempre quisimos a Animal humano, es una obra que nos gustó mucho hacer.

- Al escribir vos la obra te podés tomar ciertas licencias. En este caso en particular, ¿cuáles fueron?
- Es el primer unipersonal de muchos que hice y que escribí. Después hice La madre impalpable, Carmen en la cruz… Un montón que tienen que ver con esto: con tener mi propia voz. Muchas veces el unipersonal en mí funciona por la autogestión, por hacer lo que yo necesito como actriz o como artista, lo que necesito contar en ese momento. A veces te convocan para algo que justo no tenés ganas de contar o querés contar otra cosa. En general, siempre tengo mi propia voz en los proyectos. En algunos, me dejan agregar o poner mi propia mirada, mi propia impronta… Eso pasó con los años. Pero el unipersonal o las obras que escribo vienen a cuento de hacer algo diferente o lo que a mí me de ganas. Por ahí en otro proyecto, si me gusta, también lo elijo más por los compañeros. Creo que esa es la diferencia, las licencias... En el unipersonal soy mi propia jefa.

En Animal humano, Jorgelina Aruzzi se pone en la piel de una mujer atormentada / Foto: Fuentes2Fernandez

- Y al momento de escribir, ¿cuáles son los temas que puntualmente te convocan?
- Me encanta todo lo que es la imperfección humana. Hay algo que tiene que ver con querer ser alguien que nos cuesta mucho ser. En Animal humano, al hablar de las redes, también estamos como siempre buscando la falta. Ves en las redes unas vacaciones de alguien y vos no te fuiste de vacaciones… hay algo que nos exige la sociedad que a veces no somos capaces de llegar o no queremos. Me gusta hablar de eso: de la exigencia social que tenemos como seres sociales. 

- En las redes sociales todo parece que es perfecto…
- Exacto. La red social es muy narcisista y, algunas veces, muy agresiva también. El otro día en una nota daba de ejemplo que vos ves una foto de un viaje y te ponen “lo bien que hicieron para sacar los pasajes más baratos” y vos te sentís un boludo, porque los sacaste caros. Entonces, en la red social hay algo siempre de frustración, una falsa compañía, que es lo que le sucede a la protagonista de Animal humano.

- ¿Qué lugar les das a las redes sociales? 
- Como todos, mucho. Me parece que la red social vino un poco a tomarnos el cerebro. Es muy difícil salir de ese contexto. La información va por redes sociales. Estamos todos dentro de lo que es la manipulación de la red social y está fuera de control. Nos hace mucho daño. Te diría que, por ahí, más daño que beneficio. Ni nos damos cuenta. Vas a contestar un mensaje, te metes en Instagram y estás una hora mirando boludeces. Y decís: “uy Dios, podría haber hecho gimnasia”. Como que hay algo que te chupa y es muy hipnótica. Las redes sociales están muy a mano, están en el teléfono. Para mí son muy peligrosas. 

- Decías que un gran cambio en estos últimos años fue hacerte vegetariana. ¿Qué te llevó a tomar esa decisión? 
- En Animal humano no juzgamos y la protagonista tiene una alta contradicción. También el director no es vegetariano, pero a mí me cambió un poco la cabeza con qué comemos.  La industria ganadera se come el planeta, lo estamos contaminando. El mundo de la moda se come y contamina al planeta y nosotros no podemos salir del lugar de consumidores. Hay algo con respecto al alimento, que creo que es la primera revolución o el pequeño paso que podemos hacer. El decir “bueno, no, no voy a comer esto”. Igual soy muy estricta en comer otro tipo de proteína. A veces, también está la falsa idea de que comiendo carne o pollo estás cubierto con la proteína y las vitaminas. Los pollos que no comen del suelo no tienen la B12. Las vacas que son criadas en condiciones tremendas tampoco tienen los nutrientes para el humano. Entonces, tenemos que cuestionar la industria alimenticia. ¿Qué podemos hacer nosotros con eso?

- Trabajaste mucho en televisión. ¿Con qué personaje te identifica la gente cuando te para en la calle?
- Hay muchos, ahora está todo muy viralizado y hay programas que ya no dan en la tele, pero están en la plataforma o en YouTube. Mucha gente con Chiquititas, después con Educando a Nina. Se vuelve vigente también porque está en el éter de las redes y de la repetición. Después, con los años, también por ahí me ven en El primero de nosotros o en 100 días para enamorarse. El público siempre es amoroso conmigo, así que estoy contenta con eso, con mi relación con la gente.

- Hablás de las plataformas, ¿qué pensás de lo que está pasando con la ficción nacional? 
- Me parece que está pasando un poco con la cultura también, ¿no? Como esa cosa de no perder nuestro patrimonio cultural. A nosotros nos va muy bien afuera con la industria del cine, con nuestro teatro. Y eso de liquidar este tema a mí me parece trágico. Porque la cultura es la identidad de un pueblo. Siempre cuento cuando hice El hombre de tu vida, con (Guillermo) Francella, que mi personaje tenía una dificultad motriz. Ahí la gente pudo empatizar con una discapacidad, que si vos no la tenés cerca no sabés por qué alguien cobra un subsidio por discapacidad… y, porque no se puede tomar el bondi y todo es más difícil. Entonces, creo, que lo que hace la ficción es empatizar con un mundo que por ahí no lo tenés muy cerca. Y en esta época donde no hay empatía con el otro y se predica la crueldad hacia el otro, me parece que es muy importante que haya ficción para poder empatizar con el otro. No me parece casual que no haya ficción.

Para agendar

Animal humano

Únicas funciones. Domingos: 31 de marzo, 7 y 14 de abril; a las 20:30, en el Teatro Astros (Avenida Corrientes 746, Buenos Aires). Entradas en www.teatro-astros.com.

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