Fredy Villarreal: "No hay plataforma que hoy sostenga un programa de humor"
Llegó a la televisión en los ‘90 de la mano de Marcelo Tinelli y no paró de trabajar. Está haciendo temporada en Villa Carlos Paz con “Los mosqueteros del rey” y, desde allí, habló con MDZ.
Cuando Fredy Villarreal tenía seis años, la maestra Rosita no lo eligió para bailar el gato en un evento escolar. Se frustró pero, de todos modos, el gran día fue a acompañar a sus compañeros. Minutos antes de que arrancara el show, avisaron que uno de los bailarines no iba. Osado, se postuló como reemplazo. En menos de cinco minutos aprendió la coreografía como pudo y salió. En escena, se quedó literalmente desnudo.
“El pantalón era como cuatro o cinco números más grandes que el mío, es que mi compañerito que faltó era más morrudo. Vi que la gente se rio de esa situación y lo que me pudo haber frustrado o avergonzado, generó un efecto diferente. Disfruté que la gente se riera de mí. Allí me di cuenta de que el arte y la comicidad era lo mío”, recuerda en diálogo con MDZ.
Si bien estudió Ingeniería y se recibió como técnico electrónico, su sueño era estar en televisión. Se formó como locutor nacional y empezó a trabajar en radio. “Sabía que era un pasaporte directo a los medios”, cuenta. Sus primeros pasos los dio en la Rock & Pop. Ahí, “hizo sus primeras armas” y enseguida se conectó con la TV. Pero, ¿qué lo llamaba de la pantalla chica? “Quería hacer reír”, responde.
Y así llegó a Videomatch, el ciclo que conducía Marcelo Tinelli en los ‘90 y era un éxito. “Tuve la suerte de entrar a un programa que batió récord en audiencias, en visualización. Crecí e hice como un posgrado aprendiendo a prueba y error con un público masivo. Esa escuela no la tiene nadie, es muy difícil que alguien en su primeras armas o en sus comienzos tenga tanto público. Lo más importante para un artista es conseguir un gran público y yo lo tenía por Marcelo, por el programa. Siempre le voy a estar agradecido a Videomatch porque crecí mucho y la gente me conoció gracias a él”, expresa.
- ¿Cómo te ves haciendo otro programa de humor en la tele?
- Bien, lo volvería a hacer, pero no hay plataforma que hoy lo pueda sostener. Es muy caro el programa de humor.
- Algo similar pasa con la ficción nacional, los enlatados y el streaming.
- Si, pero no es una competencia que deje minusválido a lo que uno puede hacer en la tele a partir de que el streaming es mejor. No. El streaming no tiene mejores productos, simplemente es más cómodo para el espectador. Los que trabajamos hace mucho en la tele tenemos que adaptarnos a este nuevo multimedia para que nos vean, pero todavía los productores que lo realizan no tienen un poder adquisitivo como para pagar un programa de humor de las características que estamos acostumbrados a haber visto.
- Muchos te recuerdan por Figuretti, ¿qué es lo más arriesgado que hiciste con este personaje?
- Terminé preso en varios países del mundo. Lo más arriesgado tenía que ver cuando Figueretti quería, casualmente, figurar en las cumbres presidenciales internacionales. Hoy sería muy difícil hacerlo. En aquel momento ya lo era, sobre todo por la seguridad. Iba a eventos muy importantes donde ante cualquier atentado, por las dudas, disparaban. Hoy por cómo está el mundo, por todas las cosas feas que han pasado, dispararían sin preguntar. En aquel momento era más cauteloso. Se podía uno inmiscuir y vulnerar ciertas vallas que nos ponían a los periodistas para poder llegar al famoso, al político o a la celebridad. Ya era arriesgado en su momento y hoy sería muy difícil. Sufrí golpes, acosos, maltratos pero era parte del periodismo de guerra, como yo le llamaba en ese momento.
- ¿Qué pensás de volver a hacerlo?
- No, no, ya no lo volvería a hacer. Figuretti fue un personaje extraordinario. Y si bien los personajes no mueren nunca, si vos los dejás de hacer también renovás tu arte. Si anduvo bien lo que hiciste, y gustó, va a quedar en el consciente o inconsciente de la gente. No hay más que hacer. Quizás, en algún momento, podría hacer un homenaje que esté regulado. Pero no con la frecuencia que lo hacía y con el espíritu aventurero que lo hacía.
- Y en esto de renovar el arte, ¿qué te gustaría hacer que tengas pendiente?
- El cine es algo que siempre amé, me gustó y hoy lo estoy haciendo. Acabo de grabar una película que se estrena en unos meses. Creo que va a ir primero a algunos festivales y después volverá a casa para instalarse en alguna plataforma. Eso dependerá de la producción que lo maneje. También, otros desafíos que voy incorporando. Como la obra que estoy haciendo ahora, que se volvió a hacer después de 30 años. Es tan icónica, importante y estaba celosamente guardada por su director y escritor. Es un gran crecimiento en mi carrera que me hayan elegido para ser uno de los cuatro actores de Los mosqueteros del rey. Es un gran orgullo.
- ¿Qué más te motivó de la obra para aceptar el trabajo?
- El elenco me gustó mucho y porque sabía que le podía aportar cosas diferentes a partir de mi espíritu comediante, situaciones que no había visto colonizadas dentro del video que había visto de estos mostros actores que eran extraordinarios (Nota del R.: en 1991, Miguel Ángel Solá, Hugo Arana, Darío Grandinetti y Juan Leyrado protagonizaron Los mosqueteros del rey).
- ¿Qué viene después de la temporada?
- Seguiremos en calle Corrientes. Fue un éxito rotundo, muy lindo. Nos fuimos por dos o tres meses pero para volver. Volvemos al mismo teatro, el Astral, uno de los mejores de Capital. Después, el día a día me va a ir diciendo. En esta profesión no dependés de nadie, entonces te van llegando oportunidades que uno las va analizando y concretando sobre el momento.
- ¿Qué tanto te inquieta esa incertidumbre?
- Estoy acostumbrado (se ríe). La vida del artista es así. Hay veces que sos muy convocado y otras que no estás en la lista de los intereses de algunos productores. Pero la verdad que no me puedo quejar porque desde que comencé profesionalmente a subirme a un escenario, a grabar una peli o a asistir a un programa de televisión, nunca me faltó trabajo y eso es importante. Espero seguir así.
Para agendar
Los mosqueteros del rey
De miércoles a lunes, 22 horas, en el Teatro Candilejas I (Pasaje Niní Marshall s/n, Villa Carlos Paz). Entradas en Plateanet.