El Teatro Colón abrió su temporada con un clásico que exhibió el horror e incomodó al público
El Teatro Colón abrió su temporada 2023 en La Rural. La obra elegida fue Resurrección de Gustav Mahler. Políticos, artistas y referentes de la cultura local dijeron presente en el estreno de la obra que sorprendió por su calidad y mantuvo la tensión en la inmensa sala instalada en el Pabellón Ocre.
Para celebrar los 40 años de democracia, el Teatro Colón abrió su temporada en La Rural. La puesta en escena prometía ser magnífica y el público se mantuvo expectante durante la hora y media que dura Resurrección, la Sinfonía N.°2 de Gustav Mahler. A pesar de haber sido estrenada en 1895, la obra sigue interpelando al espectador de principio a fin.
El Pabellón Ocre se convirtió en un teatro con un imponente escenario elevado, delante del cual estaba instalada la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires que, dirigida por Charles Dutoit interpretó esta sinfonía. Junto a los músicos, estaban las solistas Jaquelina Livieri (soprano) y Guadalupe Barrientos (mezzosoprano), y a ambos lados se repartían las cuatro cuerdas del Grupo Vocal de Difusión del Teatro Colón, dirigido por Mariano Moruja y creado hace 40 años con la intención de explorar el repertorio coral del siglo XX.

La obra, con dirección escenográfica de Romeo Castellucci, comienza unos segundos antes de que un caballo -Tartufo- irrumpa en el escenario. Se escucha el canto de los pájaros y ya comienza a sentirse la tensión. Resurrección habla del horror. De un horror que transcurre en un momento determinado y pareciera actualizarse una y otra vez.
Una chica encuentra al caballo. Lo estaba buscando y da aviso de este hallazgo a través de una llamada telefónica. Pero, enseguida, encuentra algo más: un cuerpo. Llegan entonces los agentes del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados que se hacen cargo de la tarea, que uno tras otro empiezan a desenterrar cuerpos de una fosa común.
Se multiplican los agentes de ACNUR (UNHRC, por sus siglas en inglés) y aparecen más y más cuerpos. Parece ser interminable. La tensión se transforma en incomodidad. Se percibe en la sala. El público sigue atento la escena, pero hay movimientos mínimos que dan cuenta de ese sentimiento.

"Resurrección es un objeto no convencional para el mundo del teatro. No se trata de un ballet, ni de una ópera, ni de un oratorio. Va aún más lejos", dice Romeo Castellucci. El director explica el desafío que significa llegar al fondo de una palabra tan poderosa como "Resurrección". "Es esencial repensarla en un horizonte terrenal, terroso diría", afirma y detalla que para él fue clave pensar en "las organizaciones, laboratorios u ONG que buscan recuperar muertos anónimos en fosas comunes para intentar devolverles su nombre, devolverles su identidad perdida (...) Se trata de volver la mirada sobre esos cuerpos arrojados como cosas. La imagen evoca el horror de las fosas comunes, pero la exhumación es aquí un acto de piedad colectiva".
La pregunta de Mahler tiene distintos niveles. "¿Viviremos eternamente?", escribía en el programa de su Sinfonía N.°2 el compositor austro-bohemio. El director Charles Dutoit recupera sus palabras para reflexionar sobre la actualidad de la obra. "Su 'resurrección' no habla de Cristo", dice y sigue: "No se trata de la resurrección cristiana ni de ninguna en particular. Es universal y atemporal".

Resurrección: la puesta del Teatro Colón que nadie se quiso perder
Por primera vez el Teatro Colón abrió su temporada fuera de su icónico edificio. Jorge Telerman, director general y artístico de la institución, señaló que "el teatro fue siempre un acto social" y, en esta línea, reflexionó sobre el sentido que adquiere la elección de esta sinfonía de Mahler en este momento histórico. ""Esa palabra, resurrección -y la música de Mahler y la puesta de Romeo Castellucci- cobran, en la Argentina y a 40 años de la recuperación de la democracia, un sentido particular"
Como suele ocurrir, la apertura de la temporada del Teatro Colón convocó a políticos, empresarios y personalidades del mundo del arte. Enrique Avogadro, ministro de la Cultura, fue uno de los primeros en llegar. También dijeron presente el jefe de Gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta, Gabriela Michetti, Fernán Quirós, Jorge Macri, Adolfo Rubinstein, Martín Redrado y Waldo Wolf, María Eugenia Estenssoro, entre otros.
También hubo artistas como Joaquín Furriel, Mirta Busnelli, Inés Estévez, Flavio Mendoza, Fabián Doman, Kevin Johansen -que fue junto a su pareja, la periodista Lala Franco-, Roxana Zarecki -que fue con su pareja, el empresario Sebastián Bagó-, Dolores Trull y el Chango Spasiuk, entre otros. También dijeron presente, con bermudas deportivas y remera de algodón -un look de algo inusual para este tipo de eventos- Leo García y Javier Daulte.