La historia de amor de Julieta Zylberberg con su actual pareja
A punto de dar a luz a su segundo hijo, Julieta Zylberberg está muy enamorada de Agustín Toscano, con quien empezó una relación hace dos años.
Poco tiempo después de separarse de Esteban Lamothe, Julieta Zylberberg volvió a abrirse al amor y empezó a salir con Agustín Toscano, un guionista y director con quien está a punto de convertirse en madre por segunda vez.
Julieta Zylberberg está súper enamorada y en el mejor momento de su relación, y es entendible. Con Toscano están apenas en su segundo año en pareja, viviendo a pleno su historia que incluye familia ensamblada, proyectos en común, risas y, ahora, Florián, como llamarán a su hijo que tiene fecha de parto para el 1 de diciembre.
“Con Agustín nos conocimos hace dos años, por amigos en común. En realidad, nos conocíamos y nos cruzamos por el trabajo varias veces, pero empezamos la relación hace dos años”, contó la actriz en una entrevista a La Nación.
Mamá de Luis Ernesto, el hijo que tuvo con Lamothe, Zylberberg se animó a volver a incursionar en la maternidad con su novio, que también es papá. “Pensaba que estaba bueno tener otro hijo, pero pasaban los años y no se daba, así que había abandonado un poco esa idea”, confió.
Y agregó: “Y supongo que él también porque tiene dos hijas de 8 y 16 años. Se dio desde el amor y es muy lindo”. Para Julieta, que este año cumplió 40, este es el momento ideal para la llegada de otro hijo. “Es lindo que llegue un hijo ahora. Estoy en otra etapa de mi vida, con más años. Está bárbaro y es una hermosa sorpresa”, indicó.
La familia ensamblada de Julieta Zylberberg y su pareja
Es que desde un principio todo fluyó entre Julieta y Agustín. Así lo contó la artista: “No nos resultó difícil ensamblar la familia con hijos, perros y plantas. Ya de entrada todos se llevaron bien. Sé que puede ser complicado, pero en nuestro caso se dio bastante naturalmente”.
La casa de Zylberberg y de Toscano es una casa de artistas, donde se habla mucho de cine y de teatro, pero también “de mucha pavada”, como ella dice. “Conversamos, consultamos lo que hacemos y lo que tenemos ganas. Es muy lindo. Nos respetamos y apreciamos la mirada del otro y eso hace todo más fácil”, señaló.