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Déborah Turza: “Después de Festilindo me hubiese encantado ir a terapia”

Es una primera dama del teatro musical argentino, tiene más de cuatro décadas de carrera y hoy protagoniza en calle Corrientes la versión musical de Mujercitas, el clásico de la literatura.
Déborah Turza La talentosa actriz y cantante protagoniza Mujercitas Foto: Martin Ponczyk
Déborah Turza La talentosa actriz y cantante protagoniza Mujercitas Foto: Martin Ponczyk

Si a Déborah Turza le dieran a elegir un personaje de cualquier musical, sin vacilar, se pondría en la piel de la protagonista de Cabaret, Sally Bowles. “Es mi cuenta pendiente”, asegura, en diálogo con MDZ, y reconoce: “Siempre soñé hacerlo y es un poco también por mi gran admiración por Liza Minnelli”.

Es una primera dama del teatro musical argentino y en sus más de 40 años de carrera formó parte de grandes éxitos de la cartelera teatral porteña como Sweet Charity, Rent, Por Amor A Sandro, Los Productores y El Violinista en el Tejado. Sin embargo, de la larga lista de producciones en las que participó, hay una que marcó un antes y un después para ella: Mamá está más chiquita. Es una obra local que estrenó en 2017 y la bautizaron como “la más linda del mundo”.

Pero, ¿por qué fue tan importante para ella? “Es una obra muy fuerte y es argentina. Hice a Rita y soy la primera que interpretó al personaje. Pude crear a partir de lo que estaba escrito y, obviamente, al ser dirigida por el director. No es algo que ya venía de afuera, se hizo acá por primera vez y fue muy importante a muchos niveles. Es una obra mágica y es maravilloso lo que pasa con la gente cuando la ve. También lo que me pasó a mí al transitarla”, cuenta.

Déborah Turza también forma parte del elenco de Matilda, el musical / Foto: Martin Ponczyk

Hoy, en calle Corrientes, Turza protagoniza Mujercitas. Es la versión musical de la novela, publicada en 1868, de la escritora estadounidense Louisa May Alcott. “Tenía el libro de chica, era de una colección y tenía varios. Tenía Mujercitas, Los muchachos de Joe, Sissi, emperatriz. Eran como varios libros de esa época. Y al de Mujercitas lo amaba, igual que a esas hermanas y esa historia”, recuerda.

- ¿Qué te motivó a formar parte del elenco de Mujercitas?
- Primero, que es un clásico. Acaba de cumplir 155 años y sigue súper vigente, se resignifica todo el tiempo y, además, esta versión es musical. Tiene una música tan hermosa que me cautivó. Marmee, el personaje de la madre, que es el que yo hago, es hermoso y me pareció que yo estaba en un buen momento para ponerme en esa piel.

- Después de 155 años, y con el surgimiento de los movimientos feministas, la mentalidad de la sociedad cambió, ¿cómo es encarar en 2023 una historia que data de 1800?
- ¿Ha cambiado tanto la mentalidad de la sociedad? Hay cosas que todavía están en el ADN cultural. Siempre a la mujer le cuesta más abrirse paso. Siempre tiene sobre sus hombros y sobre su responsabilidad no solamente su pasión o su proyecto personal, sino un montón de otras cosas que tienen que ver con la familia y los cuidados y el hacerse cargo de muchas cosas que ahora, por suerte, no es tan así. Pero no sé si en todos lados y no para todo el mundo. Al menos desde el punto de vista de cómo se piensa o cómo se siente o cómo se sueña. Todavía falta mucho y está buenísimo que sigamos poniendo sobre la mesa estos temas. Pensar que una mujer solamente podía tener tranquilidad si conseguía un buen partido, alguien con quien casarse y que la pudiera mantener… porque las mujeres no tenían derechos civiles. Hoy muchas veces pasa algo de eso. Digo, es difícil, todavía se sigue cuestionando. Hay lugares en el mundo donde las mujeres no tienen derechos directamente. No es que cambió todo con las mujeres, también hay otras minorías y sectores de la sociedad que tienen que seguir luchando por sus derechos y para que se los y las considere de la misma manera. Entonces, me parece que está súper vigente.

Mujercitas cuenta en escena con 11 músicos y 10 intérpretes / Foto: Estudio Argos

El alter ego de Luisa, que es la autora, es Jo, que soñaba con ser escritora, famosa, vender libros, poder vivir de eso y darle algo bueno a su familia. Recibió muchísimos rechazos de parte de las editoriales manejadas por hombres que claramente le decían “vaya a su casa y tenga bebés, que para eso están las mujeres”. Hoy, por darte un ejemplo tonto, una mujer va manejando un auto y si pasa algo, un señor le grita “andá a lavar los platos”. No es loco que pase algo así. Es como el mismo germen. Está buenísimo contar esta historia una vez más, que no solamente habla de eso, sino también de los vínculos familiares, de la muerte… Todos temas que atraviesan a las sociedades a lo largo de los años y que siguen estando por más que ahora tengamos Internet, computadoras, aviones y la mar en coche (se ríe).

- ¿Cómo ves hoy al género musical en la Argentina?
- Muy bien, muy bien artísticamente. En cuestiones de lo que es la plaza, digamos, en el teatro musical comercial es más complicado porque son producciones que tienen muchísima inversión y muchísimas áreas dificultosas a nivel técnico. Estoy hablando de los grandes musicales, después por supuesto tenemos, como en el teatro que no es musical, todo un circuito off maravilloso. Tal vez no tiene, no sé, un escenario giratorio porque no necesita, pero tiene un montón de otras cosas súper originales. Historias nuevas, música original… Eso no para de crecer y me da muchísimo orgullo, muchísimo orgullo ser parte también de eso. El teatro musical argentino contemporáneo es en sí mismo pisa fuerte. Madrid está muy alto también ahora, tanto como Londres y Nueva York. Acá tenemos una plaza de teatro musical muy grande y de hecho, exportamos artistas porque muchas de las personas que están allá en España haciendo, dirigiendo y protagonizando son argentinos.

- Tuviste la posibilidad de estudiar en Estados Unidos, ¿qué diferencias encontrás entre lo que se hace allá y acá?
- Fui hace unos 20 o 25 años. En ese momento, acá todavía no había escuelas de teatro musical o lugares de formación tan fuertes como hay ahora. Además, Nueva York es la meca, es como la tierra prometida del musical. Allá no solamente podía ir a tomar clases con las mismas personas que estaban trabajando en musicales, sino que además podía ir a ver esos musicales. Hoy acá hay de todo eso y más, y además hay un plus que es la argentinidad que tenemos y una cuestión cultural propia, que es única. En aquella época,  tener la posibilidad de ir y formarse en esos lugares, con esa gente, era algo que acá no podía ser. Fue tener la posibilidad de ver de primera mano las cosas que uno soñaba hacer, que una quería hacer.

- Tus inicios fueron en Festilindo, ¿qué rescatás de tu paso por el programa?
- Fue como mi primer amor, digamos. Fue lo primero que hice profesionalmente en mi carrera. Fue ir a jugar, cantar, bailar, a hacer amigos y amigas, a estar en la tele, grabar discos, hacer recitales… Fue como un primer encuentro con todo eso que dejó un sello de fuego, marcó para siempre. Fue una experiencia inolvidable.

- Eras chica y estabas en la cresta de ola, ¿cómo fue cuando terminó todo? ¿Qué hiciste después?
- Ahí empecé terapia (se ríe). No, ahí no empecé porque era muy chica, pero me hubiese encantado que mi mamá me llevara para poder entender un poco qué era lo que estaba pasando. No se ponía mucho en palabras. En aquella época era como que se daba por sentado que las cosas eran así y bueno, no había que explicar nada. Por más que una sabía que crecía y que eso en algún momento se iba a terminar, fue un golpe muy duro. Las veces que terminó, porque terminó más de una vez para mí. Primero cuando tenía 14 años y por una cuestión de edad me hicieron la despedida. Fue una tristeza muy grande porque no entendía mucho, no quería crecer, quería seguir cantando, viajando con mis amigas. Y después, hubo una vuelta en el ‘93 donde el grupo estaba conformado por las mismas personas, pero ya adolescentes de entre 13 y 18 años. Ya éramos más grandes, estuvimos cerca de un año y terminó todo. Sumado a que la adolescencia es un momento clave, donde uno está medio que no sabe para dónde ir, fue difícil. Sobre todo porque teníamos un lugar como de privilegio, un lugar de éxito, de reconocimiento, de fama.

- ¿Qué tanto te importa la fama?
- La fama en sí misma es como algo realmente muy efímero y que no es algo que prevalece, lo que prevalece es lo que uno es, lo que va construyendo y eso lo fui entendiendo con el tiempo.

Para agendar

Mujercitas

Déborah Turza, Macarena Giraldez, María Florencia Zapana, Aldana Eve y Carmela Barsamián protagonizan Mujercitas / Foto: Estudio Argos

Últimas tres funciones. Miércoles de octubre, 20:45 horas, en la Sala Pablo Neruda del Paseo La Plaza. Entradas en Plateanet.