El Brote: cuando el teatro es un regalo que duele

El Brote demuestra que no es necesario un gran despliegue escenográfico para que un espectáculo conmueva al espectador. Para que el público aplauda de pie es suficiente contar con un talentoso actor, un buen texto y una correcta dirección. Emiliano Dionisi (dramaturgo y director) lo sabe. 

En escena, quien se luce es Roberto Peloni que, durante 70 minutos, no tiene respiro. Hace reír y emocionar por igual. No necesita más que tres sillas, un telón, una luz testigo y su cuerpo para hacer magia. Tiene mucho oficio y se nota. Se destaca también el trabajo de Agnese Lozupone, la iluminadora, que le ayuda a crear diversos climas.

El reconocido intérprete, que en 2021 recibió el Premio Konex como artista destacado de la última década, se pone en la piel de Beto. Es un actor de método que forma parte de una compañía de repertorio al que siempre le tocan los personajes utilitarios, rara vez adhiere al trabajo de sus colegas y está convencido de que la escenografía pretenciosa tapa trabajos tibios. 

Confunde ficción y realidad. Es que, asegura, lo más difícil del teatro es separar el mundo de las emociones reales de las privadas para que no ahoguen al artista. Pasa de la alegría al enojo en segundos y evoca parlamentos de personajes clásicos creados por William Shakespeare, Sófocles y Pedro Calderón de la Barca.

El Brote es teatro en el teatro. Lo que no se ve de una obra. Una crítica. Una oportunidad para decir verdades. Un cachetazo de realidad. Un espectáculo con el que teatristas hacen catarsis. Una invitación a reflexionar sobre qué personaje somos en nuestra vida y cuál es nuestro propósito. Una clase magistral de actuación de Peloni. Y, también, una prueba de que, a veces, el teatro es un regalo que duele.

Para agendar

El Brote
Martes, a las 20:30, en el Teatro Maipo (Esmeralda 443, Buenos Aires). Entradas en Plateanet.