Entrevista

Simona, la nueva promesa global del pop latino urbano

Con tan solo 27 años, la mendocina se posiciona como una de las nuevas figuras dentro de la nueva escena musical urbana. En la nota, una charla con la artista que está dando de qué hablar a nivel global.

Gonzalo Arroyo
Gonzalo Arroyo domingo, 10 de abril de 2022 · 12:35 hs
Simona, la nueva promesa global del pop latino urbano

La actualidad de la música nacional se encuentra plagada de jóvenes artistas mujeres que protagonizan una verdadera revolución dentro de la escena urbana. Dentro de géneros como el trap, el hip hop o el reggaetón, nombres de la talla de Nicki Nicole, Cazzu o María Becerra, están dando de qué hablar dentro de la industria.

Entre esos nombres aparece Simona. La joven artista mendocina, actualmente radicada en Barcelona, viene despertando mucha repercusión luego de su reciente paso por el Lollapalooza Argentina. Además, Spotify la eligió para que fuera la embajadora del programa EQUAL Global, siguiendo los pasos de artistas como Billie Eilish, Karol G o Jorja Smith.

Con tan solo 27 años, supo posicionarse con algunas canciones en un lapso corto de tiempo. Con menos de un año tocando en vivo, ya logró una visibilidad poco común para una artista tan joven.

Su visita a Mendoza fue una buena excusa para charlar con Simona sobre cómo encaró desde la independencia un proyecto con tanto futuro, el lugar de la mujer dentro de la industria y el lúdico inicio de su vínculo con la música.

“Voy a ver la montaña y voy a llorar”, expresa visiblemente emocionada desde algún rincón de Barcelona previo a su visita a Mendoza. Hace cinco años, la joven artista mendocina abandonó su tierra natal para probar suerte en España junto a parte de su familia. Acá quedaron su abuela, su mamá y sus grandes amigos de la infancia. Fue junto a ellos que comenzó a dar sus primeros pasos en la música cuando cursaba el secundario. “Yo iba a los Niños Cantores y con varios compañeros armamos una banda que se llamaba Punk Hammond. Era todo muy lúdico. Salíamos del cole y nos íbamos a tocar un rato. Fue mi primera experiencia con la música”, recuerda sobre su vínculo con la música en su temprana adolescencia. De esa camada generacional que describe surgieron grandes artistas de la escena local como Lucas Bocci, Lucca Beguieri, Catalina Segura y Juan Saieg, entre otros.

Pero en aquel momento la música para ella era solo un espacio recreativo, esa excusa perfecta para juntarse con amigos y divertirse. Todavía no pasaba ni remotamente por su cabeza vivir de la música. “Yo solo iba a gritar un rato al micrófono. A mí me pintaba más bailar. Pero muchos de mis amigos ya en aquella época tenían claro que querían ser músicos. A mí me llegó más tarde, estando en Barcelona”.

Fue gracias a dos mendocinos que volvió a vincularse con instrumentos, estudios de grabación y escenarios. “Cuando llegué a Barcelona conocí a dos amigos que tenían un estudio en su casa. Siempre se juntaban a tocar y yo estaba ahí. Entonces me fui animando a cantar, a tocar las teclas, los sintetizadores. Luego ellos volvieron a Mendoza y me dejaron una guitarra. Con solo tres acordes comencé a componer mis primeras canciones”, reconoce sobre ese momento bisagra en su vida. Estar lejos también le ayudó a dar ese primer paso. “Podés crear desde un lugar de mayor libertad. Nadie te conoce, no te importa el qué dirán. Fue un comienzo donde las canciones que fueron saliendo eran re genuinas, cero ambiciosas. Imaginate que no tenía ni siquiera pensado grabarlas”.

Pero todo llega. En 2019 lanzó sus primeras canciones en You Tube. Con un puñado de composiciones se animó a presentarse en vivo en distintos bares de Barcelona. Así, comenzó a vincularse con diversos actores de la escena que la alentaron a seguir adelante. “En uno de esos toques conocí a mi actual manager. Ella me convenció a que grabara mis temas”.

Por cumplir 27 años y residiendo de forma permanente en España, Simona está comprometida al cien con su proyecto musical y, aunque todavía no puede vivir de la música, hace un gran esfuerzo para coordinar sus otros trabajos para tener la mayor cantidad de tiempo disponible para componer y producir. “Hacer música es carísimo. Es muy difícil sin los privilegios de tener alguien detrás que te banque. Desarrollar un proyecto desde el under y lograr profecionalizarlo cuesta dinero. Pero es tomar una decisión y afrontarla. Por eso valoro muchísimo lo artesanal, lo independiente. Hacen que los proyectos crezcan de una manera diferente y se valoren más los logros obtenidos”, explica en relación al gran esfuerzo que significa mantenerse activa dentro de la industria, y agrega: “Ahora tengo el apoyo de un sello y puedo sacar música más seguido. Eso te da una dinámica que está buenísima para aprender y tomar decisiones”.

Pero de una canción lanzada en 2019 a la actualidad pasaron muchas cosas en su corta carrera. Desde ser convocada a festivales internacionales de la talla del Lollapalooza o Sonar, pasando por ser elegida por Spotify para ser embajadora del proyecto EQUAL Global. “En enero me hablaron de Spotify para comunicarme que estaban interesados en mi proyecto y que querían que fuera la embajadora de (…) del mes de febrero. La verdad que es algo muy grande”, comenta sobre esta acción que tiene por objetivo visibilizar a artistas mujeres de todo el mundo.

Simona en el Times Square de Nueva York. 

“Yo soy re consciente de lo que es ser mujer en la industria de la música y todo lo que se nos exige. Me parece zarpado que existan espacios que visibilicen esto. No es lo mismo ser mujer o ser varón en la industria de la música. Ni hablar ser trans o no binarie. A las mujeres les cuesta mucho más desarrollar su proyecto. Si bien ya hay un cupo femenino, la mayoría de los artistas que cierran los grandes festivales son varones. Ni hablar de las exigencias. A los hombres no se les cuestionan tantas cosas como a las mujeres”, reconoce sobre los espacios ganados y la lucha que significaron conseguirlos.

Pero claramente, el machismo dentro de la industria es algo cultural que venimos trayendo desde hace décadas. Y sobre todo en Argentina. En este sentido, Simona explica: “Como es tan nuevo que nosotras podamos ocupar estos espacios, tenemos falta de referentes femeninos. La música argentina siempre fue muy machista. Eso no pasa en otros países. En otras culturas, las mujeres están presentes hace muchísimos años. En Brasil hay miles de cantautoras desde hace décadas. Nuestra generación no tiene artistas referentes o son muy pocas: Gabriel Epumer, Fabiana Cantilo, Marcedes Sosa y pará de contar. En este sentido creo que actualmente estamos construyendo una nueva escena. Las pibas están re empoderadas y cada vez vemos más proyectos liderados por mujeres que la están rompiendo”.

La exposición que alcanzó en tan corto tiempo la pone a prueba. “Yo estoy bastante shockeada con todo esto. Si me pongo a pensar vengo tocando en vivo hace menos de un año, si sumamos el parate de la pandemia. Es un montón de información de golpe. Como que no me lo puedo creer. Trabajo muchísimo por esto. Aunque uno se sorprenda, también es el resultado del laburo que uno le pone todos los días. Estoy muy agradecida que a la gente le guste el proyecto, que esté creciendo tanto en tan poco tiempo, que me convoquen de grandes festivales, pero al mismo tiempo es una construcción. Es una sorpresa, pero también es algo merecido por el esfuerzo. Es importante dimensionar las cosas. Y si tomás la decisión de profesionalizar tu proyecto, buscar espacios para construirlo de una manera piola”.

+ sobre Simona

De esta forma la mendocina continúa con su carrera manteniendo un compromiso estético y ético, buscando siempre la experimentación y la diversidad sonora, junto a sus apasionadas letras. Con “Vino y blunt”, su último lanzamiento producido por Facundo Castaño y Pablo Gimenez (El Zar), y Nico Bresh, Simona sigue fiel a sus inicios, apostando por la mezcla de universos.

En su anterior single “Amarillo mi corazón” demostró su versatilidad a través del house, recordando su compromiso con ella misma. Ya jugaba con la bossa nova en “Clean baby” y nos introdujo al sweet reggaetón en “Rosa pastel”, todas ellas canciones únicas que revelan pieza a pieza la esencia de la artista.

Un collage de la vida misma, géneros que vuelan sin miedos, sin prejuicios. Inspirada por sus amigas, mujeres, sirenas, un recuerdo, una canción o un paseo en bici de madrugada, Simona, baja del barrio a la ciudad, de la montaña al mar, mezclando sin miedo los sabores fuertes.

Natural, la artista argentina radicada en Barcelona, libera su música de los estereotipos y busca bien adentro, degustando la eterna dicotomía entre el bien y el mal. Combina la naturaleza y sencillez de su cotidianeidad con el caminar de su música y su arte. Es cercana, comprometida con sus convicciones, pero sobre todo, es real.

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