La emoción de Vanina Escudero en el bautismo de su hija Joaquina

Afortunadamente, Vanina Escudero está cerrando el año de una manera muy feliz. Después del susto que se pegó cuando debió ser intervenida quirúrgicamente de urgencia en octubre, cuando tuvo una emergencia ginecológica de visita en Buenos Aires, a Vanina le llegó la hora de celebrar en familia. 

Es que la bailarina y su marido, Álvaro Navia, decidieron bautizar a su hija Joaquina, que ya tiene 6 años. Una ceremonia muy emotiva que convocó a buena parte de sus seres queridos, que cruzaron el Río de la Plata para festejar a lo grande en Uruguay, donde la pareja vive desde fines de 2020 con sus dos hijos, Joaquina y Benicio.

El evento, que se realizó en la parroquia Stella Maris, en Montevideo, fue un gran motivo para celebrar el estar juntos, como lo mostró la hermana de Silvina al compartir en sus redes el álbum de fotos del día. 

"Llegó el tan esperado bautismo de Joaqui. ¡Lo que deseó que llegara este día! Una gran emoción para toda la familia", expresó la bailarina en sus redes, junto a las postales donde se los ve radiantes para la ocasión religiosa en la que, por supuesto, Silvina dijo presente. 

Tanto Vanina como su hermana lucieron vestidos frescos con mucha onda; Vanina eligió uno sin mangas, color tostado, mientras que la morocha optó por un tono maíz, con mangas amplias. La pequeña bautizada, por su parte, despertó ternura con su vestidito blanco de broderie y pelo trenzado. 

Toda una ocasión que, más allá de la lógica emoción de la familia por el sentido religioso del sacramento, fue especialmente especial por lo mal que lo pasó Vanina hace un par de meses, al internarse por un folículo hemorrágico que se complicó en la Clínica Olivos, la misma donde en 2020 operaron a Diego Maradona. 

"Estos últimos días fueron una locura. Un viaje de placer a Argentina con los chicos para reencontrarme con mamá, papá y mi hermana y terminó con una doble cirugía de urgencia", contó ella misma apenas recibió el alta. Ahora, completamente recuperada, a Vanina le llegó la hora de disfrutar.