Un baño reluciente es posible pero ¿reluciente y sin esfuerzo? ¡Claro que sí!

Es engorroso limpiar el baño y mucho más la superficie de la mampara en donde siempre hay humedad al formar parte de la ducha y producirse constantemente suciedad por los jabones, el gel, y la dureza del agua que termina dañando las uniones.

Aunque es difícil clasificar cuál es la suciedad más molesta de quitar, sin dudas la más difícil es la cal que tiene el agua. Ella es la responsable de producir daño con sus manchas blanquecinas y ásperas.

Pero a no desesperar: existe solución.
 

Mejor prevenir que curar

Como todo truco de limpieza, empieza por el cuidado. Conviene hacer buen uso del espacio para no tener que lidiar luego con demasiado trabajo a la hora de limpiar.

En este caso prevenir y facilitar la limpieza es fácil. Después de cada uso, bastará con pasar un limpiacristales por las superficies.

De esta forma se arrastrará tanto el agua como los restos de jabón para que no sequen sobre la mampara.

Es un gesto simple que no requiere mucho y puede volverse un hábito que valores el día que toque limpieza.

Vinagre: tu mejor aliado

Pero si aún así hay manchas, el truco de las abuelas es mejor que cualquier producto lleno de innovación que publicite sus virtudes en la televisión.

Este truco casero es tan efectivo como sencillo. Mezcla agua con vinagre blanco, en la misma proporción.

Con la ayuda de una esponja embebida en esta mezcla frota la mampara con movimientos circulares y enjuaga luego con agua limpia. Quedará radiante.

Bicarbonato: para suciedades difíciles

Ideal para remover manchas de cal, la mezcla de vinagre blanco con bicarbonato se usa dejando reposar unos 10 a 15 minutos. Luego de que el limpiador casero haga su efecto, enjuaga con agua limpia y seca con un trapo seco. Quedará resplandeciente.

Limón para el brillo

Cuando el toilette esté completamente limpio se puede subir la apuesta consiguiendo el brillo del primer día que lo viste ¿cómo?

Mezcla el jugo de un limón con un chorrito de agua. Con la punta de un trapito de felpa repasa la mampara y cuando brille como el sol querrás pasarlo por el resto: canillas, apliques, jabonera y loza. Otorga, no sólo luz, sino también un aroma cítrico muy agradable.

¿Y si es de plástico?

La mayor parte de las mamparas son de vidrio templado, incluso algunas tienen un tratamiento antisuciedad que permite que se vean transparentes por más tiempo, aunque no le hace ningún daño limpiarlas con vinagre, bicarbonato y limón pero ¿en el caso de ser de plástico?

Mezcla amoniaco, alcohol y agua. Introduce la mezcla en un vaporizador y rocía la superficie una vez por semana. Al pasar un paño limpio húmedo quedará como nueva. Lo ideal es usar mascarilla al hacerlo para evitar reacciones adversas.

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