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Según la ciencia, este es el sabor de helado al que nadie puede resistirse

Su versatilidad, su estructura química y la carga emocional que despierta lo convierten en el sabor de helado más elegido a nivel global.

La elección de un helado suele parecer una decisión trivial frente a una amplia variedad de opciones. Sin embargo, distintos estudios científicos y encuestas internacionales demuestran que existe un sabor que logra imponerse con sorprendente consistencia en diferentes culturas y generaciones: la vainilla.

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Sabores irresistibles: lo que dice la ciencia sensorial

De acuerdo con una encuesta realizada por el portal especializado Mashed, en la que participaron más de 31.000 personas, el 37% de los encuestados señaló a la vainilla como su helado preferido. En segundo lugar se ubicó el chocolate, con un 28%. Esta tendencia no se limita a una región en particular: análisis de consumo en diversos países revelan que la vainilla se mantiene invariablemente entre los primeros puestos.

La explicación de esta preferencia va más allá de la costumbre. La ciencia sensorial indica que la clave reside en la cremosidad, la textura grasa y la suavidad aromática que caracterizan a este sabor. Investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania comprobaron que los consumidores apenas perciben diferencias entre versiones con alto contenido graso y opciones reducidas, siempre que la base de vainilla sea de calidad. Este hallazgo refuerza la idea de que el atractivo del sabor radica en su equilibrio y no necesariamente en el exceso de grasa o azúcar.

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La química y el aroma del helado de vainilla

A su vez, la química del helado desempeña un papel fundamental. La estructura congelada y la liberación gradual de compuestos aromáticos durante el derretimiento en boca potencian la experiencia sensorial. En este aspecto, la vainilla ofrece un perfil aromático limpio y persistente, que genera una sensación placentera y fácilmente reconocible.

El componente psicológico también resulta decisivo. La vainilla es percibida como un sabor neutro, adaptable y seguro. Su versatilidad permite combinarla con frutas, chocolates, galletas o salsas, lo que amplía su atractivo para consumidores de distintas edades. Además, está asociada culturalmente a la infancia y a postres tradicionales, evocando recuerdos de hogar y generando una respuesta emocional positiva.

Aunque sabores como el chocolate, las galletas con crema o las variantes con trozos y mezclas tienen gran aceptación, los estudios sensoriales confirman que cuando se comparan opciones en su forma más básica, la vainilla se impone con claridad. Su capacidad de satisfacer tanto al consumidor que busca simplicidad como al que prefiere experimentar la convierte en un sabor universalmente exitoso.

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