Por qué hoy es el día para honrar al cantor cuyano
La fecha recuerda a Mariano Ernesto Cacace: quién era y por qué se homenajea a todos los intérpretes que mantienen viva la tradición folclórica de la región.

Mariano Ernesto Cacace junto a su hija Fabiana.
Facebook: Fabiana CacaceEl Día del Cantor Cuyano se celebra cada 19 de agosto en Mendoza, en homenaje a la figura de Mariano Ernesto Cacace, uno de los máximos representantes de la música regional y embajador de las canciones cuyanas. La conmemoración fue instituida en 2016 por la Legislatura provincial mediante la Ley 8900, con el propósito de reconocer no solo a este artista sanrafaelino, sino también a todos los intérpretes que han dado vida, continuidad y proyección a la tradición musical de Cuyo.
La norma que dio origen a esta efeméride establece un tributo colectivo: el recuerdo de quienes cimentaron la identidad cuyana, el reconocimiento a los artistas que hoy mantienen viva esa herencia y el aliento a las nuevas generaciones de músicos que continuarán transmitiendo el legado.
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El legado de Mariano Ernesto Cacace
Nacido en San Rafael el 19 de agosto de 1945, Mariano Ernesto Cacace se destacó como cantor, guitarrista, arreglador musical y difusor incansable de la cultura cuyana. A lo largo de su trayectoria fue considerado un verdadero embajador de la música de la región, llevando la tonada y el folclore más allá de las fronteras de Mendoza y de la Argentina.
Fundador del recordado dúo Cacace-Aliaga, Cacace recorrió escenarios emblemáticos y festivales de todo el país, llevando siempre la esencia de su tierra natal en cada interpretación. Su propuesta artística se caracterizó por el equilibrio entre la fidelidad a las raíces y la búsqueda de nuevas formas de expresión, lo que le permitió renovar el repertorio cuyano sin perder su identidad.
Una vida dedicada a la música de Cuyo
La trayectoria de Cacace estuvo marcada por la influencia y el diálogo con otros referentes de la música regional, entre ellos Buenaventura Luna, Félix Dardo Palorma, Chacho Santa Cruz, Oscar Valles y Ernesto Villavicencio. Con ellos compartió la misma pasión por mantener viva la tonada, al tiempo que apostaba por su proyección hacia nuevas audiencias.
En cada presentación, Mariano Cacace evocaba a su San Rafael natal, tierra a la que siempre le dedicó su voz y su guitarra. Su capacidad para transmitir valores y tradiciones lo convirtió en un referente también para los jóvenes, a quienes supo acercar la riqueza del folclore con un lenguaje accesible y cargado de emoción.
El cantor falleció el 15 de noviembre de 2014, dejando un vacío en la cultura cuyana. Sin embargo, su partida estuvo en sintonía con la vida que eligió: fue despedido en un ambiente colmado de tonadas, guitarras y poesías, acompañado por familiares, amigos, colegas y admiradores que se reunieron para rendirle homenaje.