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Por qué es un peligro tremendo ir al baño, tirar la cadena y no bajar la tapa del inodoro

Especialistas explican cómo la acción de tirar la cadena sin cerrar la tapa del inodoro puede dispersar bacterias y virus en el ambiente del baño.

Hay una práctica muy simple que evita que millones de partículas microscópicas se esparzan por todo el baño.

Hay una práctica muy simple que evita que millones de partículas microscópicas se esparzan por todo el baño.

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Bajar la tapa del inodoro antes de tirar la cadena no es sólo una cuestión de hábitos o modales. Se trata, en realidad, de una medida de higiene respaldada por la ciencia. Diversas investigaciones en el campo de la microbiología han demostrado que al accionar la descarga del inodoro con la tapa levantada se genera una especie de “aerosol fecal”, un fenómeno que puede dispersar millones de partículas microscópicas, algunas potencialmente patógenas, en el aire del baño.

Según estudios realizados por universidades como la de Colorado Boulder y publicaciones especializadas en salud ambiental, al tirar la cadena, el movimiento del agua genera una nube de gotículas que pueden alcanzar hasta 1,5 metros de altura. Estas partículas, invisibles al ojo humano, pueden contener bacterias como Escherichia coli, Clostridium difficile, o incluso restos de norovirus, y permanecen en el aire durante varios minutos.

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Es clave bajar la tapa del inodoro.

Es clave bajar la tapa del inodoro.

Un riesgo para la salud, especialmente en espacios compartidos

El riesgo de esta dispersión aumenta significativamente en baños de uso compartido, ya sean públicos o domiciliarios. Las gotículas contaminadas pueden depositarse en superficies cercanas como cepillos de dientes, toallas, griferías o el lavamanos, facilitando la transmisión indirecta de enfermedades. Este fenómeno resulta particularmente preocupante en entornos con personas inmunosuprimidas o con sistemas de defensa debilitados, como niños, adultos mayores o pacientes hospitalizados.

En este sentido, instituciones como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han resaltado la importancia de implementar prácticas de higiene ambiental para reducir los riesgos de contagio en espacios cerrados.

La pandemia visibilizó el problema

Durante la pandemia de COVID-19, varios estudios alertaron sobre la presencia del SARS-CoV-2 en materia fecal, lo que reavivó el debate sobre la transmisión de virus a través del aire en espacios como los baños. Aunque no se demostró que el uso del inodoro fuera una vía principal de contagio, las recomendaciones para minimizar la propagación de patógenos incluyeron cerrar la tapa antes de tirar la cadena, además del refuerzo de limpieza de superficies de alto contacto.

Un hábito de bajo costo con alto impacto

Incorporar este sencillo gesto a la rutina diaria representa una acción preventiva de bajo costo y fácil implementación, tanto en hogares como en instituciones educativas, oficinas y establecimientos gastronómicos. En paralelo, se aconseja mantener una ventilación adecuada en los baños y desinfectar periódicamente las superficies cercanas al inodoro.