El tango como abrazo y memoria: una celebración que crece con los años
Identidad y madurez emocional: por qué el tango se vive distinto con los años y cómo se celebra en Mendoza.
Cada 11 de diciembre se conmemora el Día Nacional del Tango.
Hay músicas que acompañan desde siempre, casi sin pedir permiso. El tango es una de ellas. Aunque no todos lo bailen —ni siquiera lo intenten— su sonido es capaz de instalarse en la vida cotidiana: en la radio familiar, en un viaje en auto, en una película, en la voz inconfundible de un cantor. Su peso emocional no exige técnica ni conocimiento, apenas disposición. Por eso el tango es, ante todo, un género musical que nos abraza desde la escucha.
Con más de un siglo de historia, el tango nació en los arrabales del Río de la Plata y se expandió en un ida y vuelta entre orquestas, poetas, inmigrantes y bares de madrugada. Ese cruce de culturas dio origen a una música única en el mundo, cargada de melancolía, ironía, nostalgia, picardía y una potencia expresiva que sobrevive a modas y tendencias.
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En 2009, la UNESCO lo declaró Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, destacando su capacidad para transmitir identidad, memoria colectiva y sensibilidad urbana a través de un lenguaje sonoro inconfundible.
Una música que se disfruta más con los años
Aunque cualquiera puede enamorarse del tango a cualquier edad, hay algo en su profundidad lírica que suele resonar más fuerte con el paso del tiempo. No es casual que muchos oyentes afirmen que “de grande se escucha distinto”.
El tango habla de amores rotos, de despedidas, de segundas oportunidades, de noches largas, de humor ácido, de la belleza de lo simple. Habla de lo que se gana y se pierde en el camino. Y esas capas emocionales se descifran mejor cuando la propia historia personal empieza a dialogar con las historias que narran sus letras.
La música también ofrece una cualidad difícil de encontrar en otros géneros: un ritmo que invita a detenerse, a escuchar con atención, a dejarse llevar por la orquesta, por un fraseo de bandoneón, por el color único de las grandes voces. En tiempos acelerados, el tango propone un tempo humano.
Mendoza celebra una tradición que sigue vigente
En este marco de homenaje cultural, el sábado 13 a las 20 el Espacio Cultural Julio Le Parc será escenario de la Gran Milonga por el Día Nacional del Tango, un encuentro gratuito que reúne a músicos, bailarines y amantes del género. Aunque el evento tiene una fuerte impronta milonguera, su espíritu está atravesado por la música y por la celebración del tango como símbolo nacional.
La velada contará con la presencia de Mercedes Frites y Javier Oliva, campeones del Certamen Intermilongas Cuyano 2025, y de Sofía Gallardo y Luis Campos, finalistas del torneo. También se reconocerá a la histórica milonga “Placita Vergara”, mientras que la musicalización estará a cargo de Dámaris Aveiro, con clásicos y nuevas interpretaciones del repertorio tanguero.
Una identidad que se escucha
Cada 11 de diciembre se celebra el Día Nacional del Tango -que recuerda los nacimientos de Carlos Gardel y Julio de Caro- es celebrar parte de nuestra identidad sonora. Porque, más allá del baile, el tango es música que nos acompaña, nos refleja y nos madura. Y cada diciembre nos recuerda que, en algún rincón de nuestra vida, siempre hay un compás esperando ser escuchado.



