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El pueblo de Neuquén que no figura en las guías pero enamora con sus paisajes

En el norte neuquino, lejos de los circuitos turísticos tradicionales, se esconde Las Ovejas, un pequeño pueblo rodeado de montañas, cascadas y termas que cautiva con su tranquilidad y sus paisajes intactos.

Paisajes de ensueño y naturaleza virgen en el norte neuquino.

Paisajes de ensueño y naturaleza virgen en el norte neuquino.

Turismo Neuquén

En medio de los paisajes solitarios y áridos del norte de Neuquén, aparecen valles verdes irrigados por ríos y vertientes de aguas claras. Allí se encuentra Las Ovejas, un pequeño pueblo que se ha convertido en la puerta de entrada al norte neuquino, un rincón donde la naturaleza y la cultura local se combinan para ofrecer experiencias inolvidables.

Llegar hasta Las Ovejas es en sí mismo parte del encanto. Desde la capital neuquina son 491 kilómetros de viaje por la Ruta Provincial 43, atravesando localidades como Zapala, Las Lajas, Chos Malal y Andacollo. El consejo para los viajeros es cargar combustible tanto en Chos Malal como en Andacollo, ya que a partir de allí no hay estaciones de servicio en los siguientes poblados, algo fundamental si se piensa continuar hacia las maravillas cercanas al volcán Domuyo.

Durante la primavera y el verano, el pueblo ofrece un abanico de actividades al aire libre. Cabalgatas, mountain bike, trekking y observación de aves son algunas de las opciones preferidas, en un entorno dominado por ríos, arroyos y áreas naturales protegidas. Los ríos Neuquén y Varvarco, junto con las Lagunas de Epulauquen y más al norte las Lagunas Varvarco Campos y Varvarco Tapia, son escenario ideal para la pesca deportiva de truchas arco iris, marrón, fontinalis y percas. Los amantes de los deportes náuticos también encuentran su lugar aquí, con propuestas de kayak, rafting y canotaje en aguas cristalinas.

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Las Ovejas combina tradición rural, ríos cristalinos y montañas imponentes.

Las Ovejas combina tradición rural, ríos cristalinos y montañas imponentes.

Pero Las Ovejas no es solo naturaleza: también invita a sumergirse en la cultura del norte neuquino. Las fiestas populares de la cueca, el pan casero y el mate son una oportunidad única para compartir con los lugareños. Además, las artesanías en madera, cerámica, pinturas y sobre todo textiles realizados en telar con lanas naturales, muestran el talento y la tradición de su gente. La gastronomía local, con platos a base de chivito, cordero o pescados de la zona, completa la experiencia con sabores auténticos.

Los alrededores del pueblo esconden sitios imperdibles. A pocos kilómetros, en Manzano Amargo, se encuentra la cascada La Fragua, un salto de más de 40 metros que se precipita desde un bloque de basalto, testimonio de la antigua actividad volcánica. También vale la pena visitar el Área Natural Protegida Lagunas de Epulauquen, a 40 km por un camino de ripio que recorre el curso del río Nahueve. Allí esperan paisajes andinos de gran belleza, senderos como el “Hayas del Sur” que atraviesan bosques de robles pellín, ñires y coihues, y la cascada La Chaquira, accesible con una caminata de baja dificultad.

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Un rincón escondido de Neuquén donde la calma y la aventura conviven en equilibrio.

Un rincón escondido de Neuquén donde la calma y la aventura conviven en equilibrio.

Un capítulo aparte merece el área del volcán Domuyo, conocido como “la cima de la Patagonia”. Desde Las Ovejas, la ruta continúa hacia el norte pasando por Varvarco, el cajón del Atreuco y el cajón del Covunco, hasta llegar a Aguas Calientes, donde se pueden disfrutar baños termales rodeados de un entorno montañoso único. Desde allí parte una huella que conduce hasta la base del Domuyo, un desafío para los aventureros que buscan conquistar las alturas neuquinas.

Con sus paisajes, tradiciones y atractivos, Las Ovejas se presenta como un destino perfecto para descubrir el norte neuquino en toda su esencia: naturaleza virgen, cultura viva y una hospitalidad que transforma cada visita en un recuerdo inolvidable.

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