El lugar más energético del mundo no está en el Tibet, está en Chile: así es el Valle del Elqui
El Valle del Elqui, en la región de Coquimbo, Chile, combina cielos despejados, tradiciones espirituales y una energía única que lo han convertido en uno de los destinos más místicos del planeta.

Entre cerros y cielos estrellados, el Valle del Elqui es reconocido como uno de los destinos más enigmáticos y energéticos de Chile.
ShutterstockEn la Región de Coquimbo, a poco más de 60 kilómetros de La Serena, se encuentra el Valle del Elqui, un espacio singular que combina cielos despejados, montañas imponentes y un magnetismo que lo ha transformado en uno de los rincones más enigmáticos de Chile. Este valle no solo es la cuna del pisco, también se convirtió en un punto de encuentro entre naturaleza, misticismo y tradición.
De acuerdo con antiguas creencias espirituales, la llamada energía kundalini —considerada la fuerza vital de la Tierra— cambia de lugar cada 13 mil años. Durante siglos se la vinculó al Tíbet, pero relatos místicos aseguran que hoy habita en el Valle del Elqui, especialmente en Cochiguaz. Este fenómeno impulsó el turismo espiritual y atrajo a quienes buscan retiros de meditación, yoga y prácticas holísticas.
Te Podría Interesar
Los mitos en torno al valle refuerzan esa idea de misterio. Uno de los más conocidos sostiene que Cochiguaz se ubica en las antípodas del Tíbet, lo que generó leyendas sobre portales energéticos y la influencia de cerros como el Cancana, donde se cuentan historias de monjes desaparecidos en tiempos pasados.
Esta zona de Chile está muy cerca de La Serena
En ese mismo poblado se levanta la Estupa de la Iluminación, el monumento budista más grande de Chile. Su presencia arquitectónica, sumada al paisaje andino que la rodea, la ha convertido en un símbolo de contemplación y espiritualidad. Quienes llegan al valle encuentran allí un espacio de calma y conexión profunda con la naturaleza.
Con el correr de los años, el Valle del Elqui se consolidó como un imán para visitantes de todo el mundo. Astrónomos lo eligen por sus cielos despejados, mientras que viajeros espirituales lo reconocen como un lugar cargado de energía. Ciencia, naturaleza y misticismo conviven en un mismo escenario, que le da a este rincón chileno un aura única.