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El concepto de lo sexy cambia con la aceleración digital

El exceso de imágenes explícitas y las modas efímeras reconfiguran el deseo en una sociedad saturada de estímulos.

¿Qué es sexy hoy en la era de Only Fans?

¿Qué es sexy hoy en la era de Only Fans?

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El concepto de lo sexy se redefine en un contexto dominado por la abundancia de imágenes explícitas y el acceso inmediato al contenido erótico. La sobreexposición al sexo en las pantallas, lejos de potenciar el deseo, ha contribuido a lo que especialistas denominan una recesión sexual.

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Caen los niveles de deseo

De acuerdo con la National Survey of Sexual Attitudes and Lifestyles, los niveles de deseo han caído un 20% en relación con los primeros años del siglo XXI, mientras que menos de la mitad de la población británica afirma mantener relaciones sexuales semanales.

Un estudio citado por el Washington Post advierte que “hay menos sexo en la vida que en las pantallas”, y los datos sugieren que la generación Z practica menos sexo que sus padres y abuelos a la misma edad.

La explicación se encuentra en parte en la aceleración digital. Según la profesora Margo Bergman, de la Universidad de Houston, desde 2003 las tendencias han reducido drásticamente su ciclo de vida: lo que antes se prolongaba durante años hoy apenas supera los seis meses. En este escenario, las preferencias ya no parecen responder tanto a gustos personales como a algoritmos que dictan, en un flujo incesante, qué mirar y consumir.

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Sensualidad más explícita

La moda también refleja este fenómeno. Tras la sobriedad del normcore y el lujo silencioso, las pasarelas recuperan una sensualidad más explícita. Firmas como Bluemarine, Versace, Fendi y Chanel han apostado por siluetas que evocan la estética de los años 2000: torsos delgados, pantalones de tiro bajo, hombreras y ropa interior visible. Este regreso plantea un desafío para quienes no encajan en los cánones corporales impuestos, pero confirma que el deseo, en tiempos de exceso, se reconfigura a partir de la escasez simbólica y la nostalgia estética.

Lo sexy hoy ya no radica en la disponibilidad ilimitada de cuerpos en la pantalla, sino en aquello que escapa a la saturación. El misterio, la rareza y la autenticidad parecen cobrar un valor renovado en una sociedad que, paradójicamente, lo tiene todo a un clic de distancia.