Estos dos pueblos argentinos están en la misma provincia, pocos los conocen y vale la pena descubrirlos
Copacabana y Villa del Totoral ofrecen paisajes únicos, tradiciones vivas y una tranquilidad difícil de encontrar en otros destinos turísticos de Córdoba.
En el norte de la provincia de Córdoba, lejos del turismo masivo y de los circuitos más transitados, se esconden destinos que sorprenden por su historia, paisajes y autenticidad. Copacabana y Villa del Totoral son dos ejemplos perfectos de esto: pequeños pueblos que conservan su esencia y ofrecen experiencias únicas para quienes buscan tranquilidad, cultura y naturaleza.
Copacabana: paisaje rural y legado ancestral
Ubicada a 137 kilómetros de la capital cordobesa y a solo 45 de Deán Funes, Copacabana es un pequeño pueblo de menos de 300 habitantes que se destaca por su entorno natural, su comunidad artesanal y su profundo vínculo con las tradiciones locales.
El río Copacabana recorre un paisaje de areniscas rojizas y violáceas, creando un entorno ideal para caminatas, descanso y conexión con la naturaleza. Este mismo entorno guarda vestigios de los pueblos originarios: morteros tallados en la roca, aleros y cuevas con pictografías prehispánicas que aún se pueden visitar, convirtiendo al lugar en un punto de interés para quienes valoran el patrimonio arqueológico.

La iglesia Nuestra Señora de Copacabana, construida en 1812, es uno de los edificios más emblemáticos. A su lado, el cementerio y la antigua Estancia Copacabana completan el cuadro de un pueblo donde historia y espiritualidad se entrelazan. Cada 2 de febrero se celebra la fiesta patronal en honor a la Virgen de la Candelaria, con una procesión y desfile de gauchos que reúne a la comunidad.
Además, Copacabana es reconocida por su artesanía con palma de Caranday. Sus habitantes elaboran productos tejidos a mano con técnicas tradicionales transmitidas por generaciones. La visita a los talleres artesanales es otra forma de conocer la identidad del lugar.
Villa del Totoral: cultura, naturaleza y tradición
A 80 kilómetros de Córdoba capital, Villa del Totoral se presenta como una postal colonial en el norte provincial. Construida sobre el antiguo trazado del Camino Real al Alto Perú, esta localidad conserva casonas antiguas, calles arboladas y una atmósfera tranquila que la convierte en un destino ideal para descansar y reconectar.
La villa es famosa por su legado cultural: artistas como Pablo Neruda y Rafael Alberti pasaron por allí, y el pueblo aún mantiene ese espíritu bohemio que atrae a escritores, músicos y pintores. Su arquitectura colonial, con casas bajas y galerías antiguas, le da una impronta muy particular, donde cada rincón parece contar una historia.

El río Totoral aporta frescura al paisaje, y lugares como el balneario Cajón de Piedra, también conocido como La Cascadita, ofrecen espacios ideales para disfrutar de aguas cristalinas rodeadas de vegetación. Allí, los morteros en la piedra recuerdan el paso de los antiguos pueblos comechingones.
Para quienes disfrutan del senderismo, el ascenso al Cerro de la Cruz brinda una de las mejores vistas panorámicas de la región. La villa cuenta con diversas opciones de alojamiento —desde hoteles serranos hasta campings— y una gastronomía basada en recetas criollas y sabores caseros que se pueden probar en sus tradicionales almacenes y comedores de campo.

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