Presenta:

Alejandro Vigil: "Tenemos que volver a comunicar nuestra cultura"

Uno de los mayores exponentes del vino argentino sostiene que es fundamental volver a la bases para hacerle frente a la caída en el consumo. Su rol en la industria.
Mendoza como motor de crecimiento es la clave para el enólogo. Foto: Rodrigo DAngelo / MDZ
Mendoza como motor de crecimiento es la clave para el enólogo. Foto: Rodrigo D'Angelo / MDZ

Hablar con Alejandro Vigil es encontrarse quizá con la mayor referencia enológica que tienen los consumidores argentinos. Si uno pudiera indagar en cada uno de estos posibles consumidores y preguntara rápidamente por un enólogo, su nombre estaría en esa lista. 

Hoy al frente de varias unidades de negocios, enmarcadas dentro de su Universo Vigil, tiene en el vino y la gastronomía como motores esenciales para seguir poniendo a Mendoza en lo más alto en cada uno de esos aspectos. 

Súper premiado y reconocido no sólo en el país, sino fuera de la Argentina, pondera el trabajo en equipo y sabe que lograr objetivos comunes va a ayudar a transcender tanto a la industria del vino como a la gastronomía del país. 

Aquí podes ver la nota completa donde se hablaron muchos aspectos junto a Alejandro Vigil

Y a continuación un pequeño extracto de lo que se habló en la entrevista con Alejandro Vigil:

El enólogo llegó a los estudios de MDZ.

-¿Por qué hay una baja del consumo mundial de vinos?

-Hay diversos factores. Hay un cambio cultural en la vida cotidiana de la gente. También en el consumo de lo que se llama industria del entretenimiento. El vino para nosotros es cultura, pero para mucha gente es un momento de ocio y estos hábitos han ido cambiando. Hay un concepto general sobre la diversidad que no lo estamos comunicando bien, sobre quiénes somos. Pero en ese contexto, Argentina es muy pequeña en la producción mundial, y revertir esa situación nos puede llevar muchos años. Hay diversas industrias que han empezado a competir con el vino y lo dije hace muchos años y fui muy criticado: el agua saborizada es nuestro mayor inconveniente porque quedó demostrado que nos sacó de la mesa al mediodía y hoy veo a varias industrias que quieren esa porción, entre ellas, el cannabis. Creo que ahí tenemos que hacer un estudio profundo y es una competencia muy complicada porque el cannabis lo manejan cinco o seis laboratorios a nivel mundial. Las bodegas somos millones y es muy difícil aunar criterios. Tenemos que volver a comunicar nuestra cultura, nuestra forma de vida, lo sano que es el vino, sin excesos ni abusos. Seguir entendiendo al vino como parte de nuestro día a día, sobre todo en nuestras provincias productoras. 

-¿Cómo te llevás con el apodo del “Messi del Vino”? 

-Súper agradecido que me digan eso. Lo importante es que uno entienda que en la vitivinicultura no existen los personajes. Son generaciones que han podido trascender, que han ido transitando un camino y llevándonos evolutivamente a esta situación de hoy. Si sirve para que vendamos una botella más de vino al mundo, bienvenido sea. Ese apodo, no es algo que me preocupe ni que me desvele. La gente en general, siempre está buscando referentes en que anclarse y en ese sentido bienvenido sea. Pero nosotros entendemos perfectamente que somos equipos muy grandes. Hoy Argentina no representa más el 2,5% del mundo del vino. Necesitamos 700 Messi jugando en cada país y metiendo goles. Entonces yo agradecido. La gente es súper cariñosa, amable, pero hay que entender que esto es un conjunto de gente trabajando e intentando la subsistencia de nuestra industria. 

Planificar y trabajar, clave para Alejandro.

-Siempre has estado del trabajo y hoy has armado una estructura gigante de producción. El vino, la gastronomía, con estrellas Michelin, la cerveza. Es una marca muy fuerte para la Argentina todo eso… 

-Ha habido una cierta planificación en todos los pasos que hemos dado. Seguimos planificando y estamos en esta coyuntura donde lo que nos exige hoy es trabajar puertas adentro y volvernos más eficientes. Pero creo que el motor principal ha sido promocionar Mendoza. Posteriormente algunos se han convertido en negocio y otros en imagen. Con mi mujer (María Sance) siempre hemos tenido un concepto de impactar en nuestro medio. Por supuesto que cuando uno entra en un lugar y modifica el ecosistema también produce cambios negativos. Pero creo que hemos abordado mucho más los positivos y el impacto ha sido bueno, con creación de mano de obra, con mini economías en ciertos sectores, con la creación de demandas que no existían. La gastronomía para mí es parte de la vitivinicultura. No lo veo por separado en ningún punto. Cuando trabajamos con cerveza hemos trabajado sobre todo el concepto de usar el mosto del vino

-¿Te enoja cuando te critican por el restaurante o por el vino? ¿Por los precios y demás? 

-No, para nada. Pocas cosas que me enojan, si hay muchas que me entristecen. Uno tiene que tener también una mente abierta. Tenemos muchos aspectos para seguir trabajando y mejorando. Yo a veces me divierto en Twitter (ahora X). Me gusta explicar lo que plantean. Me parece que es importante que la gente maneje toda la información. 

-Ganaste varias veces 100 puntos con tu vino, ganaste estrellas Michelin, tenés restoranes, tenés cervecería, tenés un bodega muy linda en Maipú. Dirigís una de las bodegas más importantes en Argentina. ¿Te levantas a la mañana y con qué te motivas?

-Mi mundo va por otro lado. Pasa por mi familia, por mis amigos. Poder compartir el mayor tiempo posible con la gente cercana y disfrutar eso. He tenido en estos últimos dos años la desaparición de mi padre, de mi madre hace poco y creo que fueron cosas que me han golpeado mucho, que me dan muchísima tristeza, pero pienso todo lo que hemos vivido juntos y me daba una gran felicidad ir cada viernes, y abrir un un espumante con mi madre. O viajar juntos y que mis hijos hayan pasado tanto tiempo con ellos. Parte de la felicidad es compartir un vino con la gente que uno tiene cerca. La salud mental va por encima de cualquier otra cosa.