El pueblo maravilloso que se esconde entre las montañas del norte argentino
Caspalá es un pueblo que se encuentra en el departamento Valle Grande de la provincia de Jujuy, y su belleza es tranquila y sorprendente.
Enclavado en el corazón de Jujuy, el pueblo de Caspalá emerge como un destino de inigualable belleza y riqueza cultural, reconocido entre los mejores del mundo por su autenticidad y encanto ancestral. Este pintoresco rincón, situado en el departamento de Valle Grande, a 240 kilómetros de San Salvador de Jujuy, se alza a 3.100 metros sobre el nivel del mar, rodeado de majestuosos cerros que forman parte de la reserva de biosfera de las Yungas.
Caspalá, con una población de aproximadamente 500 habitantes, es un testimonio vivo de tradiciones que han perdurado a través del tiempo. La agricultura es la principal actividad de sus residentes, quienes se esfuerzan por preservar costumbres casi olvidadas en otras regiones de la provincia.
Entre los tesoros del pueblo se destaca la Iglesia Santa Rosa de Lima, una capilla del siglo XIX cuyas campanas de bronce y la venerada imagen de la santa patrona fueron traídas desde Perú, siendo el centro de la vida espiritual y social de la comunidad, especialmente durante la celebración de su fiesta patronal cada 30 de agosto.
La aventura hacia Caspalá es una experiencia en sí misma. El acceso al pueblo, ya sea desde Humahuaca o San Francisco, implica un viaje por rutas de ripio, adornadas con curvas pronunciadas y pendientes que desafían al viajero, ofreciendo vistas espectaculares de la región. Aunque el camino es transitable para cualquier tipo de vehículo, requiere precaución y, para aquellos no acostumbrados a este tipo de ruta, se sugiere considerar alternativas como excursiones organizadas o los servicios de transporte público disponibles tres veces por semana desde Humahuaca.
La oferta turística de Caspalá invita a explorar una variedad de atracciones naturales y culturales. Además de su histórica iglesia, los visitantes pueden recorrer sitios arqueológicos como el Antigüito y el Casco Antiguo, admirar la impresionante Serranía de Hornocal, o embarcarse en caminatas hacia la Cascada Casa Mocha y el antiguo Camino del Inca, conocido como Qhapaq Ñan.
La vida en el pueblo transcurre con una tranquilidad palpable, en un entorno donde el tiempo parece detenerse. Las casas de adobe, las calles empedradas, y los coloridos rebozos de las mujeres forman parte de la identidad visual y cultural de Caspalá, un lugar donde aún se conservan la fe, las tradiciones y un profundo respeto por la naturaleza.
Sin embargo, visitar Caspalá requiere una preparación adecuada. La ausencia de servicios básicos como supermercados, estaciones de servicio, y cajeros automáticos, así como la limitada conectividad móvil e internet, exigen planificación. Los visitantes deben proveerse de todo lo necesario antes de emprender el viaje desde Humahuaca, la ciudad más cercana con servicios completos. Además, es esencial tener en cuenta las condiciones climáticas y la mejor época para visitar, de abril a diciembre, para evitar las complicaciones que pueden presentarse durante la temporada de lluvias.
Caspalá no es solo un destino turístico; es un viaje al alma de Jujuy, donde el espíritu de la comunidad, el respeto por el patrimonio y la belleza del paisaje se entrelazan para ofrecer una experiencia verdaderamente única.