Este es el pueblo más bello del mundo: "Parece de un libro de cuentos"
Casitas de piedra, puestas del sol mágicas, calles tranquilas y paisajes que enamoran. Así es el pueblito que mostró sus postales en la serie Emily en París.
Los pequeños pueblos se posicionan como destinos favoritos para visitar. Sus calles tranquilas, la calidez de su gente, sus paisajes icónicos y su historia llaman la atención de quienes buscan hacer una escapada a un destino alternativo que salga del típico circuito turístico.
Muchas de estas joyas escondida de particular arquitectura y tradiciones que emocionan antes quedaban por fuera del itinerario de los viajeros; sin embargo, ahora toman cada vez más protagonismo. Por ello, la revista internacional de viajes Travel & Leisure compartió cuál es el pueblo de Francia que se ubica entre los más hermosos del planeta.
Este pueblo que parece dibujado se encuentra encaramado sobre una roca en el corazón de las montañas de Vaucluse, Francia. Es un pueblo provenzal y una de las postales más conocidas del Luberon, caracterizado por las bonitas casas de piedra seca típicas de la región de Apt.
No es la primera vez que Gordes es elegido el pueblo más hermoso del mundo, ya se había quedado con este título el año pasado. Es uno de los sitios más bellos de Francia, "con calles adoquinadas, iglesias y un monasterio salpicado de campos de lavanda que parecen sacados de las páginas de un libro de cuentos", describe T&L.
Este pueblo desplegó su belleza en varios capítulos de Emily en París y conquistó los corazones de aquellos que vieron sus maravillosos paisajes a través de la pantalla. Sus postales son únicas y perfectas para una serie y película romántica.
Uno de los imperdibles de Gordes es disfrutar de sus atardeceres. La Oficina de Turismo de Luberon Coeur de Provence ofrece visitas guiadas durante el verano. Por la noche, a la luz de los farolitos Gordes cambia completamente y regala unas hermosas vistas del pequeño poblado.
Otro atractivo para sumar en la lista es La Abadía de Sénanque. Este emblemático monumento sigue albergando a monjes cistercienses e impresiona por su arquitectura y los campos de lavanda que la rodean.