Cómo identificar tres errores que puede tener un vino
Son varios errores que pueden aparecer cuando uno degusta un vino. Aquí tres de los más relevantes y que son fáciles de identificar.
Son numerosas las razones que pueden ocasionar que un vino venga defectuoso o con errores. Problemas en la elaboración, en la conservación o en ambas, originan los defectos más frecuentes en una botella del tan preciado elixir.
A veces están vinculados a alguna bacteria presente en el proceso de elaboración o un control de calidad que no se realizó adecuadamente, vinculado a las condiciones ambientales. Ciertamente los procesos han avanzado de manera considerable, y en la actualidad es cada vez más raro encontrarlos.
1- La oxidación de un vino es, cómo su nombre lo indica, un contacto exagerado del líquido con el aire. Esto va a producir un cambio en el sabor del vino: aparte de apagar su color, llevándolo a los marrones, los aromas serán más planos y tenues. Cuando el contacto con el oxígeno es mayor, ya aparecen aromas y sabores rancios y "ajerezados". Difícil volver de ahí.
2- Los problemas vinculados al corcho no quieren decir que el líquido va a oler a este. Es más, el corcho no tiene olor. Cuando se determina que un vino tiene problemas con el corcho, se refiere a un olor a "trapo mojado" o humedad, ya que bacterias u hongos se alojan en las fisuras que tienen los corchos de alcornoque. Esas serán, en un pequeño porcentaje, las que producirán ese olor que se transmite al vino.
Es uno de los errores más graves en los vinos porque es irrecuperable. Y es muy paradójico porque lo producen los corchos naturales, aquellos considerados de mejor calidad. Aunque eso está cambiando...
3- Cuando se dice que el vino está picado es cuando huele a vinagre, por exceso de ácido acético. Esto es debido a algunas condiciones dentro de la bodega que hacen que se comprima el tapón permitiendo la entrada de oxígeno, o producto de un mal proceso realizado posteriormente.
Es el error más común en la elaboración de vinos y da lugar a lo que se denomina como vino "picado", aunque la mayor parte de los consumidores lo usen para referirse a cualquier error en una botella de vino.