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Cascadas y senderos ocultos para descubrir a kilómetros de la ciudad

Alejado de los ruidos de la ciudad, el paisaje serrano invita a disfrutar de la naturaleza y dejarse atrapar por el silencio y la tranquilidad. Estos paraísos esconden saltos de agua, piletones de agua cristalina, arroyos y caminos para recorrer.
En Buenos Aires es posible alejarse de la ciudad y disfrutar de la naturaleza Foto: shutterstock
En Buenos Aires es posible alejarse de la ciudad y disfrutar de la naturaleza Foto: shutterstock

En la provincia de Buenos Aires, es posible explorar hermosos paisajes naturales a kilómetros de la gran ciudad. Allí cascadas, senderos y espejos de agua invitan a desconectarse de la rutina y disfrutar de la belleza natural durante el invierno y el resto de las estaciones del año.

Para quienes aman los entornos naturales, a 12 kilómetros de la ciudad de Necochea se encuentra el paraje Las Cascadas, un balneario de aguas templadas ubicado sobre el Río Quequén, que nace en el macizo de Tandilia, partido de Benito Juárez. En este atractivo se concentran piletones, pequeños saltos y cascadas, alguna de ellas con más de un metro de altura, todo rodeado de una abundante y colorida vegetación que hacen que este escenario sea un lugar más especial aún.

En este tramo del río, donde tiene un caudal permanente durante las cuatro estaciones, aquellos que aman la acción encuentran un lugar ideal para hacer slalom. Esta es la única pista de aguas bravas de la provincia de Buenos Aires y la que posee mayor regularidad del país, por ello también es perfecta para la práctica de kayak, canotaje, rafting o remo.

Además, la pesca de pejerreyes, lisas, truchas, dientudos y bagres es habitual en el paisaje de la zona y el Paseo de la Ribera es otro imperdible.

La Comarca Sierra de la Ventana es ideal para desconectarse

Paseo de la Ribera

A orillas del Río Quequén tranquilos barrios, espacios recreativos, campings y senderos permiten disfrutar de la naturaleza. Al zigzagueante andar del agua lo acompañan también la Comarca Sierras de la Ventana: la Reserva Natural Sierras Grandes y la Olla del Napostá en la estancia Funke.

Allí, los Cerros sobrepasan los mil metros de altura y se pueden recorrer siete circuitos guiados, algunos con cascadas y piletones. Una de las excursiones más llamativas es la Cascada Escondida, la misma consiste en una caminata de esfuerzo medio con tres horas de duración por el borde de un arroyo y a través de un ascenso suave se llega a una cascada con piletas naturales de distintas profundidades.

Circuito Paredes Rosa

Luego de una caminata de unas cuatro horas por la costa del arroyo San Bernardo, uno se interna en un cañadón enmarcado por inmensos paredones donde surgen piletas naturales.

Otra alternativa es el sendero por el Piletón Grande y el recinto Piedras, un paseo de dos horas a la vera de un arroyo que llega a una pileta natural de cincuenta metros de largo con una profundidad de catorce metros.

En este circuito también se puede descubrir la Cascada Grande, a través de una caminata de alta dificultad que dura aproximadamente ocho horas, los visitantes llegan hasta el imponente salto de agua.

Olla del Napostá

Es un piletón natural ubicado en el corazón de las sierras, donde se origina el arroyo homónimo. Durante el recorrido, que sigue aguas arriba el cauce del arroyo Napostá, se observan pequeñas piletas de agua, aleros, cuevas y la flora y fauna autóctonas que habitan en la serranía de Ventania.

La actividad implica un esfuerzo físico moderado de cinco horas entre ida y vuelta, se puede hacer de manera particular o con guías, lo cual es recomendable teniendo en cuenta que se debe seguir el curso del arroyo, pero sin perder de vista los cruces y el rumbo del camino, según indican desde Télam.

De este recorrido, el atractivo más sorprendente es la cascada Cifuentes, la misma está ubicada a 45 kilómetros de la ciudad de Tres Arroyos y es el salto más alto del territorio bonaerense. Esta joya de la naturaleza mide entre cinco y siete metros y posee una gran cueva a la que se accede al atravesar una cortina de agua.

El paisaje se complementa con la belleza de los cisnes de cuello negro, los patos, las gallaretas y los loros completan la postal del lugar con diversidad de formas y colores.