Este diminuto pueblo de Italia anunció drásticas medidas para el turismo

Tras la vuelta de los viajes y el fin de las restricciones por covid-19, muchos destinos han visto un asombroso crecimiento en el número de visitantes que reciben. Algunos de ellos, hasta se vieron en la obligación de imponer restricciones para evitar que el turismo masivo pueda perjudicar los paisajes o cultura del lugar. Es el caso de este pequeño pueblito de Italia.

La Riviera italiana lleva siglos posicionada como una de las regiones preferidas de los viajeros que visitan este país. Allí, el bello pueblo pesquero de Portofino es uno de los destinos más solicitados de una zona y tuvo que tomar medidas al respecto. En este destino abundan casitas de colores y plazas empedradas en su precioso centro histórico.

En este sitio se grabaron algunas escenas de la película El lobo de Wall Street, pero ya gozaba de popularidad en el siglo XX. Sus costas repletas de yates, sus boutiques y lujosas marisquerías, sus pequeñas calles del casco antiguo y su precioso paseo marítimo se han ido masificando y dejan consecuencias esperables, aseguran desde la revista de viajes Traveler.

Las estrechas calles, las aglomeraciones de visitantes que esperan que empiecen sus tours guiados o embarcar en yates y las personas que se detienen a sacar fotos en los encantadores paseos junto al mar están teniendo consecuencias incómodas e incluso peligrosas para la población local y los viajeros.

Es por ello, que este pueblo de tan solo 500 habitantes ha introducido nuevas restricciones que prohíben detenerse en dos de los puntos más concurridos de la ciudad. Son dos tramos del centro los afectados: entre Piazza Martiri dell'Olivetta y el muelle de Calata Marconi al norte y entre la plaza y el muelle de Umberto I al sur. Estas restricciones comenzarán a regir durante la temporada alta y de 10:30 a 18:00 con el objetivo de reducir las aglomeraciones de personas para evitar peligros en una zona con poco espacio y sin barreras entre la zona peatonal y el mar.