Piscinas naturales, acantilados y paisajes atrapantes: un lugar paradisíaco de Portugal

Si buscas un destino tranquilo pero con paisajes imponentes, ese lugar es Cerro da Candosa, una pequeña aldea en el centro geográfico de Portugal, que tienta a más de uno a cruzar la frontera y pasar unos días de turismo allí.

Todos los lugares en los que se puede practicar turismo tienen distintos atractivos, ya sea urbano, montañoso, de playa o de río. En este caso, los Passadiços do Cerro da Candosa son un destino de montaña precioso, que amerita pasar una tarde entera allí descansando y disfrutando de las panorámicas.

Con 600 metros de pasarelas y 450 escalones, los visitantes pueden caminar y observar el desfiladero. Luego de detenerse para tomar fotos y comer algo, se puede descender a la base del desfiladero y disfrutar de unas pequeñas piscinas naturales.

En 2017, dos duros incendios atacaron la zona. El gobierno implementó entonces un proyecto para proteger los Passadiços do Cerro da Candosa y para eso invirtió 168 mil euros.

¿Qué son los Passadiços do Cerro da Candosa?

Los Passadiços do Cerro da Candosa son senderos elevados dentro del desfiladero de Cabril do Ceira, construidos para permitir a las personas caminar y disfrutar de la naturaleza portuguesa. De esta manera, los visitantes tienen la oportunidad de observar la flora y fauna local.

En este lugar se suele practicar highline, un deporte extremo que consiste en que una persona camine haciendo equilibrio sobre una soga, atravesando el desfiladero y pudiendo caer al vacío. Sin embargo, los más atrevidos realizan vueltas y distintos saltos sobre esa cuerda.

¿Dónde están los Passadiços do Cerro da Candosa?

Este punto turístico precioso está ubicado en una pequeña aldea a tan solo 35 kilómetros de Coímbra, la tercera ciudad más importante de Portugal. A su alrededor se ubica el río Ceira y un Santuario, llamado Ermita de Nossa Senhora da Candosa. Está dentro del distrito de Coímbra y forma parte de un largo cuerpo montañoso que atraviesa todo el centro del país.

Justamente fue el río Ceira, una bifurcación del famoso río Mondego, el que generó una erosión en el desfiladero durante millones de años, para generar que el paisaje quede como en las fotos y sea más bello a la vista.