Este castillo parece de película de Disney, pero está en Luján y tiene una fascinante historia

Este excéntrico castillo oculto entre una frondosa arboleda es una de las maravillas arquitectónicas más impactantes del país, muy pocos lo han recorrido por dentro lo que le da un toque más enigmático aún. Fue construido en 1897 y aún se encuentra de pie y tan sorprendente como siempre. Esta construcción neogótica parece sacada de una película y al verla a uno le cuesta creer que está en Argentina.

La historia detrás del enigmático castillo

Fue Enrique Beschtedt quien compro estos extensos terrenos en 1841 y comenzó a planear para su propiedad un proyecto de grandes magnitudes. Para ello, pide ayuda a dos talentosos artistas belgas: Ernesto Moreau, uno de los ocho arquitectos que trabajaron en la Basílica de Luján, y el paisajista Augusto Flamant, quien decidió cubrir el terreno donde se encuentra el castillo con una gran variedad de árboles de especies autóctona, esto hace que el entorno parezca verdaderamente de cuento.

Al finalizar la opulenta obra, Enrique se instala allí con su única hija, Irene. Al castillo lo llaman “San Enrique”, ella luego se casa en este lugar con el Dr. Domingo Fernández, con quien tendrá numerosos hijos: Elina Lucía, José Salvador, Alberto Manuel, Adolfo María, Manuel José María Flavio, Enrique, Alfonso Rodrigo, Enriqueta Matilde y María Inés.

Sin embargo, desafortunadamente en 1913 los Fernández Beschtedt deben desprenderse de “San Enrique”, y una nueva familia comienza a habitar el fantástico castillo. El castillo pasa a manos de Doña Matilde Golpe Brañas, viuda del escribano y cónsul de la Argentina Manuel Naveira. Quienes ya contaban con 159 haciendas y más de 49.000 hectáreas de tierra en La Pampa, incluyendo varias estancias para ganadería y agricultura.

Su hijo José Roque (“Pepe”) Naveira, años mas tarde, y entusiasmado con el arte gótico, contrata nuevamente a Ernesto Moreau para continuar la ampliación de la residencia. La casa y el parque continuaron creciendo, y es gracias al esfuerzo de la familia que hoy pueden encontrarse en la propiedad árboles de más de cien años.

Pero el destino quiso que nuevamente este castillo fuera habitado por quienes lo habían soñado la primera vez. En 1922, Pepe Naveira se casó con Elina Fernández Beschtedt, hija de Enrique, ella había nacido en el mismo castillo 25 años antes. Es así como sus hijos pasaron a llevar entonces los dos apellidos que habían sido parte de la historia de la propiedad: Naveira Fernández Beschtedt.

Este majestuoso castillo ha permanecido cerrado durante más de un siglo. Sin embargo, debido a los misterios que esconde y su impactante arquitectura, las puertas de la construcción ubicada en Luján se han abierto en pocas oportunidades para que se registre su interior en videos y fotos documentales. Muchos aguardan ansiosos, conocer los secretos de este emblemático lugar y poder recorrerlo; sin embargo, las visitas guiadas no están habilitadas.