El histórico pueblo de Córdoba con una imponente cascada y mucha tranquilidad

En la provincia de Córdoba existen pueblitos escondidos que parece que se han detenido en el tiempo. Allí se duermen siestas tranquilas, las calles aún son de tierra, los vecinos dejan sus bicicletas afuera, uno puede tomar mates a la orilla de ríos o darse un chapuzón en piletones naturales y degustar platos tradicionales.

En Traslasierra este pueblo, ubicado a 114 kilómetros de la Ciudad de Córdoba, es uno de los destinos rurales más atractivos de la provincia. Villa Benegas es conocido por sus senderos naturales, sus paisajes que acompañan en la ruta y sus cascadas. 

Al llegar a uno lo invade el silencio y la quietud. Pero antes, mientras se transita la RP34 que lleva hasta allí los visitantes se encuentran con puestos de artesanos de familias de la zona que ofrecen piezas regionales hechas en cuero, cerámica, tejidos y piedras.

Villa Benegas cuenta con varios arroyos y una imponente cascada que surge del arroyo Puesto de Pérez, la Cascada Mayor. Es uno de los saltos de agua más lindos de Córdoba, pero pocas personas lo conocen. Tiene alrededor de 20 metros de alto y hasta allí se llega por un sendero de bajada abrupta, por ello es recomendable llevar buen calzado para trekking. Son alrededor de 15 minutos de caminata hasta la pileta natural que se forma debajo de la cascada.

El paisaje en este rincón es imponente, el agua baña una pared de roca y frente a la cascada hay una pequeña playita donde se puede hacer pic-nic y relajarse antes de emprender el regreso. Antes hay que revisar que no quede ningún residuo.

La historia del pueblo

El pueblo de Villa Benegas es la quinta estación del Camino del Peregrino. El punto que marca este lugar es una antigua capilla construida entre 1954 y 1961 por la familia Benegas, según informa el sitio La Nueva Mañana.

A fines del siglo XIX, Ubaldino Benegas y Clotilde López se instalaron en el lugar y más tarde, su hijo Rafael y su esposa Hermelinda Bazán construyeron una casa de piedra. En este lugar funcionó una escuela durante 43 años, sus 11 hijos y nietos fueron parte del alumnado.

Don Rafael fue quien le dio vida a Villa Benegas, se encargó de forestarlo, plantó frutales, gestionó la estafeta y la capilla que hoy es el punto de encuentro de los peregrinos.