Una playa de agua transparente en el Sur que es soñada para un fin de semana largo

La Patagonia argentina sorprende con sus imponentes y variados paisajes. El sur regala maravillosas postales en las cuales es posible realizar infinitas actividades que permiten estar en contacto con la naturaleza y disfrutar de uno de los sitios más hermosos del mundo. Entre estos se encuentra una playa en San Martín de Los Andes de agua cristalina y serena ideal para relajarse un fin de semana largo.

La playa Quila Quina se encuentra a tan solo 17 kilómetros de la ciudad de San Martín de Los Andes. Este atractivo se destaca por no tener viento, por la temperatura del agua (es un poco menos fría que el resto) y por su muelle desde el cual las embarcaciones salen a dar sorprendentes tours.

A través de un espectacular circuito, por las tierras propiedad de la comunidad mapuche Curruhuinca, se visita esta playa, también se puede conocer el bosque de roble pellín y disfrutar de espectaculares vistas panorámicas de la Villa Quila Quina.

Esta playa de fina arena se encuentra rodeada por bosques de robles, ñires, maitenes y radales. Quila Quina es elegida para relajarse al sol y hacer pic-nic o para practicar deportes de agua como kayak, kitesurf, bicicletas de agua y paseos en lancha.

También se puede conocer a través de un paseo de navegación a Quila Quina, si bien es posible realizarlo todo el año, durante el verano la modalidad es de “traslado”, es decir que diariamente hay frecuencias de lanchas que, partiendo desde el muelle ubicado en el área Costanera. Es el traslado hasta la Villa Quila Quina, desde San Martín de Los Andes, pero sin los servicios de un guía de turismo.

Para aquellos que deseen ir más allá de la playa y recorrer el bosque o la villa Quila Quina hay a disposición guías de la comunidad mapuche Curruhuinca para realizar un recorrido por la zona y escuchar los orígenes e historias de la ciudad. En esta villa conviven dos culturas, la de propietarios de suntuosas viviendas de estilo montañés, que las utilizan solo durante sus vacaciones veraniegas o algunos fines de semana; la otra la del pueblo originario mapuche que subsiste de los productos de huerta, venta de leña y artesanías, y la cría de ganado lanar.