Opinión

La Sarasa del vino

Dentro del mundo de la bebida milenaria, en muchas ocasiones se habla de cuestiones que pocos entienden. Cómo se vinculan esas cuestiones con la pérdida en el consumo.

Federico Lancia
Federico Lancia sábado, 20 de agosto de 2022 · 07:00 hs
La Sarasa del vino
El vino se disfruta

Cierto es que a muchos consumidores les cuesta entender el “lenguaje del vino”. Y por tratarse de una bebida de placer y distensión, la verdad que es más que entendible que a la primera de cambio salgan corriendo. 

Hagamos una prueba, con otros productos de placer. Supongamos que nos empezaron a llamar la atención los autos antiguos, porque alguien nos contó una historia y además nos subió a dar una vuelta. Y dentro de ese ánimo que perseguimos por seguir indagando, de un momento para otro, sin que nos diéramos cuenta, nos empezaron a hablar de bujías, frenos a tambor o dirección hidráulica. 

Está muy bien conocer algunas cosas básicas, pero la verdad quedarse enroscado en temas tan específicos cómo la fermentación maloláctica o el calcáreo, resulta un despropósito. Quizá para el hiper fanático de las bujías o del efecto químico de las raíces en el vino. No para el resto de los mortales. 

Amor por el vino

Las bebidas más exitosas del mundo transmiten magia. Cuentan historias, que en la mayoría de las veces son muy difíciles de comprobar, pero que contribuyen a ese espíritu indescriptible de combinar tus propios sentimientos y momentos con todo ese que transmite esa copa que te estás bebiendo. 

La magia del vino.

El vino, según mi parecer, tiene una ventaja mayúscula en este sentido por encima de cualquier otra bebida. Puede transportarnos a un lugar determinado, a un momento vivido o hacernos recordar sensaciones que llenan nuestro alma. Porque hay miles, como sentimientos.

Ahora cuando a esa ilusión le agregas toda la cuestión técnica y sumado a gente que “encuentra” aromas de la mañana de la pradera norte del Valle de Rin, en Alemania, la magia se desarma.

Por ahí no

El mundo del vino es lo más apasionante que tengo en mi vida. Y estoy seguro que para vos también lo será. 

Ya está. Lo digo por una vez más. Los vinos en Argentina están bien hechos. Todos. No hay vinos malos. Tenemos el mejor Malbec del mundo. Si. Estamos haciendo blancos cada vez más ricos. Rosados de maravilla. Y podría seguir.

Dicho esto, todo lo demás tiene que venir de vos. Porque al final de cuentas, la decisión es tuya. El camino por la exploración en el vino es lo más maravilloso que tiene esta bebida única. 

No es necesario meterse en el barro ni complicarse la vida en esto. Simplemente serás vos. Y cuando percibas aromas a Sarasa, ya sabes, salí de ahí Maravilla. 

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