Opinión

Cómo es el consumidor de vinos que nos encontramos post pandemia

Luis Reginato, Director de Viñedos de bodega Catena Zapata, relata en primera persona en esta columna las particularidades con las que se encontró al escuchar a winelovers en ocasión de la Premium Tasting Buenos Aires 2022, y a alumnos de la escuela de sommelier, luego de una interesante cata.

Luis Reginato martes, 5 de julio de 2022 · 07:05 hs
Cómo es el consumidor de vinos que nos encontramos post pandemia
Una imagen de los vinos degustados. Foto: Gentileza

Cómo es volver a "girar", a educar y a promover el vino post pandemia

La última vez que estuve en Buenos Aires fue en octubre de 2019. En aquella oportunidad visité algunas vinotecas y restaurantes de amigos que venden nuestros vinos desde hace tiempo para contarles las novedades y probar las nuevas añadas. También me invitaron a escuelas de sommelier, a exponer sobre las características de algunas IG (Indicaciones Geográficas) del Valle de Uco; explicar la combinación de factores suelo y clima que las definen y degustar los vinos provenientes de cada una de ellas.

Vinos con sentido del lugar

En ese viaje recordaba mis inicios trabajando junto a Laura Catena y su padre Nicolás en el año 1999. Por esos tiempos aún no estaban desarrolladas las IG del Valle de Uco, aunque si conocíamos que algunos lugares producían vinos de calidad superior. Este trabajo que comenzamos, el de desarrollar las IG, tomó unos 15 años, todavía continúa, y seguramente continuará. Estos temas de zonificación son cosas de todos los días para enólogos y viticultores, como podría ser conocer los barrios y las calles para un taxista, por ejemplo.

Sin embargo, lo que a mi me ha sorprendido en esta gira es el conocimiento de los consumidores. Ya no hablaban de "un vino de Mendoza", no era un vino “del este”, Maipú, Luján o Valle de Uco. Ahora, consumidores de todas las edades hablaban de Pampa El Cepillo, Gualtallary zona el monasterio o zona rio, Paraje Altamira, Los Chacayes, etc.

No solo hablaban de los lugares sino de sus preferencias por estilo de vinos provenientes de cada lugar. Hoy es normal escuchar “me gusta tal lugar porque da vinos con mas acidez y frescura” o “me gusta tal otro porque prefiero taninos suaves y sedosos”.

Lo cierto es que en 1999, con celulares analógicos del tamaño de una botella de 500 ml y con servicio restringido al microcentro, esta situación de divulgación vertiginosa del conocimiento era inimaginable. Pienso que el avance en la tecnología de la comunicación y las redes sociales, blogs, etc., fueron determinantes para que todo este saber se diseminara rápidamente. Y estoy seguro de que ha sido algo muy beneficioso. Como consumidores, nos ha multiplicado la diversidad en estilos de vinos. Ha colaborado fuertemente en contra de la uniformización del vino.

Como muestra de ello vale la experiencia de la Premium Tasting realizada el viernes pasado en el hotel Hilton de Puerto Madero. Allí estuve mostrando el Luca Beso de Dante 2018.

Mas allá del gran nivel que, pude comprobar, están mostrando los vinos argentinos, todos los vinos tenían sentido del lugar. Cada enólogo describió el suelo y el clima, la altura, como había sido la añada, etc. Todos estos factores que hacen que un vino sea único e irrepetible. Ya no se escucha, como antes, la historia de las barricas, las temperaturas de fermentación, etc. Alejandro Vigil lo resumió en ese evento con una frase:hoy se “pone el paisaje dentro de la botella”.

Reginato haciendo uso de un destapador de laminas para vinos añejados.

Los vinos de añadas

Pasados dos años de la pandemia, entonces, la semana pasada volví a Buenos Aires. Aprovechando que viajaba para “la Premium”, armamos una serie de degustaciones con vinos Luca de añadas.

"Luca" son los vinos de Laura Catena que elaboramos desde 1999 con la visión de producir vinos elegantes con buen balance, que puedan añejar muchos años y que muestren el potencial de Argentina de producir grandes vinos más allá del Malbec y el Cabernet Sauvignon.

En este ciclo de degustaciones, volví a visitar la escuela de sommeliers. En esta ocasión presentamos allí vinos que hemos conservado varios años en nuestra cava de bodega. Los vinos que degustamos fueron: Luca chardonnay 2000, 2006 y la cosecha actual 2020; Luca pinot noir 2006, 2012 y 2020; y Luca Beso de Dante 2006, 2010 y la cosecha actual 2018.

Vale decir que el chardonnay y el pinot noir vienen de un lote especial en el viñedo que la familia Catena tiene en Gualtallary. mientras que "Beso de Dante" es un blend Cabernet-Malbec de viñedos muy viejos de San Carlos.

Les puedo contar que la experiencia fue muy enriquecedora para todos. Una amplia mayoría nunca había probado vinos con tanta guarda. Casi ninguno un chardonnay o pinot noir argentinos con tantos años en botella y probablemente ninguno un chardonnay o pinot noir single vineyard de Gualtallary con 15 o 20 años en botella. Cabe mencionar que Luca fue la primer bodega en hacer chardonnay o pinot noir single vineyard de Gualtallary.

Una imagen de la degustación en CAVE.

Estos vinos fueron vinos elaborados para que pudiesen sumar complejidad año tras año durante muchos años. Desde la elección del sitio, el viñedo y el lote, pasando por el momento de cosecha y la elaboración. Pero sobre todo, la elección del viñedo. Lo irrepetible. Después, claro, todos los detalles de higiene en bodega, cuidados en el llenado, elección de un buen tapón, etc. Por supuesto la conservación de las botellas en lugares con temperatura controlada y en la oscuridad. Y el consejo para degustarlos: no olvidar utilizar un destapador de láminas para vinos que lleven mas de 10 años en botella.

Luego de estas experiencias pienso que se esta abriendo nuevamente una nueva paleta en la diversidad de los vinos argentinos. Los vinos de añadas. Vinos que se pueden (y se deben?) guardar unos años para tener otras experiencias sensoriales que solo las brindan los años en botella.

Seguramente les ha pasado que, disfrutando de un gran vino, piensan, "¡que bueno está!"... Y luego, inmediatamente, otro pensamiento: "¡pero que bien le vendrían unos años en botella!"…. En mi opinión, es una evolución del consumidor.

Hay que guardar una o dos botellitas para alguna ocasión especial. Un par de años. Y así descubrir nuevas experiencias de consumo.

Luis Reginato es Director de Viñedos de Catena Zapata

Archivado en