De locos: tenemos grandes vinos y no se sabe de dónde son

El vino argentino viene transitando por estos últimos 20 años un camino en ascenso que lo ha llevado a codearse con los grandes jugadores mundiales en la materia. Primero fue el Malbec (que está próximo a festejar su día), y con ellos los varietales. Luego empezar a acostumbrar al paladar internacional, con el asesoramiento de referentes globales, que ayudaron a introducir el vino nacional en el concierto mundial. 

En esa ansiedad que nos caracteriza a los argentinos, donde siempre queremos que todo deba darse lo más rápido posible y llegar alto rápidamente, nos preguntamos qué venía luego del Malbec. Y la respuesta, precisamente atinada, de los expertos argentinos fue: más Malbec, pero con apellido. 

Viveza criolla

Resulta que como todo en la Argentina, siempre hay pícaros y avivados que comenzaron a registrar marcas con nombres de lugares. Claro, no vaya a ser que venga otro y lo haga. Lo que pasa siempre. "Lo hago porque sino alguien lo va a hacer".

Y los apellidos del Malbec ya no estuvieron todos disponibles. En un principio tampoco significó gran revuelo, ya que la puesta en foco sobre los viñedos y el terruño era algo incipiente, pero ya se avizoraba un problema. 

Para ser claro. En Francia nadie puede tener como marca Champagne o Borgoña, es una denominación de origen que remite a un lugar determinado y le confiere características irrepetibles a esos vinos. ¿Se imagina qué hubiera pasado con el vino de ese país si hubiera que esperar a algún Baron a que suelte la marca Bordeaux?

Te la presto un ratito

Hoy la cuestión se va poniendo más espesa. El Malbec como varietal ya tuvo su momento de gloria y los consumidores mundiales comienzan a buscar autenticidad, originalidad. El apellido. 

Los compradores quieren disfrutar de diferentes Malbec que respondan a las características de cada suelo donde se cultiva. Y en muchas ocasiones, demasiadas diría, sus productores se encuentran con la traba de que al nombre de ese suelo lo pueden poner, si es posible, muy chiquito en la etiqueta, según como su "dueño" quiera. 

El Malbec y otras variedades en la Argentina se expresan de gran forma, según donde se lo planta, donde crece, de cómo cada lugar. Seriamos muy necios si nos diéramos el gusto de perdernos de comunicar eso solo porque algunos "primerearon" en un registro y no quieren soltar un nombre geográfico.

¿Vieron cuando estábamos en la escuela y la maestra nos decía: "yo se muy bien quienes son los que lo hicieron, no los voy a nombrar, si tienen la valentía, pasen al frente y asuman las consecuencias"? Ojalá recapaciten,y que la ley acompañe. Los nombres geográficos deben ser de todos.