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Una nueva Bodega abrió sus puertas y sorprendió: mirá dónde está, cómo es y quiénes estuvieron

MDZ Sociales dijo presente en la inauguración de esta empresa de magnitud en Luján de Cuyo, y en la nota te mostramos la galería de fotos de los que estuvieron, pero al mismo tiempo te presentamos el proyecto. ¡A leer hasta el final!

Federico Croce
Federico Croce miércoles, 9 de marzo de 2022 · 16:23 hs
Una nueva Bodega abrió sus puertas y sorprendió: mirá dónde está, cómo es y quiénes estuvieron
No te pierdas la galería de fotos de MDZ Sociales, al final. Foto: Gentileza Nacho Gaffuri

Con importante presencia de políticos y funcionarios de gobierno mendocinos, una nueva casa vitivinícola aparece en el mapa de Mendoza y sorprende por su diseño y características.

Con formas únicas de intervención creativa y ante un impactante perfil de la cordillera, Bodega Anaia, Wines from the Andes, abre las puertas de su flamante Espacio de Enoturismo, destinado a recibir, cobijar y deleitar a turistas y visitantes dando un paso más allá de las propuestas tradicionales y sumando a la belleza de su paisaje, video mapping y tecnología de precisión con sistemas avanzados de gestión, entre otros atractivos, para conocer todos los detalles acerca del viñedo y su entorno.

Este oasis es el sueño de un equipo apasionado por la innovación y nuevos desafíos que convergen en un emprendimiento excepcional, destinado a obtener los mejores vinos que la región pueda brindar, aplicando conceptos de sustentabilidad y respeto por el medio ambiente.

Anaia es un proyecto de capitales principalmente argentinos, que nace bajo la idea de “Domaine”, es decir, los vinos se elaboran con las uvas de la propia finca ubicada en Agrelo, Luján de Cuyo, en la primera zona vitivinícola de Mendoza y a una altitud de 960 msnm.

Equipo de Anaia Wines: Agustín Palazzo, Gerente Comercial. Emiliano Caetano Ing. Agrónomo y responsable de Viticultura, Gonzalo Serrano Alou, Enólogo resposable de producción. Patricia Serizola y Osvaldo del Campo, propietarios. Laura Guajardo, responsable de Administración y Finanzas, Brisa Alvarez, segunda enóloga y Mariana Borzani, Gerente de Hospitalidad.

Poseedora de vistas que son un ícono de Mendoza y con un efecto estético que es tributo a la montaña, la bodega fue diseñada por los arquitectos mendocinos Gabriel Japaz y Pablo Guerra, y edificada por Santiago Monteverdi Construcciones. La arquitecta Luisa Yanzón tuvo a su cargo el interiorismo de los espacios y la empresa Creative PMO, la dirección de proyecto.

Está pensada para ofrecer una experiencia sensorial y novedosa a los visitantes que -deseosos de encontrar nuevas opciones- encontrarán diferentes espacios para disfrutar de los vinos, con interacciones y actividades lúdicas mientras degustan y disfrutan de una jornada irrepetible e inolvidable.

Anaia emerge de la tierra, siguiendo un estilo arquitectónico que simula un plegamiento del cual aflora el edificio, y alberga una capacidad de hasta 300.000 litros, lo que la posiciona como una bodega pequeña en Argentina. Está equipada con tecnología de clase mundial y un método de fermentación y crianza absolutamente innovador desarrollado por el equipo de la bodega, que incluye enormes y novedosos “mates” de concreto.

Una particularidad de la finca que rodea el establecimiento son sus viñedos, delineados en forma irregular, como si fuesen un vidrio roto. Esta aparente forma caprichosa –que se refleja reiteradamente en el mobiliario, lámparas y etiquetas- responde a la lógica de haber seleccionado cada sector de la finca para las cepas más aptas para ese tipo de suelo, siguiendo el concepto de terroir.

“Tanto la bodega como la vivienda forman parte de un conjunto que dialoga entre sí, donde las visuales hacia la Cordillera entre lagunas de riego utilizadas escenográficamente, permiten un juego de imágenes, reflejos y sonidos del agua que recuerdan que Anaia pertenece al sistema del oasis central de Mendoza, donde el agua como recurso cumple un rol fundamental y a la que se homenajea. El diseño de la bodega está inspirado en la tierra y el paisaje de Mendoza; en su topografía de montañas; en la flora xerófila de sus cerros; en la textura y el color de sus rocas milenarias, y en el cambio de tonalidades terrosas, que responde a distintos estratos que fueron sedimentando a través de miles de años”, comenta el arquitecto Gabriel Japaz.

Tal como el vino nace de la tierra, Anaia emerge de la misma con la fuerza de un plegamiento tectónico, en este caso construida en hormigón, que es la “roca líquida” como lo definió Le Corbusier, el arquitecto más influyente del siglo XX.

Espacialmente el edificio es sencillo y contundente: un prisma rectangular de 11 metros de ancho por 100 metros de largo en donde se suceden en forma lineal los distintos sectores que la gama de estos vinos necesita.

El sector Vendimia se puso en marcha en 2019 (con la nave de fermentación, nave de barricas, nave de botellas y galería de expedición).

Hoy se inaugura en la planta alta el sector destinado al Enoturismo, compuesto por una sala con capacidad para 30 personas con vista panorámica a la Cordillera de los Andes y balconeo a la sala de tanques y de barricas. Acceso por rampa, amigable para personas con dificultad de desplazamiento. En planta baja, una sala de degustación equipada con una sofisticada instalación multimedia brindará una experiencia sensorial única en su tipo.

Dada la necesidad de establecimientos que ofrezcan alojamiento dentro de una bodega que permita desarrollar actividades grupales e integrativas teniendo al vino como catalizador de los objetivos propuestos, Anaia cuenta, además, con una casa de visitas o Business Lodge la que se destinará al turismo corporativo para realizar reuniones anuales de directorio; team building; actividades de coaching y mentoring cerca de la ciudad de Mendoza.

Como síntesis, forma, función, integración al paisaje, control térmico en forma pasiva, economía de recursos hídricos y de energía, austeridad y elegancia, forman parte de un mismo concepto arquitectónico que define a Anaia Wines.

La experiencia de Hospitalidad de Anaia Wines está a cargo de Mariana Borzani, con 14 años de experiencia en el sector Enoturístico y formada como Sommelier internacional.

Los mentores

Combinando la creatividad y experiencia empresarial de Osvaldo del Campo accionista principal y CEO del grupo de empresas Galileo Technologies y numerosos emprendimientos empresariales en todo el mundo) y el conocimiento comercial y técnico de Patricia Serizola, Sommelier apasionada por la viticultura y enología en todas sus etapas, nace este proyecto donde la pasión por hacer e innovar lo es todo.

“Nos autodefinimos como hacedores naturales de emprendimientos, generadores permanentes de momentos gratos para ser compartidos con colegas y amigos, y poder transmitir y contagiar esa pasión por honrar la vida en todas sus etapas”, cuenta Patricia Serizola CEO del proyecto.

El terroir

En agosto de 2016 se adquirieron 72 hectáreas de viñedo en Agrelo y desde ese momento, con paciencia y pasión comenzó a cobrar vida el sueño de Anaia. A una altitud de 960 msnm, se encuentra en la zona más fría de Agrelo, conocida como “la heladera”, donde las devastadoras heladas son la amenaza principal de cada cosecha. Las marcadas amplitudes térmicas entre el día y la noche favorecen el desarrollo de vinos de alta calidad que caracterizan a la región. Suelos profundos de preponderancia arcillosa cambian hacia el oeste hacia texturas franco arenosas.

A continuación, una galería de fotos de quienes dijeron presente en la inauguración:

El momento del corte de cintas.
José Bahamonde, director creativo del proyecto.
Osvaldo del Campo y Patricia Serizola, los anfitriones del lugar.
Cornejo, Suarez y Cobos de brindis con los dueños de Anaia Wines.
Osvaldo del Campo recibiendo a Fabiana Calleja y Rodolfo Suarez.
Una vista del espectacular Visitor Center.
¡Salud por el vino!
Una de las salas de vinificación, especialmente iluminada.
Gabriel Japaz y Alejandro Guerra, arquitectos del proyecto.
Matías Núñez, Martín Persia, Agustín Palazzo, Emiliano Caetano y Oscar Pinco.
Diego César y Claudio Cichinelli.
Natalia Siracusa, el bandoneonista Ezequiel Acosta y el guitarrista Sebastián Kusselman.
Fernando Urdaniz, Mauricio Llaver y Gabriel Fidel.
En la inauguración hubo charlas y encuentros de colegas y profesionales.
Guillermo Barletta, Gabriela Testa y Carolina Suárez Garcés y Marina Milanesio.
La belleza del nuevo edificio, al caer la noche.
Virginia Da Cunha y Alejandro Malgor.
Grette Sturdeher, Fabiana Calleja, Alejandra Navarría y María Laura Posada.
Muriel del Barco y Federico Croce.
Florencia Da Souza, Carolina Suárez Garcés y Marina Milanesio.
Hubo Brindis, hubo buenas energías y buenos deseos.
Un gran equipo se encargó del interiorismo, además de la arquitectura.
Los invitados posaron para las cámaras.
Noe Sahar, Beatriz Barbera, y un grupo de amigas.
Grette Stuhldreher y Claudia Yanzón.
Muriel del Barco, Ana Saldaña, Fede Croce, Paula Crombas, Malela Abihaggle y Alejandra Navarría.
Alicia Sisteró y Claudia Farina muy bien acompañadas.
Javier Espina, Claudia Yanzón y José Bahamonde.

 

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