Se complica el panorama para los vinos a granel
El sector del vino a granel analiza con preocupación el pronóstico de cosecha de uva dado a conocer esta semana por el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV).
En estos días el organismo rector del vino (INV) anunció 19,5 millones de qq. de producción total en el país, lo que representa una merma del 13% respecto de la cosecha 2021, que fuera de 22,2 millones de qq.
“Entendemos que el pronóstico de cosecha traerá a un ajuste de precios en la uva, pero somos conscientes como sector industrial que el mercado no puede pagar grandes aumentos”, explicó el gerente de la Cámara Argentina de Vinos a Granel Alejandro Ballarini.
El año pasado por ejemplo, la uva Malbec actualizó su precio un 100%, es decir, más del 40-45% que marcó la inflación anual en el país. Es una realidad que los precios venían desacoplados de años, pero salir a modificar precios en dólares en el exterior es una tarea imposible por la gran competencia que hay en el mercado internacional.
“El precio de la uva conforma el 67% del costo del vino varietal y el 80% del vino genérico cuándo se trata de graneles, no hay muchas variables de costos que podamos trabajar desde lo interno: un 8% es la energía, otro 8% son los insumos y el resto es mano de obra; estos tres últimos también aumentan a causa de la inflación o bien por los mayores costos logísticos y no se pueden financiar” explicó Ballarini.
Sobre este punto, esto conlleva un problema de flujo de caja y costos financieros. Las bodegas vienen haciendo erogaciones fuertes desde el mes de enero, con mantenimientos y reparación de instalaciones y maquinarias, incluso dan a productores anticipos de cosecha.
La situación de los vinos de traslado
Durante los meses de cosecha, la gran mayoria de las bodegas no piensa en la exportación porque tiene su personal destinado a tareas de elaboración y no está recomendado despachar graneles por los peligros que implica la contaminación cruzada. A su vez, el vino nuevo se vende a granel en el mercado interno a partir de junio que es cuando el INV da la fecha de liberalización.
Por tanto, las bodegas comercializan los graneles hacia el exterior a partir de mayo y en mercado interno recién desde junio, si a eso se suma que el cobro será a 90 días en el mejor de los casos, que en junio también deben comenzar a pagar la uva a los productores y que la cotización del dólar oficial está desfasada de la situación real, la ecuación económica no cierra.
“Hoy en lugar de estar cerrando negocios, estamos especulando porque no sabemos qué precios tendremos en la uva. El peor escenario que se puede llegar a dar es que quedemos con precios del vino a granel por encima de nuestra competencia, perder los espacios comerciales en el exterior que con muchísimo esfuerzo se construyeron durante la pandemia y como consecuencia volver a stockearnos de vino de tal forma que para el próximo año el precio de la uva vuelva a caer y tengamos nuevamente que salir a ganar la confianza y favor de los mercados extranjeros. Es el círculo vicioso que perjudica a todos por igual”, señaló Ballarini.