Carlota Casiraghi y un duelo fashion con su cuñada italiana: ¿quién ganó?

El principado de Mónaco es un territorio mínimo en la Costa Azul, pero las mujeres que integran la familia monegasca y las que se suman por los sucesivos casamientos tratan de mantener ese glamour que lo hizo único. Lo hace Carolina de Mónaco casi sin proponérselo, y también el clon perfecto que es su hija mayor. Y en la fiesta por el día nacional del principado, Carlota Casiraghi tuvo un duelo fashion con su cuñada italiana. ¿Quién ganó? 

La familia Grimaldi estaba con asistencia perfecta. El príncipe Alberto, su esposa Charlene, sus hijos, hermanas, y numerosas sobrinos y sobrinas. Pero fuera de Carolina de Mónaco, las miradas se centraron en Carlota Casiraghi y su cuñada, Beatrice Borromeo, la italiana que está casada con Pierre Casiraghi. 

Carlota Casiraghi y Beatrice Borromeo se llevan menos de un año de diferencia, cada una tiene dos hijos de casi las mismas edades y ambas son embajadoras de dos firmas que definen la moda de Francia y siguen marcando tendencia a nivel mundial. La hija de Carolina de Mónaco es una de las elegidas por Virginie Viard, diseñadora de Chanel, como musa de la marca. Beatrice Borromeo fue elegida para vestir siempre de Christian Dior por María Grazia Churi, la directora creativa de dicha maison. 

En la fiesta por el Día Nacional de Mónaco, Dior y Chanel tuvieron un duelo fashion a través de sus respectivas embajadoras. Beatrice Borromeo apostó por una versión del “new look” que Christian Dior creó en 1947 y que lo hizo mundialmente famoso. Y un detalle no menor: Grace Kelly lo usó todo el tiempo y en diseños para el día y los de alta costura. La cuñada de Carlota Casiraghi estaba con un outfit rojo shocking: la chaqueta que reeditó Dior en sus colecciones, una falda tubo y una pamela de ala ancha en tono obispo.  

Por su parte, Carlota Casiraghi eligió uno de los clásicos que Chanel siempre tiene en sus colecciones: el tapado al cuerpo usado como vestido, en tweed en tonos rosa pálido y gris. Lo combinó con los clásicos zapatos con pulsera y las punteras negras, un bolso sencillo y un discreto fascinator de tul.