Así debe ser el vino argentino para uno de los mejores viticultores de América

En el 2020, Tim Atkin, unos de los gurúes del mundo del vino, catalogó a Martín Kaiser como el viticultor del año, por su incesante trabajo sobre el estudio del terroir en la Argentina.

Desde hace años, trabajando en Doña Paula, bodega de capitales chilenos pero con grandes estudios sobre las viñas argentinas, su aporte ha sido importante al desarrollo de los diferentes sitios de cultivo para el vino de nuestro país. Nos embarcamos en una breve charla para conocer sus impresiones en cuanto a la vitivinicultura argentina actual.

- Martín, mucho se ha trabajado en la innovación del vino. ¿Qué visión tenés del desarrollo del terruño argentino?

En los últimos 20 años se ha hecho un gran avance, pero esto es un camino muy largo. Queda mucho por hacer y en muchas regiones del país ya conocemos cuáles son las variedades que se dan mejor. También, en otros lugares conocimos un poco mejor cómo se da la interacción del suelo y la variedad, y estamos aportando desde nuestra experiencia diferentes técnicas de vinificación. ¿Un desafío? Encontrar nuevas variedades que se den en diferentes regiones, entender cómo interactúa cada variedad con cada suelo y determinar la mejor forma de vinificar y el punto de cosecha para cada cepa según las condiciones del clima y del suelo.

- ¿El estilo de un vino se puede definir? ¿O la búsqueda continúa?

Los vinos tienen que tener un estilo único que los caracterice. Buscar la buena expresividad, elegancia y frescura. Nosotros ofrecemos vinos que muestran características varietales o del lugar donde son elaborados con la más alta calidad y de forma franca. Por eso, nuestra filosofía es siempre, enfocarnos en hacer hacer vinos fáciles de interpretar, sin desafiar al consumidor, sino dando a conocer la mejor expresión de cada lugar en donde están plantados los viñedos.

- ¿En qué etapa de desarrollo de la bodega están?

Estamos atravesando una etapa de madurez con respecto al estilo de los vinos que queremos hacer y en cuanto al lugar que queremos ocupar dentro de la inmensidad de productos disponibles para los consumidores, tanto a nivel nacional como en los mercados externos. Esto es muy positivo porque nos permite avanzar a paso firme cuando tenemos que presentar vinos que ya tenemos en el mercado o también cuando nos toca lanzar productos nuevos.

- De esta nueva etapa ¿Cuál vino realmente te ha sorprendido?

Por una lado, me sorprende cada vez más la diversidad de vinos que tenemos de diferentes lugares del país, diferentes alturas, diferentes provincias, diferentes distancias con respecto al océano y hay cada vez más estilos y productos llamativos. Con respecto a lo que hacemos en Mendoza que está dentro de lo más tradicional, me sorprende la calidad que se obtiene de las uvas Bonarda, Semillón, Riesling y los blends de cepas blancas, también, de los Cabernet Franc que están logrando posicionarse como una gran cepa tinta argentina.

- ¿Cómo es hoy el consumidor argentino?

El consumidor argentino está en una etapa de evolución permanente. En los últimos años, el consumo en los vinos más masivos sigue disminuyendo y el formato tetra o la damajuana fueron perdiendo terreno.

En este sentido, los consumidores optan por vinos varietales o vinos con identidad de lugar y así se van acercando cada vez más y percibiendo las cualidades, calidad, el proceso de elaboración, entre otras características con las que se elabora cada vino.