Opinión

Llegan los turistas y también las avivadas: ponemos cualquier precio

La creciente ola de visitantes que llega a Mendoza abre un debate sobre si todo vale lo mismo. En el afán de conseguir algún dólar de más, seguiremos cometiendo los mismos errores.

Federico Lancia
Federico Lancia sábado, 6 de noviembre de 2021 · 06:59 hs
Llegan los turistas y también las avivadas: ponemos cualquier precio
Turistas que llegan a disfrutar. Imagen ilustrativa. Foto: ElPeriódico.

La presencia de turistas en Mendoza ya es una realidad consumada. Hoy basta con intentar buscar alguna reserva en restaurantes de bodegas para los próximos días y verás la difícil tarea, por no decir imposible faena. 

Hay sitios en Mendoza que tienen colmadas sus reservas hasta febrero de 2022 y la tendencia parece continuar. Son buenas noticias. 

Pero si uno saca la lupa, y observa bien la propuesta general de la provincia, empiezan a aparecer algunos ruidos, que suenan a una vieja canción que ya le conocemos el final.

Será la oferta y la demanda la que termina regulando el mercado. Por supuesto, cada espacio gastronómico puede cobrar lo que crea. Esto es cierto, pero en parte. Veamos por qué. 

No todo es lo mismo

Pensar en acomodarse a nivel tarifario al mismo nivel que muchos lugares que ya están en Mendoza, pero que han trabajado para llegar a un determinado prestigio y nivel de servicio es riesgoso. Así como vender Malbec a cualquier precio barato, solo porque es Malbec, termina destruyendo la marca país... Al revés la ecuación también sucede. 

Llegan los turistas... pero no son tontos: no se puede cobrar cualquier cosa.

Ponerse a nivel de precio de sitios ya posicionados en Mendoza, por el sólo hecho de pensar que el efecto cascada nos va a hacer sacar algún peso (o dólar) de más, en el mediano o largo plazo, termina liquidando la marca Mendoza

Los que integramos el equipo de MDZ Divinos y Gastronomía hemos podido ser testigos de esto, ya que recorremos diferentes sitios, analizamos y degustamos las diferentes propuestas. Hay lugares cuya comida, ambiente y vinos están muy bien para una tarifa local, pero lejos del confort y servicio pretendido para un turismo internacional. Sin embargo, el precio se coloca a nivel mundial. 

Siempre hay alguien que lo paga

Es verdad que la llegada masiva de turistas va a proporcionar un caudal de gente que hay que atender. Y que el destino no puede perder prestigio ni calidad. Pero lo que se ofrece debe estar en sintonía con lo que se cobra. 

Argentina es sumamente barata para el turista extranjero. Ahora, no por eso voy a cobrar cualquier cosa. Tendrán dólares, pero no son iniciados. 

Por eso, creo que esos lugares que quieren subirse al tren de precios internacionales a toda costa, sin hacer el camino previo que hicieron muchos otros -prepararse, capacitarse, educarse, cuidar detalles, salvar errores y perfeccionar el engranaje de un restaurante, entre otras cosas-, pueden caer en la misma trampa de siempre: aparecen y desaparecen, sin pena ni gloria. 

Y lo más grave de todo, es que no suman nada a la marca Mendoza, como destino prestigioso en el mapa turístico mundial. Serán algunos dólares más para financiar su inversión, la oferta-demanda hará su juego, y seguirán funcionando como hasta ahora: poniendo el freno de mano a un destino que quiere volar alto. 

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