Los glamorosos detalles de la boda de Julio Iglesias con Isabel Preysler

Fue un 29 de enero de 1971 en Illescas, Toledo. Julio Iglesias e Isabel Preysler daban el sí frente a sus allegados y las evocadoras palabras del padre José Aguilera:

“En este momento vuestra vida se convierte en historia y, por lo tanto, vuestra vida no sigue igual”.

Cabe recordar que en ese momento, cuando Julio e Isabel daban el ‘sí, quiero’, ella era tan solo una joven y llevaba una joya filipina recién llegada de su país, con poca importancia en la sociedad madrileña. Él, en cambio, era un cantante poco perceptible de los cuales sus primeros pasos en el mundo de la música todavía no vaticinaban el éxito que alcanzó más tarde.

Más allá de los glamorosos detalles de la boda de Julio Iglesias con Isabel Preysler, lo más sorprendente en esos momentos era que ella todavía no había cumplido 20 años y se estaba casando con Julio después de solo 7 meses de noviazgo.

Cabe destacar que Isabel Preysler y Julio Iglesias tuvieron sus 3 primeros hijos: Chábeli, Julio Jr. y Enrique.

Una boda glamorosa bajo la lluvia, rumores e imprevistos

Aunque la pareja se tenía mucho amor, la boda fue catalogada como un "desastre" por muchos portales. Para el momento del intercambio de anillos hubo una lluvia de flashes que les impidió tanto a Isabel como a Julio ver a sus allegados cerca y vivir el momento más privado.

Tampoco estaba previsto que esa misma tarde lloviera de verdad. Mucho peor, es que no había un plan ‘B’ así que los invitados -mientras Isabel y Julio se convertían en marido y mujer-, se apiñaron de pie en un lugar cubierto de la capilla.

Durante mucho tiempo Isabel se defendió de ciertos rumores, asegurando que se había casado por amor, y probablemente fue así, pero después de algunas décadas, precisamente en 2014 reconoció para la revista Vanity Fair que:

“podría decir que nos casamos enamorados y sería verdad, pero lo cierto es que me quedé embarazada”.

Entre los glamorosos detalles de la boda de Julio Iglesias con Isabel Preysler se destacaron por un lado el ramo nupcial mustio y la discreta (pero incipiente tripa) que se bajo su clásico vestido de novia que se veía en crepe de seda con una banda ancha de raso ciñendo la cintura.

Todo su vestido fue confeccionado por el modisto Pedro Rodríguez. Otro gran detalle es que fue una fiesta verdaderamente de la alta sociedad organizada por Tomás Terry Merello.

Un detalle que no es menor, es que Julio recién estaba en sus comienzos, sin embargo tuvo que pedirle varias veces a Isabel que se casara con él –porque así dicen- ella no estaba segura hasta que finalmente aceptó la propuesta.

Imposible olvidar que ambos fueron destacados en la tapa de la revista ¡HOLA! con la cobertura exclusiva de toda su boda.

La pareja celebró también su luna de miel en Gran Canaria. Mientras el cura daba su sermón hizo referencia a la famosa canción del cantante: “Por lo tanto, la vida no sigue igual”.

En alguna oportunidad, la misma Isabel recordó aquellos tiempos cuando se conocieron con Julio. Es que para el cantante había sido fue un flechazo e Isabel fue muy difícil de conquistar porque no estaba convencida del todo de las bondades de aquel joven un poco tartamudo, medio cojo y encima en sus comienzos de cantante, una profesión poco seria:

“Yo no le hacía mucho caso al principio, pero era tan mono... Pendiente de mí, me adoraba” fueron las declaraciones de Isabel unos años después.

Fue hasta el año 1978 que Isabel fue consciente de que Julio le era crónicamente infiel, se desenamoró y es que decidió definitivamente separarse. Lo anunciaron en un comunicado de prensa, algo muy habitual en esos momentos.

Más allá de los glamorosos detalles de la boda de Julio Iglesias con Isabel Preysler no dejaron dudas que fueron una pareja tan real como mediática hasta el final.