Sturzenegger comparó a los viñateros con "Chiqui" Tapia y generó malestar en Mendoza
El ministro de Desregulación se metió en la polémica del INV que llegó a la Justicia y cargó contra la Asociación de Viñateros y la Coviar.
El ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, apuntó contra las asociaciones que se oponen a la desregulación en la vitivinicultura.
Marcos García / MDZA la espera de la resolución judicial sobre la desregulación del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) y el amparo que recae sobre el Certificado de Ingreso de Uva (CIU) y la Declaración Jurada Anual de Elaboración (Formulario CEC 05), el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, salió con los tapones de punta contra la Asociación de Viñateros y la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar) con una comparación con Claudio “Chiqui” Tapia que generó malestar en el sector.
Con un contundente mensaje publicado en la red social X, el funcionario se refirió a la decisión que deberá tomar el Juzgado Federal No. 2 de Mendoza a cargo de Pablo Oscar Quirós frente al pedido presentado hace algunos días por la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (Acovi), la Unión Vitivinícola Argentina (UVA), la Asociación de Viñateros de Mendoza (AVM) y la Cámara Riojana de Productores Agropecuarios (Carpa).
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En la extensa publicación, Sturzenegger aseguró este pedido de sostener esas regulaciones responde a “prácticas anticompetitivas y los intereses de una o dos corporaciones”, apuntando directamente a AVM y a la Corporación Vitivinícola Argentina y la figura de José Zuccardi.
La comparación con la AFA de Chiqui Tapia
El funcionario aseguró que el caso de la vitivinicultura argentina guarda semejanzas con lo sucedido con la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). “Cuando el DNU 70/23 permitió que los socios de los clubes de fútbol elijan si querían ser sociedades anónimas, la AFA y el Chiqui Tapia, recurrieron a la justicia para prohibir la opcionalidad. Es decir, no querían que los socios pudieran elegir. Sabían que dirigencias más profesionales no permitirían los desmanejos que hoy se han hecho visibles en el fútbol argentino. Algo similar ocurre hoy con una presentación judicial de la Asociación de Viñateros de Mendoza”, comenzó el mensaje.
Federico Sturzenegger recordó la eliminación de 973 normas aplicadas por el INV y destacó que con esto “atrás quedaron miles de restricciones, obligaciones, trámites absurdos, injerencias indebidas, oportunidades de coimas”. Y, puntualmente sobre el CIU explicó que pasará a ser un trámite opcional ya que “el 45% de los productores que previamente estaban obligados a hacerlo luego no lo usaban”.
Calificándolos como “discípulos del Chiqui Tapia”, Sturzenegger sembró dudas sobre los verdaderos motivos para oponerse a la quita de estas regulaciones y planteó dos interpretaciones. “Una es que el CIU operaba como un mecanismo de control del mercado, ya que reunía información valiosa que permitía saber que uva se movía de un lugar a otro y sobre todo de que uva entraba en el circuito de comercialización”, enumeró. En ese sentido, reconoció que se trata de información valiosa y útil para la implementación de prácticas anticompetitivas.
Pero, por el otro, sembró dudas sobre las intenciones y apuntó directamente contra la figura de José Zuccardi: “Una segunda posibilidad me fue evidente cuando un productor me escribe y me dice ‘pásame el escrito que presentó Zuccardi’ en alusión a alguien identificado con la Coviar, una entidad cuyo mandato venció en 2020 y que sigue cobrando (ilegítimamente a mi entender) un impuesto privado a la industria. Resulta que, sin el CIU, se les dificulta el cobro de esa tasa”, expuso el funcionario.
“Es muy triste ver que un sector que tiene tanto para dar quede rehén de estos intereses siendo que tiene mucho más para ganar en un ámbito de libertad. Es paradójico porque es una industria que ha sufrido las vejaciones del Estado como ninguna otra”, opinó Sturzegger y recordó la prohibición de Agustín P. Justo de la vitivinicultura fuera de Cuyo, algo que con el paso del tiempo se superó.
Para cerrar el mensaje, el Ministro de Desregulación calificó como “triste” que “algunos se escudan en la regulación, usando argumentos delirantes, para volver a hacer un daño, esta vez, a sus propios colegas”. Asimismo, se esperanzó en que la Justicia “se ponga del lado de la producción y la libertad, y no del lado de la regulación, las prácticas anticompetitivas y los intereses de una o dos corporaciones”.
El enojo viñatero
La publicación que se dio en la mañana de este miércoles generó malestar en las entidades apuntadas por Sturzenegger. Desde la Asociación de Viñateros de Mendoza la defensa no tardó en llegar. La entidad emitió un comunicado para expresar su rechazo a las declaraciones del funcionario y puso en tela de juicio la comparación con la AFA de Chiqui Tapia.
“La comparación no solo resulta desacertada, sino que banaliza una problemática seria que afecta de manera directa a miles de productores, trabajadores rurales y familias que dependen de la actividad vitivinícola. La vitivinicultura no es un espectáculo deportivo, es producción, es desarrollo económico genuino, es fuente de trabajo y es identidad cultural de nuestra querida Argentina”, expresaron en el documento.
Según argumentaron, AVM defiende “a los productores primarios” y aseguraron que su postura no responde a “intereses sectoriales concentrados ni a la resistencia al cambio, como se pretende insinuar”. La entidad aseguró también que “el 95% de la industria está de acuerdo” en que se mantenga lo que consideran “herramientas esenciales para “el eslabón más débil de la cadena”.
“El Comprobante de Ingreso de Uva (CIU) es un trámite necesario e indispensable: es el documento que acredita la propiedad de la uva, su procedencia, variedad, añada y condición, y es la única constancia oficial (bilateral) que respalda al viñatero frente a la entrega de su producción o a la elaboración por cuenta de terceros. Pretender la voluntariedad en su emisión deja al productor desprotegido, debilitando la trazabilidad desde el viñedo y favoreciendo la falta de transparencia en las relaciones comerciales, perjudicando en definitiva a toda la vitivinicultura”, manifestaron el comunicado.
También aseguraron que la medida judicial fue la última instancia a la recurrieron, luego de instancias de diálogo que fueron agotadas, para “proteger el fundamental derecho de propiedad de los productores primarios y el bien común de toda nuestra vitivinicultura”.
Desde la Coviar también respondieron a las acusaciones de Sturzenegger y cuestionaron las comparaciones. “Lamentamos que en el marco institucional de diálogo que mantuvimos en la última reunión en el INV no haya podido entender y comprender lo que todo el sector, más ministros de Producción y gobernadores de las provincias vitivinícolas le explicamos”, comenzó diciendo Mario González, presidente de la organización.
Según comentó, en dicho encuentro se mencionó que son “bienvenidas todas las desburocratizaciones, que son muy necesarias”. Y sumó: “Pero los dos puntos que funcionan bien y nos garantizan trazabilidad, genuinidad y reputación del vino argentino en el mundo deben mantenerse y que todos -pero todos- los que vivimos de esta noble actividad le solicitamos que no era apropiado modificarlo”.
“Seguiremos trabajando en conjunto con los gobiernos de las provincias vitivinícolas y con todos los organismos nacionales que quieran sumar para el bienestar de la vitivinicultura argentina. Igualmente nos parece de mucha irresponsabilidad e ignorancia opinar de esta manera y con estas comparaciones. En ese sentido por una cuestión de educación no vamos a contestar en estos mismos términos”, cerró.


