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Luis Secco: "Tenemos que ir a un esquema de flotación con el dólar"

El economista de la consultora Perspectiv@s, Luis Secco, visitó la redacción de MDZ y se refirió al dólar y la reforma laboral.

Luis Secco, economista de la consultora Perspectiv@s.

Luis Secco, economista de la consultora Perspectiv@s.

MDZ

El economista de la consultora Perspectiv@s, Luis Secco, visitó al redacción de MDZ y se refirió al esquema cambiario. "Tenemos que ir a un esquema de flotación con el dólar", lanzó. Para lograrlo, el analista señaló que se debe "dejar de lado el miedo a flotar, que tanto el Gobierno como la sociedad han demostrado tener".

A su vez, destacó que el Ejecutivo debe aprovechar el impulso de la victoria en las elecciones más el apoyo de Estados Unidos para avanzar tanto en la reforma laboral como tributaria. En ese sentido, el economista sostuvo que el oficialismo "ahora no tiene más excusas" y que no se debería quedar a "medias tintas". "Las reformas son la forma más cabal de consolidar el proceso de cambio de régimen económico", agregó Secco, quien también fue asesor económico del gobierno de Fernando de la Rúa.

La entrevista completa con Luis Secco

Embed - LUIS SECCO

- Hacer un análisis del voto lleva múltiples aristas, en lo estrictamente económico, ¿Crees que el ‘dólar barato’ le ganó a la recesión?

- Creo que sí. Primero, más que dólar fue la desinflación por sobre todas las cosas. El dólar barato te ayuda en ciertos segmentos de la población que se pueden ver beneficiados de un peso fuerte, sobre todo el que tiene la posibilidad de viajar o de comerciar que se beneficia con el poder adquisitivo fuerte del peso. Creo que la desinflación fue premiada y también hubo mucha gente terminó votando en contra de un espacio y no a favor de alguien. Por lo tanto, no tengo muy claro qué mandato recibió el presidente Javier Milei, si es un mandato de continuidad de sus políticas, incluyendo el peso fuerte, con dólar barato y la desinflación, o si también hay un mandato de reformas como el Presidente creo que hubiera pretendido que masivamente se le votara por eso.

- ¿La victoria contundente del Gobierno en las elecciones despeja el riesgo político que miraba el mercado en la previa? ¿O crees que la mirada ahora está en los pasos del oficialismo en la relación con los gobernadores y el Congreso?

- Creo que el Gobierno tiene a su mano algunos tests, como una checklist, que tiene que ir avanzando. El primero, es el presupuesto. Si el Gobierno consigue que el Parlamento lo apoye, ya sea a través de su diálogo con los gobernadores o sus aliados más naturales, y logra aprobar el presupuesto 2026 Sería un gran progreso en esa búsqueda de dar señales que con ese respaldo popular, más el respaldo externo, generan una plataforma de gobernabilidad para avanzar. Ahora, si después del presupuesto viene la discusión de alguna de las leyes claves, probablemente veamos ciertas manifestaciones en contrario de parte de aquellos que se sientan o se imaginen perjudicados por la legislación.

- ¿Creés que el Gobierno va a seguir con el régimen cambiario actual? ¿Debería haber algún cambio en el esquema?

- Antes de las elecciones decía que cualquiera sea el resultado electoral tiene que haber un programa nuevo y no lo voy a cambiar ahora después de las elecciones. Creo que tiene que haber un programa nuevo, no tanto desde el punto de vista fiscal, en ese aspecto ahora viene la mejora del ajuste, que son las leyes del presupuesto y las reformas. Pero hace falta un nuevo programa cambiario y monetario, que es donde se mostró frágil. Este es un programa que si vos tenés que pedir primero un salvataje al Fondo Monetario Internacional, después tenés que pedir un salvataje a los Estados Unidos, no tenés un programa que uno pueda decir que es lo suficientemente sólido como para que sea sustentable en el tiempo.

Se tiene que trabajar en hacer más sólido el programa. Y sacarse de encima una cosa que para mí es clave, que es esta expectativa de que siempre hay algún paso adicional futuro. Cuando el equipo económico antes del 2023, antes de que asuma Milei, se discutía el programa de estabilización para 2024 y la mayoría de los equipos teníamos en mente dos etapas, una primera de correcciones de precios, de ajuste fiscal, y una segunda etapa de estabilización. El ministro de Economía, Luis Caputo, lo anunció así. En un principio era un programa en dos etapas, después fue entre tres, en cuatro y creo que ahora vamos por la quinta. Y eso no te ayuda, porque vos decís que hay por delante, y todavía está levantar el cepo, ver cómo se hace una política monetaria basada en reglas. Hay muchas cosas por delante. Cuanto antes nos saquemos de encima esas indefiniciones, va ser mejor desde el punto de vista de la construcción de expectativas y de sustentabilidad del programa.

La flotación del dólar

Embed - ¿DEBERIA ELEVARSE EL TECHO?

- En cuanto al esquema cambiario, ¿crees que debería elevarse el techo o ir hacia una flotación sucia?

- Preferiría ir a una flotación, no tan sucia, con alguna regla de intervención en el comienzo, aprovechando el respaldo de Estados Unidos. Y después flotar sin reglas, libremente. Pero creo que tenemos que ir a un esquema más de flotación, más allá que eso significa dejar de lado el miedo a flotar, que tanto el Gobierno como la sociedad de alguna manera han demostrado tener. Pero me parece que tenemos que ir a un modelo más homologable. Mirando el espectro de países, incluso de nuestros vecinos más cercanos, todos tienen modelos cambiarios y monetarios muy parecidos, y nosotros tendríamos que ir a algo similar.

- ¿Y no creés que con ese nuevo esquema no correría en riesgo el proceso de desaceleración de la inflación que está llevando el Gobierno?

- Una cosa es inflación, o inercia inflacionaria, y otra cosa es un pequeño salto del tipo de cambio que venga de la mano de esa flotación y corrección. Con el ancla fiscal, con un contexto todavía recesivo, con una política monetaria un poco más transparente y basada en reglas, te diría que no hay motivo para que se genere una inflación persistente. Si puede tener algún acompañamiento de la inflación de algunos precios con el eventual salto cambiario que te pueda generar la flotación y después la normalización de la tasa de inflación. Es más, me parece que siempre esta posibilidad de que en el futuro haya una corrección cambiaria te genera una inercia inflacionaria que desaparecería si vas a un régimen un poco más estable.

- La compra de dólares de ahorristas en septiembre fue récord, más de US$ 5.000 millones. ¿Esa demanda de las personas no te juega en contra a la hora de ir a una flotación? ¿Se debería en el corto plazo volver a poner un cepo?

- Seguramente en octubre haya sido todavía más grande que lo que fue en septiembre. Siempre pre-electoralmente hemos tenido muchísima demanda. Ahora viene de manera muy persistente porque arrancó en abril con el levantamiento del cepo y a partir de ahí tuviste cerca de US$25.000 millones de atesoramiento, de formación de activos externos del sector privado. Volver al cepo sería una catástrofe, sería retroceder y perder lo que se ganó. Tal vez era una posibilidad previa al apoyo de los Estados Unidos. Yo no lo veo ahora como algo que haya una una mínima chance. Si se hiciera eso, se retrocedería en esta idea de limpiar las expectativas. Deberíamos, no digo que vamos, pero deberíamos ir a un régimen de mayor libertad.

- La euforia que se vio en los mercados. ¿Hasta cuándo dura?

- La euforia nunca es buena consejera, siempre genera riesgo de complacencia y se posterga decisiones claves. Yo no me siento cómodo con eso.

- ¿No estás cómodo con un dólar a $1.500 como dijo Caputo?

- No estaría cómodo. La idea del peso fuerte no está mal como punto de llegada de un país que se abre, compite, es eficiente, productivo, que no tiene regulación y deja que el sector privado crezca y elija en qué sectores invertir y en cuáles no, que tenga un mercado laboral flexible, un Estado chico que te cobra solo los impuestos necesarios, ese país seguro que tiene una moneda fuerte. Ahora, esa Argentina no existe. La discusión de muchos economistas respecto al nivel del tipo de cambio es sí puede ser punto de partida un peso fuerte. No hay duda que puede ser el punto de llegada, pero la duda es si puede ser con la Argentina que tenés hoy ese punto de partida.

- El optimismo del mercado tras las elecciones llevó a una caída en el riesgo país y lo llevó a 650 puntos básicos, ¿cuánto tiempo crees que se pueda extender y si va a alcanzar solamente con eso para lograr bajar el riesgo país en torno de los 400/500 puntos para acceder a los mercados de capitales?

- En relación al riesgo país y la posibilidad de colocar deuda, este es un tema porque hay muchos sectores que dicen que mientras no se alinee el tipo de cambio, no hay confianza en que todo el proceso sea sustentable. Tuvimos un riesgo país de 600 puntos en enero, se colocó el Bonte un par de veces, incluso se podía suscribir en dólares o en pesos. Creo que podemos volver a colocar deuda. El Gobierno debería dar una señal de que se reabre el mercado de alguna manera, aunque sea por una emisión chiquita y aunque sea cara, porque pagar 10%-11% es caro, pero creo se debería. También para mostrar que esa euforia se va materializando en hechos concretos.

Es lógica la euforia, con el resultado electoral y el apoyo externo. El Gobierno ahora no tiene más excusas. Si tenés la oportunidad de tu vida, aprovéchala. Inicialmente da la sensación de que como que hay señales mixtas, porque por un lado arrancó el diálogo con los gobernadores, empezaron a discutir las leyes, pero por otro hay como cierto nivel como de endogamia a la hora de armar el gabinete trascienden todas las disputas que hubo para poner dos o tres en lugares claves. Entonces Santilli puede ser una señal, pero tampoco es que sea una renovación o un aire fresco importante en lo que es el núcleo más íntimo del presidente. Veremos como sigue.

- Estamos a dos meses de la próxima revisión con el FMI y para la meta de reservas faltan cerca de US$8.000 millones ¿El Gobierno llegará o pedirá otro waiver?

- Está claro que el FMI tiene una posición distinta al Gobierno. El Fondo cree que es importante acumular reservas y el Gobierno no tanto. Hay más de US$8.000 millones de déficit, que habría que acumular de acá a fin de año para poder cumplir con la meta. Imposible que se haga. No hay instrumento capaz de generar en dos meses US$8.000 millones. Pero es cierto también que el Fondo debería relajarse un poco porque ahora está el respaldo del Tesoro norteamericano. Entonces que el Fondo le dice a Argentina tenés que acumular reservas, y ahora se cuenta con el respaldo de el secretario del Tesoro norteamericano, el mejor respaldo que se podría tener. Y sumado a eso una victoria contundente en las elecciones.

El Fondo está entregado con Argentina, no tiene mucho margen. Salvo, que el Tesoro norteamericano le diga al FMI que sea el supervisor de esta operación. o le diga yo te necesito más exigente porque ahora la plata la estoy poniendo yo. Ese podría ser un diálogo entre el secretario del Tesoro y el Fondo Monetario. Entonces ahí habrá que ver cómo se mantiene la regla de acumulación de divisas, que para el FMI históricamente siempre ha sido fundamental. Todos los préstamos originales del fondo, hasta tanto el los gobiernos recomponen sus stock de reserva para afrontar una crisis externa o lo que fuere.

- Más allá de la meta con el FMI para 2025, el año que viene hay fuertes vencimientos de deuda, ¿Qué se debería hacer para acumular reservas?

- Creo que es difícil comprar dólares cuando el precio del mercado no es buen reflejo de lo que la mayoría de los argentinos pensamos que debería valer el dólar. Entonces al Gobierno se le hace difícil comprar porque los quiere comprar baratos y los argentinos decimos te lo vendemos siempre y cuando este sea más caro. Entonces yo creo que hay que dejar que el precio del dólar lo ponga el mercado, por eso te decía que primero tenemos que ir a una flotación. Y después tenemos que ir a una planeación, incluso el Banco Central reservarse la posibilidad de comprar al precio que crean conveniente hacerlo. Y no solo en esta idea de que solo compro si está en tal o cual nivel. Así que yo creo que la intervención debería empezar. Veremos si en algún momento lo hacen. Yo creo que es muy necesario.

Reforma laboral y tributaria

Embed - ¿ESTE ES EL MOMENTO PARA AVANZAR EN LAS REFORMAR?

- Todavía no se conocen en detalle la reforma tributaria ni laboral, ¿crees que es el momento de que el Gobierno avance en esas reformas y sobre qué aspectos de cada una se debería puntualizar?

- Creo que sí, que estamos en un muy buen momento. No me quedaría a medias tintas. La idea de ser ambicioso me parece que es fundamental en esta coyuntura. Si hay lío, que sea por una buena reforma, que no se tenga después la necesidad de decir que es una primera etapa y podría haber otra reforma en el futuro. Ahí me parece que sería haber desperdiciado la oportunidad. Y está el mito de que las reformas son nostalgias novecentistas, son los economistas de siempre que quieren las reformas que Menem no pudo hacer. Las reformas son la forma más cabal de consolidar el proceso de cambio de régimen económico. Por ejemplo, uno dice la reforma tributaria, la reforma fiscal, las relaciones fiscales con las provincias, son la forma de que vos hagas sustentable el equilibrio fiscal. Si no, siempre vamos a estar todos ahí en el fleje.

La ley de Presupuesto también es otra forma de garantizar que más o menos los números van a estar de acorde con el objetivo del equilibrio fiscal. Entonces esas reformas son clave para solidificar incluso la macro, no solo una cuestión de estructura. Entonces me parece que es fundamental, pero también es fundamental el debate. No me gusta mucho esta reforma a libro cerrado y después cuando conoces el contenido no hay nadie que las haga defender. Creo que el Gobierno debería empezar un poco más de prueba y error, incluso de haciendo difundir ciertas partes de la reforma para ver la reacción para que se pueda corregir y mucho diálogo con el sector privado.

- Tras las elecciones, el Gobierno aflojó un poco el apretón monetario que endureció en la previa electoral, y las tasas bajaron, ¿Pensás que se va a profundizar y si con eso va a haber una oportunidad para una mayor baja de tasas y un aumento del crédito y con eso puede responder la economía?

- Son todas buenas señales, sobre todo para que aflojen las tasas en el corto plazo. Pero también necesitas un cierto nivel de tasa que haga atractiva la inversión en pesos, de forma tal de que se revierta el atesoramiento de dólares. El Gobierno va a tener que hacer mucha sintonía fina de por dónde va la política monetaria. Yo preferiría algún tipo de meta monetaria concreta, de horizonte monetario concreto, con algunas metas sobre la base monetaria. El Banco Central está tratando de corregir algunos de los errores cometidos. Igual no los revirtió por completo porque el cambio en el cómputo de los encajes no es que sea absolutamente igual al que regía antes del cambio, es como que fue muy marginal.

Sigue habiendo mucha cautela en materia monetaria, pero podría cambiar drásticamente si vos le das contundencia a ciertas medidas. No es que anuncias un poquito hoy y mañana otro y pasado otro, porque eso a mucha gente le empieza a interpretar diciendo este gobierno va sobre los acontecimientos, no sabe muy bien qué hacer. Cuando vos armás un paquete y decís la nueva etapa de gobierno incluye todo esto y largas todo de una, me parece que eso le da una contundencia, que cuando se toman de manera aislada.

Entonces me gustaría ver que más allá de estos retoques, me gustaría saber cuál es el nuevo régimen cambiario, el nuevo régimen monetario, saber cómo se van a conducir ambas políticas y cuales van a ser el complemento de las reformas. Con eso vos tenés algo bien contundente y sólido que puede cambiar las expectativas. Yo creo que al Gobierno le costó mucho generar esta idea. Esta vez sí es diferente y ahora está a un paso de poder hacerlo. Pero si no es así, tenés que ensuciarte de vuelta.