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Los mercados comienzan a resignarse sobre las reservas en dólares del Banco Central

Los informes privados advierten que el BCRA no logrará sumar divisas al ritmo previsto y que el Gobierno prioriza la baja de la inflación por encima de la acumulación de dólares.


Los mercados comienzan a reconocer que la recuperación de reservas en el Banco Central no tendrá el ritmo deseado, tanto por los operadores privados como para el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Tesoro de los Estados Unidos. El gobierno de Javier Milei y su ministro de Economía Luis "Toto" Caputo, parecen convencidos que la estrategia de tomar como una necesidad secundaria (o terciaria) el incremento de dólares en poder de la entidad que maneja Santiago Bausilli; y en priorizar la reducción de la inflación por arriba de la cobertura cambiaria.

Ante esto, los informes de los principales operadores del mercados comienzan a tomar nota de la nueva realidad, y a elevar conclusiones sobre el mediano plazo.

Sobre esta base, analiza la situación financiera y monetaria la consultora Criteria que, de todas maneras, estima que se abrirán "puertas" importantes para el lanzamiento de oportunidades para la colocación de divisas. También adelanta un tenue buen momento en la economía real para el cierre del año, especialmente en comparación con lo que se vivió en el tercer trimestre.

Las principales conclusiones del informe, titulado "Menos volatilidad, más estacionalidad: ¿alcanza para un nuevo impulso?", son las siguientes.

  • No hay dudas de que la victoria oficialista y el alineamiento estratégico con Estados Unidos consolidan un compromiso creíble con el equilibrio fiscal y reducen el riesgo de reversión política al tiempo que ayudan a anclar expectativas. En este contexto, podemos imaginar dinámicas que podrían ayudar a encausar la economía sobre un sendero de crecimiento sostenido. En este sentido, despejado el riesgo político la moderación inflacionaria podría impulsar un aumento en la demanda de dinero real y reducir la preferencia por la dolarización, abriendo espacio para un proceso de re-monetización capaz de recomponer la profundidad del sistema financiero doméstico.

  • A medida que la economía acepta un mayor nivel de pesos, el BCRA podría realizar compras netas de divisas en el mercado de cambios sin generar presiones inflacionarias, especialmente en un contexto de brecha más baja, ingreso de IED bajo el RIGI y condiciones más favorables de financiamiento externo. Ese proceso podría cimentar una variable crítica: la reactivación del crédito. La ampliación de la liquidez bancaria, la baja de las tasas reales y la extensión gradual de plazos permitirían que el crédito al sector privado comience a recuperar dinamismo. Entendemos a este punto como central, porque marca el momento en el que la liquidez acumulada se transforma en consumo e inversión sin tensiones sobre los precios.

  • Es, en definitiva, la señal más clara de que el círculo virtuoso —re-monetización, acumulación de reservas, normalización financiera— empieza a trasladarse a la economía real.

  • Un proceso como el descripto podría constituirse como el disparador, que catalice de manera genuina y sostenible en el tiempo, la ansiada recuperación económica de Argentina.

  • En septiembre, el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) mostró un incremento desestacionalizado de 0,5% respecto de agosto, mientras que en términos interanuales registró un crecimiento del 5,0%.

  • No obstante, la recuperación continúa siendo heterogénea, evidenciando una economía divergente: los sectores tradicionales que aún no logran revertir la caída de 2024, mientras que minería mantiene su tendencia al alza y el agro muestra un desempeño superior al de 2023, aunque con cierta debilidad en los últimos meses.

  • Para el último trimestre, los indicadores de alta frecuencia anticipan un buen desempeño de la actividad en noviembre y diciembre, con el riesgo político despejado.

  • Por su parte, en octubre las exportaciones totalizaron US$7.954 millones, con un crecimiento interanual de 13,1%, mientras que las importaciones alcanzaron US$7.154 millones, con un aumento de 16,9%. En términos desestacionalizados, las exportaciones retrocedieron 1,7% frente a septiembre y las importaciones 2,3%.

  • En los primeros diez meses del año, las exportaciones acumularon US$71.487 millones (+8,1%) y las importaciones US$64.641 millones (+30,6%), arrojando un superávit de US$6.846 millones, por debajo de los US$15.969 millones del mismo período de 2024. Excluyendo el sector energético, el superávit se reduce a US$778 millones, frente a los US$11.648 millones del año anterior, lo que evidencia la relevancia del sector energético, y que el mayor dinamismo importador se concentra en los demás sectores.