Exploración minera en Mendoza: una baraja de 132 cartas con número incierto de ganadores
La campaña 2025-2026 de exploración minera prevé los primeros metros de sondaje, pero el grueso del trabajo apuntaría a sumar información a los proyectos.
 
		El panorama de la exploración minera en Mendoza.
Kobrea ExplorationLa exploración minera de Mendoza transita un momento bisagra con el avance de Malargüe Distrito Minero Occidental (MDMO). El mapa exploratorio provincial exhibe un impulso con 34 proyectos de exploración aprobados a los que se suman 27 expedientes de Declaraciones de Impacto Ambiental (DIA) que esperan su aval en la Legislatura. Este contexto se completa con la reciente incorporación de 71 nuevos proyectos que iniciaron su evaluación de impacto ambiental, sumando un total de 132 iniciativas que apuntan a consolidar el potencial geológico en Malargüe.
La incorporación de estos 71 proyectos a evaluación ambiental (que deberían tener luz verde en 2026) también significa terminar de darle forma al distrito minero, porque se suman casi todas las propiedades y proyectos mineros que estaban en la carpeta, considerando también los que fueron eliminados en la evaluación del MDMO 2 por la presencia de glaciares.
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En concordancia con los tiempos propios de la minería y con los años que la actividad exploratoria estuvo detenida en Mendoza, el panorama indica que la segunda campaña de exploración del MDMO, la que transcurre entre 2025-2026, sumaría los primeros 1.500 metros de perforación. El grueso del trabajo durante esta campaña será la geofísica, clave para seguir sumando información a los proyectos en etapa inicial.
Con más de 130 proyectos aprobados y con aval para explorar, la campaña 2026-2027 podría sumar algunos proyectos más con posibilidades concretas de perforación, pero una gran parte de esa opción depende de los avances técnicos que se logren durante este verano en los 34 proyectos aprobados en 2024 y en los 27 que obtendrían luz verde en el tramo final de 2025.
El volumen de proyectos que se habilita para explorar va de la mano con lo que implica la posibilidad de desarrollo de los mismos, porque dadas las experiencias en el mundo minero habrá algunos que avance de manera más aceleradas, otros más lentos y otros también quedarán en el camino, como parte del proceso normal en la etapa explotaria. Como ya se ha repetido, la estadística de éxito es dura y habla de 1 cada 100, pero dado que Mendoza está subexplorada, se mira con optimismo la posibilidad de que esa tendencia sea mejor a nivel local.
Primera perforación de Malargüe Distrito Minero Occidental
El hito que marca la transición de esta gestión se materializa en el proyecto El Perdido. Allí, la compañía junior canadiense Kobrea Explorations -que negoció el derecho a explorar con la posibilidad de adquirir hasta siete proyectos a la mendocina Minera Agaucu- construye un camino de 15 kilómetros. Esta infraestructura vial resulta indispensable para transportar los equipos de perforación hasta la zona del proyecto. Este camino culmina la fase de preparación e inaugura el momento más esperado: la primera perforación del distrito, confirmando que El Perdido se erige como el estandarte de la actual exploración.
Este avance subraya la variable crítica de los tiempos mineros, los cuales dependen esencialmente del nivel de inversión que obtiene cada proyecto. Para que los proyectos con aval en Malargüe lleguen a la exploración avanzada, que es la etapa de perforación o sondajes, resulta imprescindible que empresas junior se interesen en las propiedades mineras disponibles en Mendoza. Las junior son las que avanzan en su mayoría con estos complejos procesos exploratorios.
El ejercicio supone que, con la información técnica adecuada y en cantidad suficiente, los geólogos y analistas de estas empresas encuentren una buena ecuación que los convenza de invertir en esta etapa, la cual presenta un incierto escenario en torno a las posibilidades de éxito. Si nos ajustamos al ejemplo de la inversión canadiense en El Perdido, Kobrea obtuvo 8,5 millones de dólares en financiamiento de la Bolsa de Toronto.
El camino que debe seguir el resto de los proyectos es conseguir empresas junior o inversores capaces de afrontar campañas que cuestan millones de dólares. La posibilidad de que eso ocurra aumenta siempre que exista mayor información de cada propiedad, que esa información marque un potencial geológico interesante y que convenza a los profesionales de avanzar a una exploración avanzada, que implica millones de dólares.
La etapa exploratoria inicial es, por naturaleza, la más compleja del desarrollo minero porque representa el momento de mayor riesgo económico. El capital se vuelca a estudios sin tener certeza del recurso, pero los mismos y sus resultados van dando un mayor nivel de certeza, pero -por ahora- sólo la perforación termina siendo el momento en que se comienzan a confirmar concretamente todos los potenciales iniciales. Ahora resta esperar y ver -por ejemplo- cómo el resultado de la primera perforación en MDMO termina siendo un faro para que -quizás- otros inversores apuesten por el sur mendocino.
 
		
 
		
 
		