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El salario no alcanza, el empleo se evapora y la clase media se esfuma

Mientras la economía avanza en la estabilización que plantea el Gobierno, cada vez más se ve el deterioro y la caída del salario real y el empleo registrado.

La clase media esta desapareciendo.

La clase media esta desapareciendo.

Archivo MDZ

Se nos está muriendo el corazón de la Argentina: la clase media. La caída del salario, la inflación y la retracción brutal del empleo formal nos han llevado a una situación terminal. Se trata de familias que no llegan a fin de mes, de changas que reemplazan a empleos dignos y de una economía que dejó de respirar.

El primer año del gobierno de Javier Milei ha sido, en términos laborales y salariales, un verdadero terremoto. Y lo peor: todavía no tocamos fondo.

Los datos son brutales y no admiten maquillaje:

  • El salario promedio en Argentina, según el Ripte que mide los salarios de la actividad privada asalariada, sigue en caída, hoy en promedio básico estas en $1.100.000 en términos generales. El consumo masivo, el verdadero termómetro del bolsillo popular, se desplomó.
  • La pérdida del poder adquisitivo de la clase media no es una consecuencia colateral, es el centro del modelo económico actual.
  • Más del 60% de los argentinos está endeudado o directamente fuera del circuito bancario. El índice de morosidad de los pagos de tarjeta de crédito subió estrepitosamente.
  • El empleo asalariado formal sufrió en marzo la mayor caída en ocho meses, unos 23.000 empleos perdidos en un solo mes.

No hay magia. Sin ingresos, no hay consumo. Sin consumo, no hay producción. Sin producción, no hay empleo. Es el ciclo del derrumbe.

¿Qué hacemos frente a esto? ¿Lloramos o reformamos? Argentina necesita con urgencia un plan maestro de empleo, modernización y productividad. Y no, no alcanza con recortar el Estado y esperar que la mano invisible del mercado haga su trabajo. La solución no vendrá sola: hay que diseñarla.

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Sin buenos salarios, no hay consumo, sin éste cae la producción, y eso impacta en el empleo, es el ciclo ineludible del derrumbe, señala el autor.

Sin buenos salarios, no hay consumo, sin éste cae la producción, y eso impacta en el empleo, es el ciclo ineludible del derrumbe, señala el autor.

Empleo e Inteligencia Artificial

En vez de destruir empleos, la IA puede crear nuevas ocupaciones, optimizar procesos productivos y permitir que pymes y comercios compitan en igualdad de condiciones. Necesitamos formación, adaptación e inversión pública en tecnologías laborales.

Los Convenios Colectivos de Trabajo deben actualizarse. No pueden seguir atados a actividades y salarios de hace 30 años. El salario básico de actividad debe ser la nueva ancla del poder adquisitivo. Comercio, el gremio más representativo tiene un básico de $1.029.000 de promedio; La Bancaria $1.562.650, gastronómicos $1.034.000, realmente no se puede continuar de esta manera. Se impone una mesa de negociación nacional multisectorial, donde se rediscutan pisos salariales reales.

Reformar no es flexibilizar, es adaptar. La relación laboral moderna no puede ser ni 100% presencial ni 100% precaria. Se necesitan contratos inteligentes, protección social portable, digitalización del proceso y una justicia laboral rápida y predecible.

Salario y previsión social

Hoy, dar empleo en blanco es un castigo. La estructura tributaria argentina penaliza al que cumple. Se necesita un sistema de incentivos a la formalización, a la registración de la empleabilidad con rebajas reales a cargas sociales en nuevos empleos y un esquema de transición para monotributistas que ingresan al régimen general, en materia tributaria.

Si no corregimos el rumbo, el escenario es claro:

  • La informalidad superará el 50% del empleo total. (Hay 6 millones de asalariados privados contra 11 millones de trabajadores en negro).
  • El mercado interno quedará devastado, arrastrando a industrias y pymes al colapso.
  • La pobreza será estructural, y la movilidad social, un recuerdo nostálgico.
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Hoy, contratar en blanco es un castigo.

Hoy, contratar en blanco es un castigo.

Clase media en la picota

Pero si tomamos el timón con decisión, podemos construir un modelo donde crecer, invertir, trabajar y consumir vuelvan a ser parte de la vida cotidiana argentina.

La disyuntiva es clara: trabajo o exclusión, salario o sobrevivencia, modernización o extinción. El modelo laboral argentino no puede seguir atado a parches. Necesita un rediseño estructural, transversal, con foco en el empleo productivo, la innovación tecnológica y la justicia social real. Con inteligencia artificial, con diálogo social y con decisión política. De lo contrario, seguiremos contando las heridas de un país que supo tener clase media… y ya no la reconoce en el espejo.

* Juan Pablo Chiesa es abogado especializado en Empleo y Políticas Públicas, escritor, docente y presidente de Aptitud Renovadora.

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