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El precio del oro vuelve a batir su récord tras acumular una suba del 50% en el año

El precio del oro superó el récord histórico y tuvo la mayor suba desde 1970. La baja de tasas y el temor a perder contra la inflación intensificaron las compras.

El oro se acerca a los US$ 4.000 la onza

El oro se acerca a los US$ 4.000 la onza

Foto: Shutterstock

El precio del oro volvió a batir un récord histórico al alcanzar los US$3.949 por onza, impulsado por la debilidad del dólar, la incertidumbre política en Estados Unidos y las expectativas de una nueva baja de tasas por parte de la Reserva Federal (FED).

Con este nuevo avance, el metal precioso acumuló siete semanas consecutivas de subas y consolida su rol como activo refugio frente a la volatilidad financiera y las tensiones globales. Los analistas estiman que, de continuar esta tendencia, el oro podría superar los US$4.000 por onza en el corto plazo.

Desde comienzos de año, el valor del oro registra una suba acumulada superior al 48%, mientras que la plata también mostró avances y escaló 1,5% hasta los US$48,68 por onza, su nivel más alto en casi 15 años.

Se trata del mayor repunte del oro desde la década de 1970 impulsado la inclusión del metal a las carteras de inversión por el temer a perder rentabilidad por la inflación y por el cierre parcial del gobierno estadounidense, que ya lleva casi una semana, sumado a las amenazas del expresidente Donald Trump sobre recortes a estados demócratas y despidos de empleados federales. Un combo que intensificó la demanda de oro como resguardo de valor.

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A su vez, el mercado anticipa que la FED podría recortar las tasas de interés en 25 puntos básicos, una medida que, de concretarse, reforzaría aún más el atractivo del metal. En contextos de tasas bajas, mantener oro resulta más rentable frente a bonos o instrumentos financieros con rendimiento real negativo.

Los expertos también señalan que la oferta limitada de metales como el platino y el paladio, junto con eventuales aranceles a la importación de minerales críticos, está contribuyendo a la presión alcista. Además, el encarecimiento de los préstamos temporales de estos metales acentúa la escasez en el mercado.

Un refugio de valor frente a la inflación

Detrás del auge del oro, los analistas destacan la relación entre los tipos de interés reales —la diferencia entre las tasas nominales y la inflación esperada— y la cotización del metal. Cuando las tasas de interés reales caen, el oro tiende a subir, ya que disminuye el costo de oportunidad de mantenerlo.

Por ejemplo, si un bono estadounidense rinde 2,5% pero la inflación proyectada es del 3%, el inversor pierde poder adquisitivo. En ese escenario, el oro emerge como una alternativa más segura como refugio de valor.

Aunque las tasas a largo plazo se mantienen altas, los rendimientos de corto plazo siguen bajos y la inflación continúa elevada. Esta combinación, según los especialistas, genera un fuerte impulso estructural para el oro, que podría sostener su tendencia alcista en los próximos meses.