Diciembre caliente: las dudas esenciales en la fundamental reforma laboral
Puntos clave y debate sobre las dudas que presenta el proyecto. ¿Cómo revisará la Justicia los rubros indemnizatorios? ¿Cómo se administrarán los Fondos de Asistencia Laboral?
Federico Sturzenegger
N/ALas reformas estructurales que está enviando el gobierno al Congreso, en particular la reforma laboral, serían un importante paso adelante para salir del manejo financiero de todos los días y entrar una política económica que empiece a crear las condiciones para entrar en la senda de crecimiento.
Opinar sobre la reforma laboral que fue enviada al Congreso resulta aventurado porque no sabemos qué va terminar siendo aprobado.
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En principio, los puntos más positivos consisten en darle mayor previsibilidad a las empresas, en particular las PYMES, en caso de indemnizaciones.
Si queda bien claro que no son parte del salario para la indemnización tanto el celular que le da la empresa al empleado, como la cochera que le otorga para estacionar su auto y beneficios por el estilo, el empresario puede hacer una previsión en caso de indemnización sin encontrarse con sorpresas en el futuro.
También limitar huelgas, como por ejemplo el caso de la recolección de basura, es una forma de quitarle poder de extorsión a los sindicatos.
No termina de convencerme el Fondo de Asistencia Laboral (FAL). El sistema obliga a los empleadores a depositar mensualmente un aporte equivalente al 3% del salario base SIPA de cada trabajador. Ese dinero no ingresa a un fondo general, sino a cuentas individuales por empleador, administradas por entidades habilitadas y fiscalizadas.
Por un lado, si se aporta por un empleado que nunca es despedido, ese dinero queda en la cuenta de la empresa, salvo que sea un costo hundido que podría usarse para otros pagos laborales, pero no queda claro qué pasa si no se usa todo.
Pero mi mayor objeción es que ese fondo queda a tiro del Estado para confiscarlo como se hizo con las AFJP y antes con la plata que se había acumulado en el sistema previsional y Perón lo usó para gastos corrientes.
La tradición de confiscaciones de Argentina no hace recomendable este mecanismo. En todo caso, cada empresa debería poder constituir su propia previsión por despidos en base a una legislación previsible en las indemnizaciones.
Lo anterior no quita que siempre fue necesaria la flexibilidad para poder reasignar la mano de obra, pero con la velocidad de los cambios tecnológicos, se hace más indispensable esa flexibilidad en la reasignación de mano de obra.
Por ejemplo, las autopistas con peaje ya no requieren de personal que lo cobre. La oblea sola es captada por un sensor.
En EE.UU. ya existen lugares donde se compra sin pasar por la caja, y funcionan con distintos niveles de automatización.
El cliente entra, toma los productos y se va. Cámaras, sensores y software identifican qué llevás. El cobro se hace automáticamente a tu cuenta o tarjeta de Amazaon. El ejemplo emblemático es Amazon Go.
Estados Unidos es uno de los países con mayor flexibilidad laboral, pero también hay otros con alta flexibilidad laboral como Singapur, Hong Kong, Canadá y Nueva Zelanda, que tienen bajos costos de entrada y bajos costos de salidas, cargas laborales reducidas y rápida reubicación sectorial.
Y ojo que estos países tiene altos ingresos per capita.
En 2024 Singapur tuvo un PBI/Capita de US$ 67.707, Hong Kong US$ 51.166, Canadá US$ 54.517 y Nueva Zelanda US$ 48.747.
Estos países, a pesar de la alta flexibilidad laboral tienen tasas de desocupación que van del 2% al 6,9%.
Actualmente, la industria norteamericana contrata al 9% del total del empleo privado, y el sector servicios el 83,9%. El resto está en los otros sectores productivos.
Guste o no, la máquina reemplaza al hombre en los procesos productivos, tanto en el sector industrial como en el sector servicios.
Si bien este último es la principal fuente de contratación, la automatización llega también al sector servicios donde, de la misma manera, se demanda menos mano de obra como el caso de Amazon Go, el peaje en las autopistas o la IA por citar algunos ejemplos.
Negarse a esta realidad es como negarse a que los autos a combustión reemplazaron a las carretas y ahora los autos inteligentes reemplacen a los autos manuales.
Tal vez en el futuro cercano desaparezca el empleo como chofer de UBER, que vinieron a reemplazar a los taxis y a las empresas de remises.
La revolución tecnológica que se está produciendo en forma acelerada va a hacer que continue los cambios en los puestos de trabajo.
Es más, la tecnología va a reemplazar a la mano de obra y lo que se va a necesitar es mano de obra cerebro intensivo. No va a desaparecer el trabajo, se va a transformar en menos músculo y más cerebro y, por supuesto, con un fuerte incremento de la productividad.
Si vamos a trabajo cerebro intensivo, hay dos condiciones básicas que habrá que cumplir, siempre y cuando se entienda que estamos en un fenomenal salto de productividad por la tecnología.
Las dos condiciones son la flexibilidad en la reasignación en la mano de obra y, obviamente, bajar los costos impositivos de contratar personal, junto con un sistema educativo que prepare a la gente para poder hacer el trabajo cerebro intensivo que se viene.
Sin la reforma laboral y sin un buen sistema educativo, vamos a seguir retrocediendo como país, sin darle oportunidad a nuestros hijos y nietos de vivir en un país próspero.
Lo que está en juego aquí son los intereses de la dirigencia sindical versus el futuro y la prosperidad del pueblo argentino, dirigencia sindical que se limita a “defender” a los que hoy tienen trabajo, ignorando a los desocupados.
En síntesis, la reforma laboral apunta a crear puestos de trabajo, no a destruirlos o a crear trabajo esclavo. Esos son argumentos de la izquierda y de los dirigentes sindicales.
Dirigentes sindicales que no advierten que, de seguir así, cada vez tendrán menos afiliados a sus sindicatos porque desde 2011 los puestos de trabajo en el sector privado formal están estancados.
O los sindicalistas se adaptan a la revolución tecnológica que vivimos, o se quedan sin afiliados.

