Crédito: tras la baja de las tasas de interés el foco ahora está centrado en la morosidad
En noviembre el crédito privado en pesos acusó una nueva retracción, mientras las tasas bajaron. ¿Cómo juegan los salarios y el nivel de mora?
Incluyendo préstamos en pesos y en dólares, la relación Crédito/PIB ascendió en noviembre a 11,9%, asegura el Banco Central de la República Argentina.
Foto: Juan Mateo Aberastain Zubimendi/MDZEl mes pasado dejó tras de sí una nueva caída en el stock de crédito privado en pesos, que fue de 1,6% en términos reales, donde la mayoría de las líneas de crédito mostraron una disminución en el mes, con excepción de los adelantos y los créditos hipotecarios, como lo muestran las estadísticas del Banco Central (BCRA).
“En términos interanuales, los préstamos crecieron 34,8% a precios constantes y en términos del PIB se ubicaron en 9%, duplicando el registro de inicios de 2024. Incluyendo también los préstamos en dólares, la relación Crédito/PIB ascendió a 11,9%”, destaca el BCRA.
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El despegue de los hipotecarios
Dentro de los préstamos con garantía real, se destacó una vez más el crédito hipotecario, que registró 17 meses de crecimiento ininterrumpido, con una expansión mensual de 5,3% a precios constantes. Los préstamos para la compra de vivienda acumulan un incremento de 232,4% en los últimos 12 meses, y prácticamente la totalidad del crecimiento de esta línea fue explicado por los créditos hipotecarios ajustables por UVA.
Por su parte, los préstamos prendarios registraron una caída de 1,7% a precios constantes, tratándose de la primera contracción desde mayo del año pasado. No obstante, resultaron 54,4% mayores al nivel de un año atrás en términos reales.
Mientras que los préstamos comerciales presentaron una caída en el mes de 0,9% a precios constantes, revirtiendo la suba registrada en octubre. La contracción se concentró en los documentos a sola firma (-3,3%), que tienen un plazo promedio (ponderado por monto) de 16 meses y medio. En tanto, las líneas de menor plazo registraron aumentos.
Crédito al consumo
En efecto, los documentos descontados se expandieron 2,2% en el mes, y los adelantos crecieron en noviembre 2% en términos reales respecto a octubre. Por último, los préstamos al consumo exhibieron una contracción en el mes de 3,2% en términos reales, la mayor desde principios de 2024.
La caída fue explicada en gran medida por las financiaciones con tarjetas de crédito, que se redujeron 5% en términos reales frente a octubre. Sin embargo, en los últimos 12 meses acumulan un aumento de 19,9% real. Por último, los préstamos personales registraron una caída a precios constantes de 1,1% y acumularon un aumento interanual de 61,7% medido a precios constantes.
Tasas de interés
Hasta acá los números crudos del panorama de la retracción del crédito bancario en pesos al sector privado. Ahora bien, ¿qué pasa con las tasas de interés y con el nivel de morosidad?
Cabe recordar que el proceso de aumento de la tasa de interés en pesos en el tercer trimestre e inicio del cuarto trimestre del año fue significativo, en contraste con la estabilidad del primer semestre.
Sin duda, el sesgo contractivo de la política monetaria para amortiguar la caída en la demanda de dinero en ese período elevó las a tasas efectivas mensuales (TEM) a niveles muy positivos en términos reales: los adelantos en cuenta corriente rozaron máximos de 16% de TEM nominal (una tasa real superior al 13,5%) y la tasa TAMAR (tasa pasiva) llegó a niveles de 5,2% de TEM nominal (3% real).
Luego del triunfo oficialista del 26-O la reformulación de la política monetaria redundó en bajas notables en las tasas de interés, así, la TEM de adelantos, mayormente a empresas por plazos muy cortos, comprimió 850 puntos a niveles de 2,8%; mientras que la TEM de la TAMAR descendió hasta el 2,5% nominal.
Por su parte, la tasa de los préstamos personales, que verificó una mucho menor variación, comprimió a 5,8%. De modo que bajaron las tasas de interés desde niveles exorbitantes pero el crédito siguió sufriendo.
Crece la morosidad
Hace varios meses desde MDZ se alertó sobre una preocupante señal, el aumento del nivel de mora de los préstamos privados. ¿Cómo fue el impacto del panorama reciente sobre la mora de los bancos?
Por un lado, el estancamiento del nivel de actividad en varios sectores de la economía, sobre todo, vinculados con el consumo masivo y de bienes durables, con efectos sobre los ingresos familiares, acentuó el deterioro en la calidad de la cartera de los bancos, que ya venía manifestándose gradualmente desde el primer trimestre de este año.
La información a septiembre pasado (últimos datos disponibles) registró una morosidad total de 4,2% del total de la cartera de créditos al sector privado con un nivel muy superior en el caso de las familias, que marcó el 7,3% de los créditos de esa categoría. El registro de mora de empresas fue del 1,7%.
Pero dentro de la categoría Familias, la mayor morosidad se marcó en los préstamos personales con el 9,1% (representan el 22% de la cartera total), mientras que el financiamiento a tenedores de tarjetas de crédito muestra un 6,7% (son el 26% del total de la cartera).
En el caso de las Empresas, la mayor morosidad se manifiesta en los adelantos en cuenta con un 3,9% de mora, que son 11% de la cartera total de préstamos. Vale recordar que la morosidad se define como el porcentaje de cartera irregular de los bancos, entendida como el retraso o incumplimiento en el pago de una obligación financiera en la fecha acordada sobre el total de la cartera de préstamos registrada en los libros de las entidades prestamistas.
¿Cómo juega la tasa de interés y el salario en todo esto?
“Uno de los factores que explican el incremento en la morosidad de las familias es el aumento de la relación cuota a pagar comparada con la expectativa de evolución de ingresos nominales al momento en que se tomó el préstamo”, explican los analistas de Quantum.
Ocurre que la reducción de la tasa de inflación (y del aumento nominal de los ingresos a una tasa no muy superior a la inflación) hace que la cuota de los préstamos se licúe menos y, en consecuencia, con el correr del tiempo, represente una proporción mayor de la esperada del total de ingresos, liberando menos capacidad de compra futura.
“En el caso del pago de préstamos a tasa variable, la variación de la capacidad de pago se relaciona con la evolución diferencial entre el salario real y la tasa de interés real. Comparando el índice de salario formal del sector privado y la tasa de interés real de un préstamo personal, se observa que entre diciembre 2023 y hasta mayo 2024 la variación mensual del salario real fue superior a la tasa de interés real, pero, a partir de julio 2024 la tasa de interés real mensual no sólo ya era positiva, sino que supera a la variación del salario real en forma continua, generando una diferencia acumulada significativa”, destaca la consultora de Daniel Marx.
Mirando hacia adelante cabe esperar que el reacomodamiento de tasas de interés con niveles de actividad e ingresos adecuados, aunque con situaciones todavía a dilucidar, “permitirían poner un límite a la tendencia recientemente observada en la morosidad de los bancos”.
“De cualquier manera, la situación de estos indicadores no parecería ser una amenaza o un foco de preocupación para los bancos considerando la solvencia en el agregado del sistema bancario”, afirma Quantum.

