Cómo ven las consultoras a la economía argentina: perspectivas positivas y reservas como ítem rojo
Los últimos informes de Morgan Stanley, PWC y Deloitte sobre Argentina marcan una expectativa muy favorable para la economía argentina.
Banco Central busca acumular reservas
Foto: EFETras un segundo semestre de 2025 marcado por una fuerte volatilidad financiera, distintos informes de bancos de inversión y consultoras internacionales coinciden en que la economía argentina atraviesa una etapa de transición clave. El diagnóstico común señala avances significativos en materia fiscal y exportadora, pero también advierte que la acumulación de reservas y la sostenibilidad política de las reformas serán determinantes para consolidar el cambio de ciclo.
Un reporte de Morgan Stanley subraya que el principal factor pendiente para reducir de manera duradera el riesgo país y recuperar el acceso pleno a los mercados internacionales es un programa creíble de acumulación de reservas.
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Si bien la moneda se depreció cerca de un 20% en términos reales desde que comenzó a flotar dentro de las bandas, ayudando a aliviar las presiones externas, los niveles de reservas netas siguen siendo bajos. La cuenta corriente, prácticamente equilibrada entre enero y octubre de 2025, muestra señales de mejora gracias a los incentivos a las exportaciones y a un tipo de cambio más competitivo, aunque todavía no alcanza para cerrar la brecha de confianza con los inversores.
En ese marco, las discusiones con el Fondo Monetario Internacional se perfilan como uno de los principales catalizadores de corto plazo. Argentina no cumpliría los objetivos cambiarios fijados para diciembre de 2025 y necesitaría una dispensa, mientras el debate se centra en cómo y cuándo acumular divisas sin comprometer la estabilidad macroeconómica. Morgan Stanley anticipa que el Banco Central podría fortalecer sus reservas recién en el segundo trimestre de 2026, impulsado por la cosecha de maíz y soja, en un contexto de lenta pero progresiva remonetización de la economía.
El frente político aparece como un complemento indispensable. Con un Congreso más favorable desde diciembre, el Gobierno tiene margen para avanzar con reformas estructurales largamente postergadas. La aprobación del Presupuesto 2026 es vista como una señal institucional clave, tanto para medir el capital político del oficialismo como para reafirmar el compromiso con la responsabilidad fiscal. Las reformas laboral y tributaria, junto con iniciativas orientadas a la oferta, quedarían para el primer semestre de 2026.
Energía, minería y exportaciones como vectores clave
Desde una perspectiva más estructural, un informe de Deloitte plantea que la economía argentina podría estar ante un punto de inflexión. Tras una década signada por desequilibrios fiscales, inflación alta y volatilidad, el país exhibe hoy tres pilares que marcan un cambio de modelo: consolidación fiscal, expansión de sectores estratégicos como energía y minería, y un marco regulatorio orientado a atraer inversiones de largo plazo. El superávit comercial récord de 2024 y el mantenimiento de saldos positivos en 2025, aun con una recuperación de importaciones, refuerzan esa lectura.
Las proyecciones hacia el final de la década son ambiciosas. Deloitte estima que las exportaciones totales podrían crecer desde 79.703 millones de dólares en 2024 hasta 116.696 millones en 2030, con la energía y la minería como motores centrales.
Vaca Muerta se consolida como el principal yacimiento no convencional, con perspectivas de superar el millón de barriles diarios de producción hacia 2028 y generar hasta 19.000 millones de dólares anuales en divisas en 2030. En paralelo, la minería —especialmente el litio y el cobre— atrae inversiones millonarias y se apoya en el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), que ofrece estabilidad fiscal y libre disponibilidad de divisas.
El equilibrio fiscal es otro de los elementos destacados. Tras años de déficit crónico, Argentina logró en 2024 un superávit financiero y mantuvo resultados positivos durante 2025. La deuda pública neta, en torno al 48% del PBI, se ubica en niveles comparables con otros países de la región, siempre que el crecimiento y el acceso al financiamiento se sostengan. No obstante, el informe advierte que el cambio económico necesita respaldo político suficiente para perdurar, en un escenario electoral fragmentado pero con capacidad de gobernabilidad.
Qué dice el informe de PwC sobre la economía argentina
En la misma línea el informe Economic GPS de PwC plantea que el resultado de las elecciones legislativas despejó parte de la incertidumbre sobre la continuidad del rumbo económico y mejoró las expectativas sobre el balance de divisas para 2026. Por ello señala que se espera un fuerte impulso de las exportaciones agroindustriales y energéticas, aunque la cuenta corriente podría volver a mostrar déficit por mayores pagos de intereses, utilidades, servicios e importaciones asociadas a la inversión y el crecimiento.
PwC destaca el dinamismo del sector energético, con récords históricos de producción en Vaca Muerta y exportaciones de combustibles que podrían cerrar 2025 en torno a 10.500 millones de dólares, con proyecciones de hasta 18.000 millones en escenarios optimistas para 2026. A esto se suma el potencial del gas natural licuado, con proyectos bajo el RIGI que apuntan a generar exportaciones por hasta 20.000 millones de dólares entre 2027 y 2035.
En el plano financiero, la caída del riesgo país tras las elecciones y el regreso de emisiones de deuda corporativa y provincial reflejan una mejora en las condiciones de financiamiento. La posibilidad de mayor inversión extranjera directa, privatizaciones y flujos vinculados al RIGI refuerzan la cuenta financiera, lo que permitiría financiar déficits externos sin las tensiones cambiarias que caracterizaron episodios anteriores.

