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Aspiradora de pesos: sale la licitación de los bonos que quedaron sin colocar la semana pasada

Sale la licitación de bonos para intentar sacar los pesos de circulación. El Gobierno presiona a bancos para que acepten con un suba de los encajes al 50% con la opción de que una parte en vez de pesos sean en letras del Tesoro.

Luis Caputo sale a secar la plaza de pesos.

Luis Caputo sale a secar la plaza de pesos.

Presidencia

Esta tarde, el ministerio de Economía insistirá con su intento de secar la plaza de pesos del mercado para evitar que los bancos se vuelquen al dólar y provoquen una suba del precio de la divisa y con ella de los precios generales. Pero no se trata de una licitación más, sino de un intento fuera de programa y con la urgencia de quien se juega mucho política y económicamente.

El Tesoro Nacional quiere colocar más de $5,5 billones en bonos que quedaron desiertos en la licitación del miércoles pasado, cuando se colocaron sólo 9 billones de los algo más de $15 billones que salieron a licitación, es decir, algo más del 60% del total.

En rigor, se licitarán letras denominadas TAMAR, que tienen un rendimiento variable ajustada por la tasa de interés de los plazos fijos mayoristas.

Más allá de esto, la novedad está en las condiciones en las que se da esta colocación. Desde que el Gobierno decidió traspasar del Banco Central al Tesoro Nacional la deuda en pesos, el ministro de Economía viene haciendo malabares para renovar los vencimientos y evitar que los pesos se vuelquen al mercado cambiario. De aquí a diciembre se deben afrontar vencimientos por más de $50 billones.

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Pero los bancos -que junto a los organismos dependientes del Estado, como el Anses, son los principales acreedores de estos bonos- decidieron que ya no es tan conveniente quedarse con bonos en pesos. Por eso, las sucesivas licitaciones tuvieron cada vez tasas de interés más altas, hasta llegar al 69% en la última, un número realmente alto en comparación con una inflación que se espera no supere el 30%.

Aún así, los bancos se mostraron reticentes y la licitación del miércoles anterior quedó a mitad de camino. Tal vez porque la bola de deuda es demasiado grande y temen que en un futuro cercano deba apelarse a una reestructuración de deuda, es decir, un default.

Encajes bancarios al 50%

Sin muchas más herramientas a mano, el Gobierno sacó un as de la manga y ahora busca forzar a las entidades a asumir esas posiciones en letras. El jueves pasado, el Banco Central comandado por Santiago Bausili, decidió aumentar los encajes bancarios en pesos al 50%. Esto es que de cada 2 pesos que tenga un banco debe guardar uno. Pero con una alternativa: en vez de pesos líquidos las entidades pueden colocar como encajes letras del Tesoro.

Así las cosas, como a ningún banco le sirve tener dinero inmovilizado, les es preferible comprar bonos que hoy generan generosos intereses y no guardar pesos que se devalúen sin poder prestarlos o invertirlos. En realidad, se trata del regreso de los pasivos remunerados, sólo que no los paga el BCRA sino el Tesoro.

Por otro lado, la licitación de esta tarde es una prueba de fuego. A los bancos no les gusta que los fuercen, sin embargo, la presión del Gobierno en su búsqueda de secar el mercado para impedir la compra de dólares y que se dispare la inflación se hace sentir.

Más allá de ello, quienes miran el panorama desde el sector productivo fruncen el entrecejo. La brusca suba de las tasas de interés, con una interbancaria que trepó al 80% el jueves pasado, y un mercado seco de pesos ponen en peligro a la dinámica económica. Las tasas de interés por giros al descubierto ya superan ampliamente el 100% y se alerta que puede quebrar una cadena de pagos ya debilitada.